Bartolomé Seguí lleva al cómic 'Malaherba', de Manuel Jabois: "Es una historia de primeras veces"
- El dibujante mallorquín deslumbra con este tebeo sobre el paso de la niñez a la adolescencia
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Tras sus imprescindibles adaptaciones de tres novelas de Pepe Carvalho (Norma editorial) y su personalísima Boomers (Salamandra Graphic), Bartolomé Seguí (Palma de Mallorca, 1962) sigue sigue subiendo el nivel con Malaherba (Salamandra Graphic), una sorprendente adaptación de la gran novela de Manuel Jabois (Sanxenxo, 1978) sobre el paso de la infancia a la adolescencia de un niño en la Pontevedra de principios de los 90.
“Creo que es una adaptación emocional –asegura Bartolomé-. Y por eso funciona para cualquier lector, conozca o no Pontevedra. Porque lo que transmite la novela y lo que intento transmitir con el cómic son esos descubrimientos en los últimos días de la infancia: el primer gran amigo, el descubrimiento del amor, de la sexualidad… Jabois y yo la definimos como una historia de primeras veces. Y la prueba es ese comienzo tan bonito de la novela y el cómic: “La primera vez que murió papá todos pensamos que estaba fingiendo…”.
Pero… ¿Por qué quiso adaptar la novela? “Me lo propuso Salamandra porque les había gustado Historias del barrio (una novela gráfica sobre la adolescencia con guion de Gabi Beltrán). Supongo que pensaban que podía adaptar bien ese mundo infantil”.
“No había leído la novela y no soy muy fan de las historias infantiles –añade Seguí-. Pero sí me gustan mucho las historias que hablan de la infancia, porque a todos nos encanta volver a esos tiempos. Lo que me gusta mucho de la novela es que consigue retratar esa infancia de una forma muy realista, no como esas historias infantiles que te digo, que la retratan desde la perspectiva de como los adultos imaginamos que son los niños”.
“Manuel Jabois narraba Malaherba en primera persona -continúa el autor mallorquín-. Es el testimonio de Tambu (Tamburino), un niño de diez años que parece realmente un niño de diez años, como otros grandes personajes del cómic tipo Calvin, Titeuf o el Pequeño Nicolás, a los que me recuerda. Porque la infancia está narrada desde la nostalgia y el humor. Y cuando leí la novela pensé que podía aportar cosas nuevas”.
Un niño que descubre las muchas caras del amor y la muerte
Malaherba cuenta la historia de Tambu, un niño que junto a su mejor amigo (Elvis), su hermana (Rebe) y sus amigos, atraviesa los últimos días de la niñez en los que le pasan cosas a las que no sabe poner nombre, como el primer amor, el acoso escolar, o la muerte.
“Malaherba comparte algunas cosas con Historias del barrio –asegura Seguí-. Son historias de iniciación duras, en ambientes marginales, con familias desestructuradas… Aunque Malaherba es más intimista porque no hay demasiados escenarios”.
“Manuel Jabois me ha dado total libertad”
Para esta adaptación, Bartolomé Seguí confiesa que Manuel Jabois le ha dado total libertad: “Yo les pasé el guion a la editorial y a Jabois. Antes de empezar a dibujar pudimos conocernos y me dijo que el cómic era una obra nueva y que me daba total libertad para adaptarla a mi manera, lo cual le agradezco muchísimo, porque es una muestra de generosidad total”.
“Luego –continúa Seguí-, cuando empecé a dibujar le mandé las primeras páginas y comprobó que el tono y el color se correspondían con lo que él quería contar en la novela. Y por lo que me ha contado está muy contento con el resultado. Incluso me comentó que el final le había sorprendido, cuando lo curioso es que yo no he cambiado ni una coma, pero a él le parecía completamente nuevo. Es muy curioso".
“Cuando la editorial me propuso la adaptación –añade Seguí- me dijeron que podía hacerla con un guionista. Pero a mí me interesaba mucho escribir el guion porque hasta Boomers (2023) llevaba muchos años trabajando con guionistas y me encanta poder controlar al 100% lo que sería la narrativa del cómic: cuantas viñetas quiero dedicar una escena, hacer secuencias sin palabras… Porque los guiones de Felipe Hernández Cava (Hágase el caos) y Hernán Migoya (Carvalho) eran muy densos y a mí me apetecía narrar con imágenes”.
“Por eso –continúa-, quité la voz en off, que es una de las cosas más características de la novela y que también es la parte más divertida y ágil, gracias a la estupenda prosa de Jabois. Pero yo quería, como digo, que el dibujo tomara el control del ritmo de la narración. Busqué la esencia de la trama y, a partir de ahí entra en juego la narrativa de Bartolomé Seguí”.
Los protagonistas
El autor sí ha querido respetar la descripción de los personajes que hace Jabois y que acompaña con una ilustración de cada uno de ellos: “Como había quitado la voz en off, me parecía una pena dejar fuera esas maravillosas descripciones de los personajes, que son muy divertidas”.
En cuanto a su retrato de los personajes: ”El que más me preocupaba era el protagonista, Tambu, porque la novela tiene muchas cosas autobiográficas y era fundamental. Lo he hecho un poco rockero, con ese peinado que parece un casco. Al principio me parecía un poco exagerado pero creo que funciona bien y a Jabois le gustó mucho. Creo que es un personaje muy vital”.
“Y a su mejor amigo, Elvis, Jabois lo describía como un chaval muy mono, al que te gustaría cuidar. Y así he intentado retratarlo”.
“La novela insinúa muchas cosas”
En cuanto a la adaptación del argumento, Bartolomé seguí nos comenta: “Una de las cosas que más me gusta es que Jabois no lo cuenta todo, sino que deja muchas cosas a la imaginación del lector, que es el que las reconstruye. Como esas cosas que intuimos que pueden estar pasando a los protagonistas, pero que no desvela. Por ejemplo, el bullying, para el que en esa época casi no teníamos ni definición”.
“O el sexo –añade el autor-, como cuando Dani besa a Tambu con lengua y él no sabe si aquello es una muestra de cariño o es una agresión. Por eso, a la hora de dibujar esas escenas, que con palabras puedes insinuar, me preocupaba no mostrar demasiado con las imágenes”.
“Con los padres también pasa –concluye el dibujante-. Sabes que el padre está enfermo, pero no si tiene problemas con las drogas. Ni por qué la madre no está casi nunca en casa”.
Sexualidad, drogas…
Como comentábamos el primer amor, la muerte, las drogas o el descubrimiento de la sexualidad son otros de los temas de la novela y el cómic. “La sexualidad, el primer beso… son temas que descubres con tus amigos, tus primos, porque los tienes cerca, pero eso no quiere decir que seas homosexual ni nada. En la novela hay una escena que me hace mucha gracia que es cuando les dicen a Tambu y a Elvis que son maricones y se enfadan porque es un insulto. Y dicen: “No somos maricones, somos novios”, porque les parece más normal decir que nos novios y hay no hay esa carga negativa. Pero en esa edad están todavía por definir, si son homosexuales o no, ya se verá en el futuro. Ese beso que Dani le da a Tambu le gusta mucho, pero a la vez tiene la sensación de que puede no estar bien. Como digo, la novela lo deja todo muy abierto y eso me encanta”.
En la novela también aparecen las drogas, que causaron estragos en la Galicia de los 80 y 90. “Si –nos comenta Bartolomé-, Jabois lo trata con esa naturalidad de los niños en situaciones difíciles, como cuando ves en los informativos imágenes de niños jugando a la pelota en plena guerra. Aquí hay una escena en la que van a jugar al fútbol en un campo y antes de jugar retiran las jeringuillas que hay en el suelo y ya está”.
Una excelente recreación de la época
Como en todos los trabajos de Seguí destaca su excelente documentación, reflejada en cada viñeta, desde la vestimenta de la época a los posters que adornan la habitación de la hermana de Tambu. “Manuel me ha pasado alguna foto y recorrí la ciudad de Pontevedra con paseos virtuales en Google Maps –confiesa-. Así descubrí, por casualidad, una cosa muy emocionante: que en un edificio todavía puede verse la marca que quedó cuanto quitaron el neón del bar Los Álamos, donde sucede parte de la historia”.
“Y en la web del instituto el CEIP CAMPOLONGO de Pontevedra, encontré muchísimas fotografías de todas las épocas –añade el artista-. Eso me ha permitido recrear como eran las clases, el patio, los pasillos…”.
Destacar que Seguí cada vez parece dibujar mejor: “Boomer, mi anterior trabajo, fue el primero que hice 100% en digital –asegura-. Creo que eso hace que el dibujo sea más limpio, que la línea sea más clara. También me permite hacerlo más suelto y pienso que esa libertad se nota. No es como antes que parecía que ilustrabas las viñetas una a una. Aquí estás ilustrando una secuencia y por eso yo estoy más cómodo y mi trazo refleja esa comodidad. Me he sentido muy cómodo a la hora de dibujar Malaherba, porque todo ha sido muy fluido”.
Nos encantan las guardas del cómic ilustradas con una versión de los Clicks (como se llamaban en esa época) de Playmobil. “Quería meter los Clicks, pero por cuestiones de derechos no se podía, así que he buscado una versión rusa –asegura Seguí-. Pero los Clicks aparecen mucho en la novela y quería que estuvieran muy presentes también en el cómic”.
En cuanto a sus proyectos, Bartolomé Seguí nos anuncia: “Estoy dibujando una novela gráfica para Francia. Es una adaptación de la novela A Quiet Vendetta, de Roger J. Ellory. El guion es de Fabrice Colin y serán más de 120 páginas de las que ya tengo unas 40. Así que calculo que me tendrá ocupado hasta mediados del año próximo”.