Al borde del desahucio tras vivir y trabajar más 50 años en un convento de San Fernando, Cádiz
- Ildefonso y Carmen llevan viviendo en el convento desde 1975
- El 18 de abril tienen el juicio por el desalojo
Un matrimonio de 70 años que lleva más de media vida trabajando y viviendo en un convento en San Fernando, Cádiz, podría quedarse en la calle. El obispado y el Ayuntamiento han vendido el inmueble. Ya no quedan monjas, tienen una orden de desahucio y sin ninguna solución a la vista.
El número 7 de la calle Constructora Naval, en San Fernando, es desde hace casi 50 años la casa de Ildefonso y Carmen. Su vida ha pasado entre las paredes del convento que les rodea desde 1975, año, en el que llegaron para ser los porteros de las monjas de clausura.
"Nosotros hacíamos la vida aquí, en la vivienda y abajo en la portería. Yo tenía un telefonillo en la cocina y ellas me llamaban", explica Carmen a TVE.
Cuando empezaron, ella no tenía contrato, en cambio, él sí tenía, pero cobraba el salario mínimo. Estaban día y noche disponibles para las monjas. Cuentan que debido a la situación política y social de aquella época, aceptaron el trabajo. En la actualidad, Ildefonso se ha jubilado y el obispado ha vendido el inmueble y les quieren echar.
A Carmen, que el convento es para ella su casa, esta decisión le ha pillado desprevenida. "Ni yo pensaba en cotizar, ni en una paga, no lo pensé tampoco. Como yo tenía la casa, el día que yo esté jubilada seguimos viviendo aquí. Entonces yo no tenía ningún problema", expresa.
Proceso judicial en marcha
De hecho, en 2008 la hermana superiora les reconoció los años de trabajo y les dio un documento que establecía que la casa les pertenecía, pero hace siete años trasladaron a las monjas y comenzó lo que ellos describen como su calvario. Les dieron 10 días para irse. Ante esta situación, ellos denunciaron con sus papeles en la mano, pero todavía no hay acuerdo a la vista.
La abogada de la Asociación Kintsugi, Auxiliadora Moreno, señala que el obispado tiene las posibilidades de garantizar una seguridad a este matrimonio porque ella no cree que el inmueble "se haya vendido por muy poca cantidad de dinero", ya que el convento cuenta con casi 8.000 metros cuadrados en los que se planean varias construcciones.
Por su parte, el Obispado no ha querido opinar porque dice que se trata de un proceso judicializado. Lo único que saben es que el próximo día 18 de abril tienen el juicio por la demanda de desalojo.