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El Banco de España en fotografías: del sepia a la imagen digital

  • Inaugura en Madrid una exposición con imágenes de su archivo fotográfico

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Exposición del Archivo fotográfico del Banco de España
Patio de Operaciones del Banco de España de la Calle Barcas (Valencia). 1918. Plata en gelatina. José Grollo.

El Banco de España libera su cuidado archivo fotográfico para repasarse a sí mismo. El 9 de abril inaugura una exposición sobre su historia en la que recorre la intrahistoria de la institución en la era de las imágenes: desde el último cuarto del siglo XIX hasta la actualidad.

Dispuesta cronológicamente, la muestra se centra tanto en la arquitectura de sus sedes y su encaje urbanístico como en la evolución de las costumbres y las gentes, con cinco secciones: El tiempo amarillo (siglo XIX), La fotografía como documento (1900-1925), Spain is different (1975-2023) y Hacia la inteligencia artificial (siglo XXI).

La inauguración del palacio del Banco de España de Madrid, en 1891, ya fue documentado por el taller de la pionera Juana Roig, sucesora de Jean Laurent. Imágenes del Banco en las llamadas “vistas estereoscópicas” o el primer 3D: dos imágenes duplicadas que adquirían volumen con las gafas.

Almería. Banco de España. Plaza Circular. (1929). Fotografía: Antonio Mateos Hernández

Almería. Banco de España. Plaza Circular. (1929). Fotografía: Antonio Mateos Hernández

A finales del XIX comienzan a documentarse las nuevas sedes en ciudades como Oviedo, Valencia , Badajoz, Bilbao o Vitoria. Los empleados del Banco comienzan a ser retratados en la primera década del siglo XX. Un estilo típico del retrato de esa época era el denominado Bertillon, surgido de la policía francesa, que consistía en hacer fotos de frente y de perfil. José Irigoyen, fotógrafo oficial del Banco en 1906, fue el encargado de la mayoría de ellos.

Construcción de la caja subterránea del edificio del Banco de España. Ca. 1932-1935

Construcción de la caja subterránea del edificio del Banco de España. Ca. 1932-1935

La evolución del Banco en el siglo XX

El desarrollo técnico de la fotografía acompaña al de la propia institución, cuyos edificios se convierten en emblemas de sus ciudades. El álbum de Barcelona de Puig Farrán (1932) es buena prueba de ello.

Los empleados siguieron siendo retratados por clásicos como Amer, Savignac o Torres Molina. Las fotografías eran reveladas y positivadas en el laboratorio de la sede central. Durante el franquismo, Carlos Pérez de Rozas compone un moderno reportaje de la inauguración de la nueva sede. Las imágenes llegan al color al mismo tiempo que la economía española sale de su autarquía e ingresa en el Fondo Monetario Internacional.

La sede del Banco en Madrid se amplía en la esquina de la calle de los Madrazo con Marqués de Cubas a cargo de los arquitectos Juan de Zavala Lafora y Javier Yárnoz Orcoyen, cerrando espacios como el cine Gong.

En 1978 se convoca un concurso de ideas para el cierre del edificio del Banco en Madrid en la calle Alcalá que fue ganado por Rafael Moneo. La democratización, también, de la fotografía trae los primeros libros de imágenes como el que realiza Alberto Schommer.

En un guiño final, la exhibición muestra fotograbados realizados con tecnología actual que recogen el pasado y presente de la fotografía, y recoge también una cita de Santiago Ramón y Cajal: “La vida pasa, pero la imagen queda”.

Exposición fotográfica en el Banco de España

Concurso de ideas para el cierre del edificio en las calles de Alcalá y Marqués de Cubas. Propuesta de Rafael Moneo Vallés. 1979. Fotografía: Altair Photo