La misteriosa relación entre Romasanta, "el hombre lobo gallego", y la reina Isabel II
- Fernando Llor e Ismael Canales recrean las sesiones de hipnosis al acusado a las que asistía la reina
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Manuel Blanco Romasanta “el hombre lobo español”, está considerado el primer asesino en serie de la historia de España. Se le imputaron trece crímenes de los que reconoció nueve y durante el juicio aseguró haberlos cometido cuando se convertía en un lobo sediento de sangre. Ahora el guionista Fernando Llor y el dibujante Ismael Canales publican Los sueños del lobo (Dolmen), que se centra en la implicación de la reina Isabel II en el caso.
Empezamos preguntando a Fernando quién fue este siniestro personaje: “Romasanta está considerado como el asesino en serie más cruento de la historia de España y su caso es realmente especial por muchos motivos, quizás el más conocido sea que durante el juicio confesó cometer los crímenes convertido en un lobo, pero hay mucho más. Desde la perspectiva judicial se sigue estudiando por qué fue acusado solo con base en su confesión y sin que se hubiese encontrado ni una sola prueba incriminatoria. Y, además, su sentencia de muerte fue revocada directamente por la reina Isabel II y los motivos para ello siguen siendo un absoluto misterio hoy en día”.
“A partir de ahí -añade el guionista-, en torno a su figura se construyó toda una leyenda que se utilizó durante décadas para advertir a quienes se atreviesen a cruzar los caminos del bosque. En Galicia se utilizó siempre la palabra «lobishome», pero también sacauntos o sacamantecas”.
Y es que, como nos cuenta Fernando, este suceso causó una auténtica conmoción en su época: “El impacto fue grande, claro, en primer lugar porque de repente un hombre, al ser capturado como sospechoso de un crimen, decide confesar doce más. Y esto es importante porque a partir de ahí empiezan las peculiaridades del caso. Detalles como una transformación y una maldición. De la prensa local saltó a los periódicos nacionales más sensacionalistas y, en cuestión de días, estaba en todas partes acompañado de diferentes dibujos macabros de un hombre convertido en lobo”.
Durand de Gros, uno de los precursores de la hipnosis
El cómic comienza en 1853, cuando Romasanta está siendo juzgado. La noticia llegará hasta Argel donde Joseph-Pierre Durand de Gros, un experto en los misterios de la mente, se interesará por el caso y solicitará la ayuda de la reina Isabel II para que le permita hipnotizar a Romasanta, porque está convencido de que puede curarlo de sus tendencias homicidas. La soberana, que estaba muy interesada en el ocultismo, accede.
“Durand de Gros -nos comenta Llor-, formaba parte de una familia bastante relevante en la política francesa de principios del siglo XIX y estaban posicionados junto a Charles Fourier en la defensa del socialismo utópico. Ese posicionamiento y algunos problemas más les obligaron a exiliarse y Joseph Pierre dedicó su tiempo lejos de casa para profundizar en el estudio de la psique”.
“En ese campo -añade- fue uno de los investigadores más importantes del momento, fundamentalmente en dos campos: el braidismo, que es el precursor directo de la hipnosis y la psicoterapia, es decir el tratamiento psicológico para todos aquellos que sufren algún tipo de dolencia mental, un concepto que cambiaría para siempre nuestra forma de entender la salud mental”.
El único caso de licantropía clínica
Pero… ¿Por qué Durand de Gros se interesó en el caso de Romasanta? “Porque estaba convencido de que lo que padecía era licantropía clínica y quería demostrarse a sí mismo (y al mundo entero) que una mente dañada podía curarse si se empleaba la terapia oportuna” -añade el guionista-.
De hecho, el de Romasanta está considerado el único caso documentado de licantropía clínica. “Esa es una de las líneas de investigación desde la perspectiva de la psiquiatría forense -nos explica Llor-. Ya durante el juicio, entre 1852 y 1853, se discutió de manera muy activa si Romasanta sufría algún tipo de dolencia mental. Se habló de monomanía en el momento, pero también se habló, muchos años después, de un trastorno antisocial de la personalidad”.
“Una de las hipótesis que se baraja es la de la licantropía clínica que consiste en un trastorno alucinatorio en el que el paciente cree convertirse en un animal, casi siempre en un lobo. El caso de Romasanta se utiliza a menudo como ejemplo de esa enfermedad” -concluye el guionista-.
Una reina interesada por el ocultismo y lo sobrenatural
Pero… ¿Por qué la reina Isabel II se tomó tanto interés en el caso? “En el Madrid de la época, incluso en entornos de la alta sociedad, el espiritismo y el ocultismo están de moda -asegura Llor-. Se realizan sesiones de mesas giratorias, contactos con el más allá, espectáculos de mentalismo… La reina acudía a todo ello y, según cuenta la prensa de la época siempre salía entusiasmada. Tenía un interés genuino por lo sobrenatural y lo fuera de lo común. Sabiendo eso parece sencillo imaginar por qué llegó a interesarse a través de la carta remitida por Durand de Gros”.
Otra de las teorías sobre este curioso suceso es que Romasanta fuera hermafrodita. “Si Romasanta padecía o no un trastorno de intersexualidad -afirma Llor-, es algo que formularon hace algo más de una década los antropólogos forenses Marga Sanín y Fernando Serrulla y, hasta el momento, no es más que una posibilidad y difícilmente se podrá llegar a demostrar nunca. Ahora bien, me gusta imaginar que esa era su condición y, desde ahí, tratar de comprender qué impacto podría tener eso en una familia de una pequeñísima aldea orensana de principios del diecinueve. No sé si su comportamiento se vería condicionado tanto por su condición física como por la condición mental derivada del rechazo de su entorno más cercano”.
“Además de sus peculiaridades jurídicas o psiquiátricas, para mí sigue existiendo un gran misterio en todo esto -añade el guionista-. En 1853 termina el juicio y, antes de ser emitida la sentencia, ya había llegado al juzgado la orden de la reina revocando la pena de muerte y cambiándola por una cadena perpetua. Lo curioso, es que ese encierro sucedió en Ceuta, en la zona más alejada del país. Allí pasó diez años hasta que, según los hermanos Castro Vicente (dos eruditos en la cuestión Romasanta), falleció después de sufrir un cáncer de estómago”.
Separando la realidad de la leyenda
Leyendo el cómic nos damos cuenta de la importancia de la documentación manejada por Fernando Llor: “Sobre todo, ha sido apasionante. El juicio está perfectamente documentado en una causa que contiene más de dos mil folios manuscritos y a la que se puede acceder a través del archivo de los juzgados, pero, además, los mismos Castro Vicente que mencionaba antes, publicaron un facsímil de la reseña del juicio que se publicó en la época y que es mucho más accesible, se queda en unas trescientas páginas. Además de esa reseña también me sentí muy atraído por la prensa de la época y por diferentes publicaciones que hablaban de la familia Durand de Gros”.
Pero… ¿Ha sido fácil separar la realidad de la leyenda? “Pues no era mi intención, más bien al contrario -confiesa Llor-. Lo que se sabe a ciencia cierta es que Durand de Gros remitió una carta al consejo de ministros español pidiendo autorización para viajar a España lo más rápido posible y que incluso abandono su exilio y se trasladó a Francia esperando una autorización para cruzar la frontera y llegar hasta Allariz”.
“Lo que no sabemos es si eso finalmente ocurrió o no, ni si pudo ver a Romasanta y, efectivamente, separar la realidad de sus construcciones mentales, pero bueno, a mí me gusta pensar que sí” -concluye el guionista-.
Dibujando ‘Los sueños del lobo’
Destacar el excepcional trabajo del dibujante Ismael Canales, que nos comenta cómo llegó al proyecto: “En realidad quien primero habló conmigo del proyecto fue nuestro editor, Jorge Iván; Fernando y él llevaban ya un tiempo hablando de ello y dándole forma, y solo faltaba "una última pata para montar el banco". Lo primero que me llamó la atención fue la propuesta en sí, ya que era algo que no se parecía a lo que venía haciendo yo en los cómics, por lo que fue toda una sorpresa que hubiesen pensado en mí (¡y les estoy muy agradecido!)”.
“En cuanto a la historia propiamente dicha -continúa el dibujante-, me pareció muy interesante porque yo apenas conocía la superficie, y gracias al trabajo inmenso de documentación que venía realizando Fernando pude conocerla mucho mejor. Es desconcertante y violenta, pero también me parece muy llena de humanidad, así que encontré el concepto realmente potente”.
Sobre los personajes protagonistas, preguntamos a Ismael hasta qué punto ha intentado que se parezcan a los originales: “¡Me he tomado muchísimas licencias! Por lo general simplemente miré la documentación gráfica que pude encontrar de las personas reales, y traté de quedarme con algún rasgo que me pareciese distintivo de cada uno de ellos con el que dotar al personaje dibujado, y ayudar así al lector a identificarlos visualmente de una manera directa mientras se lee el cómic”.
“Pero no quería sentirme preso de la búsqueda constante de parecido a la hora de dibujar -añade-. Quizá la excepción ha sido precisamente con el propio Manuel, ya que existe una recreación bastante reciente de cuál pudo ser su aspecto real (incluida en los extras) y ahí sí que he intentado más concienzudamente que se pareciese de una forma más fidedigna”.
“Intento ponerme en la piel de los personajes al dibujarlos”
El cómic habla de los inicios de la psiquiatría y la hipnosis. Por eso preguntamos a Ismael ¿Hasta qué punto cree que un dibujante tiene que ser un poco psiquiatra para diseñar o definir a los personajes? “Es conocido que a veces da mucho miedo ver trabajar a un dibujante de tebeos, porque solemos poner las muecas que hacen los personajes que estamos dibujando... Imagino que es tan inevitable como necesario realizar un ejercicio de empatía mientras dibujas; es importante dotar a los personajes de unas expresiones y una actuación acordes con cada situación narrada y que transmita claramente las emociones que suceden en cada escena, así que sí que intento ponerme en la piel de los personajes al dibujarlos, bien sea en una escena buena o mala, entretenida o monótona. ¡Es un viaje con curvas!”
“Además conforme vas avanzando en el trabajo y “pasando más tiempo” con los personajes realmente sientes que los acabas conociendo mucho mejor, y es genial sentir esa conexión porque ayuda mucho al trabajo -añade el dibujante-.
En cuanto a la atmósfera del cómic y a que sea en blanco y negro, Ismael nos comenta: “La verdad es que empecé a trabajar sin tener muy claro si habría color o no, pero desde muy pronto se decidió que no, que sería completamente en blanco y negro (y grises). Al principio tuve algo de vértigo, porque el color es una herramienta muy poderosa y yo estaba bastante acostumbrado a trabajar con ella; pero poco a poco empiezas a imaginar la historia contada en blanco y negro y los recursos que podrías utilizar para enfatizar esto o aquello, el cómo quizá al trabajar sin color puedas aprender nuevos caminos y métodos de trabajo...”
“Además -continúa el artista-, en la historia Fernando cuenta varios momentos realmente terroríficos (aunque no sea un tebeo puramente de terror), y creo que la ausencia de color en este caso en concreto y el uso de un entintado más fino aquí o uno más crudo allí sirve para que haya una atmósfera muy específica que pienso que le viene muy bien a lo narrado. Lo cierto es que ahora mismo no me imagino este cómic hecho de otra forma”.
En cuanto a la documentación visual, Ismael nos confiesa que: “¡Me he basado en lo que he podido! La historia se ambienta a mediados del siglo XIX, en la España rural del norte en la mayoría de los casos, que no es una época muy antigua pero tampoco demasiado reciente. La principal complejidad ha sido el tener que dibujar un vestuario, unos entornos, artilugios, etc.., que no estaba acostumbrado a dibujar ni de lejos (los cómics son un medio estupendo para aprender a dibujar de todo un poco)”.
“Para ello intenté mirar fotografías de épocas cercanas a la historia, ilustraciones de la época, documentales, alguna película... No había una fuente concreta en la que fijarse, así que intenté mirar todo lo que pude aquí y allí, cualquier cosa que pudiera ayudarme. Siento darte una respuesta tan abstracta, pero es que básicamente fue así” -concluye el dibujante-.
Sus proyectos
Como es habitual, preguntamos a los autores por sus proyectos: “Pues de momento -asegura Fernando Llor-, estoy trabajando en tres títulos que saldrán en algún momento del 2025 (si todo va bien). El primero es El libro endemoniado junto a Alicia García, una comedia ambientada en un mundo medieval que saldrá publicada por Astronave; Chum junto a Carles Dalmau y Eiden Marsal en el que será nuestro segundo título para la línea Planeta Manga y en el que nos vamos hacia el terror cósmico; y Cómodo junto a Miguel Hernández en el que haremos un recorrido por la truculenta vida del hijo de Marco Aurelio y en el que trabajamos junto a todo un experto en el ámbito como es Carlos de Miguel, publicará MSK”.
En cuanto a Ismael Canales: “En este momento estoy en las primeras fases de un nuevo proyecto que espero que cuaje, aunque por ahora no puedo decir más. ¡En cuanto haya algo en firme ya os daré la turra, pero bien!”
Mientras podemos disfrutar de la apasionante historia de Romasanta, “el hombre lobo español”.