Bruselas investiga una posible distorsión del sector eólico en España y otros países UE por inversores chinos
- La Comisión Europea teme que los productores chinos acaban acaparando el mercado europeo
- El organismo europeo tiene indicios de que algunos fabricantes han recibido subvenciones extranjeras
La Comisión Europea ha abierto una investigación formal sobre la entrada de capital chino en el desarrollo de parques eólicos en cinco países de la Unión Europea (UE), entre los que se encuentra España. El objetivo es determinar si los componentes chinos reciben subvenciones del Gobierno asiático, que les daría una ventaja competitiva sobre los productores europeos.
"Puedo anunciar que hoy lanzamos una nueva investigación sobre proveedores chinos de turbinas eólicas. Investigamos las condiciones para el desarrollo de parques eólicos en España, Grecia, Francia, Rumanía y Bulgaria", ha indicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, desde Estados Unidos.
Allí, durante un discurso en Princeton, la liberal danesa ha advertido de que China es para la UE "a la vez, un socio, un competidor económico y un rival sistémico" que se ha forjado una "posición fuerte" a nivel global, pero "no siempre jugando limpio".
Según indican fuentes comunitarias, Bruselas tiene indicios de que algunos fabricantes del sector y otras compañías activas en el mercado interior "pueden haberse beneficiado de subsidios extranjeros que les han asegurado una ventaja injusta" sobre otros competidores y que ello "puede haber distorsionado la competencia".
Las nuevas reglas de la Unión Europea para proteger sectores clave de distorsiones por subsidios extranjeros permiten a Bruselas investigar si existen subsidios extranjeros a empresas que optan a contratos públicos en la UE y medir sus efectos. Así, puede imponer medidas correctoras si se establece que estos apoyos suponen una distorsión de la competencia.
Si se confirman las irregularidades cuyas sospechan motivaron la apertura de la investigación, Bruselas puede acordar compromisos con las empresas para corregir las distorsiones o prohibir la adjudicación de los contratos.
La Comisión Europea quiere evitar lo que ha pasado con los paneles solares: que los productores chinos acaben acaparando el mercado europeo. Bruselas también ha abierto investigaciones similares en otros sectores, precisamente en el de la energía solar y en el ferroviario, aunque también tiene en el foco a los coches eléctricos chinos.