El grupo paramilitar Wagner, el brazo de Rusia para entrar en África
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- La República Centroafricana se ha convertido en el paradigma de la expansión rusa en África
- El documental de investigación revela las estrategias de Putin para controlar el continente africano
El 13 de enero de 2021, fuerzas rebeldes atacaron Bangui, la capital de la República Centroafricana. Los cuerpos de seguridad del presidente Touadéra, ayudados por tropas llegadas de Rusia, lograron aplastarlas.
Ante la retirada de Francia, Rusia supo ver la grieta dejada para colarse en África. Para ello, envió al grupo de mercenarios Wagner que, además de apoyar al presidente, devolvió la paz y la estabilidad al país. Desde entonces, Putin no ha dejado de expandir su influencia en este codiciado continente crucial para el futuro de los equilibrios económicos y geopolíticos globales.
La retirada de Francia, vía libre para Rusia
El 13 de enero de 2021, un grupo de rebeldes islamistas atacaron Bangui. Una sangrienta guerra civil había arrasado y desestabilizado durante años, este país rico en oro, uranio y diamantes. El asalto de hace tres años fue repelido por las fuerzas del presidente Touadéra ayudadas por tropas llegadas de la Federación Rusa.
“Cuando Francia retiró unilateralmente sus fuerzas del país, tuvimos que recurrir a nuestros aliados históricos“
“Cuando Francia retiró unilateralmente sus fuerzas del país, tuvimos que recurrir a nuestros aliados históricos”, afirma Fidele Gouandika, asesor del presidente centroafricano. “Gracias a Rusia, la República Centroafricana evitó un sangriento golpe de Estado”, prosigue.
La población quería la paz y Putin vio la oportunidad e hizo la incursión en África a través del grupo de mercenarios Wagner. Desde 2018, Wagner es la herramienta de Putin para extender su influencia en África, en especial en países con inestabilidad política.
“La República Centroafricana fue el primero en acoger a Wagner y a Prigozhin”, manifiesta el excomandante de Wagner, Marat Gabidullin, quien asegura que “Wagner se extendió y llenó el vacío dejado por Francia y otros”.
El analista político francés, Emmanuel Dupuy, reflexiona sobre la posibilidad de que Francia y otros países europeos hayan subestimado las pretensiones de Rusia de utilizar al continente africano para debilitar a Europa.
“Putin necesita el proyecto africano, es su forma de influir en la comunidad internacional”, afirma el excomandante de los mercenarios rusos, mientras explica lo que hay detrás de la proliferación de Wagner en África.
Bienvenido Mr. Putin
Marat Gabidullin perteneció hasta 2019 al grupo de mercenarios de Prigozhin. A pesar de la muerte en circunstancias misteriosas del líder de los paramilitares rusos, Gabidullin sigue hablando de él como si estuviera vivo.
El excomandante recuerda que, ante el fracaso de Francia y la Unión Europea por conseguir la estabilidad para la República Centroafricana, el presidente Touadéra buscó un nuevo aliado. “Prigozhin apareció en el momento oportuno e hizo una oferta que no pudo rechazar”, explica. “Estaban cansados de la guerra y los mercenarios rusos de Wagner podían darles exactamente lo que querían”, añade Gabidullin.
El éxito de los paramilitares rusos fue aclamado por la población local. Gouandika asegura que, “gracias a Rusia, aquí reina la paz”. El equipo de investigación que pasó cuatro semanas en la República Centroafricana grabando este documental fue testigo de la acogida de los paramilitares rusos por el pueblo centroafricano.
Melo es actor y ha participado en la última película de los rusos que ha terminado por conquistar el corazón de los centroafricanos.
La propaganda rusa llega a la población a través de cursos de ruso, de emisoras de radio o del cine. Melo ha interpretado a Bozizé, el presidente de su país entre 2003 y 2013, y reconoce que esta película, aun siendo propaganda rusa, cuenta a la perfección lo que Putin ha hecho por la República Centroafricana en detrimento de los franceses, que se marcharon dejando al país sumido en el caos.
“El grupo Wagner son mercenarios, pero se desviven por los intereses del pueblo centroafricano“
“El grupo Wagner son mercenarios”, explica Melo, “pero se desviven por los intereses del pueblo centroafricano”, declara con contundencia. Banderas de la Federación Rusa por todas partes, manifestaciones y loas a favor de los rusos se ven y se oyen por el país, al más puro estilo de Bienvenido Mister Marshall, pero esta vez en versión rusa.
África, el continente codiciado
“También han muerto civiles y se han producido violaciones de los derechos humanos“
Sin embargo, no toda la población ha recibido con los brazos abiertos a los Wagner. Muchos piensan que los centroafricanos han cambiado seguridad por libertad. Uno de ellos es Brice Ndangou, redactor jefe de Ndeka Luka, la emisora de radio más popular del país, que denuncia que en esta contraofensiva llevada a cabo por los paramilitares de Wagner “también han muerto civiles y se han producido violaciones de los derechos humanos”.
Lo corrobora un informe publicado el pasado mes de junio por la ONG estadounidense The Sentry y basado en cientos de testimonios. En él se señala que la violencia de Wagner se dirigió principalmente contra la comunidad musulmana. Se les acusa de ejecuciones sumarias, saqueos y abusos sexuales contra las mujeres.
Sin embargo, la responsabilidad de estos crímenes de lesa humanidad no se ha establecido claramente. Lo que sí es evidente es la intención de expansión de Rusia por el continente africano, crucial en el nuevo tablero económico y geopolítico mundial. Su instrumento para conseguirlo es el grupo más reconocido del mundo de mercenarios, los Wagner, y su misión es continuar con sus operaciones en varios conflictos en África, que van desde Mali hasta la República Centroafricana, desde Libia hasta Sudán.
Su líder lo reconocía y resumía así: “Wagner lleva a cabo acciones de reconocimiento y búsqueda y hace a Rusia más grande en todos los continentes y a África, más libre que nunca”.
En la cumbre Rusia-África celebrada en San Petersburgo, en julio de 2023, quedó de manifiesto que Moscú ha alcanzado acuerdos con más de 40 países africanos a los que suministra material militar. El objetivo entre líneas es debilitar a Europa.