La CIDH condena la intrusión en la Embajada de México y llama a Ecuador a proteger al exvicepresidente Jorge Glas
- Está recluido en una cárcel de máxima seguridad desde la incursión de la Policía ecuatoriana en la Embajada mexicana
- La irrupción a la fuerza ha sido declarada ilegal y arbitraria por un tribunal de Ecuador
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha instado este lunes a Ecuador a proteger la vida del exvicepresidente Jorge Glas, recluido en una cárcel de máxima seguridad desde el pasado 6 de abril tras la violenta incursión de la Policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito.
La CIDH ha manifestado en un comunicado "su preocupación por los hechos relacionados con la intrusión de la Embajada de México en Quito" y ha llamado a la "observancia de las normas internacionales sobre la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y las que rigen el asilo diplomático".
Asimismo, ha animado a Ecuador "a adoptar las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad personal de Jorge Glas", vicepresidente entre 2013 y 2017, durante el periodo presidencial de Rafael Correa (2007-2017).
La Comisión Interamericana ha recordado que el 31 de diciembre de 2019 decidió "otorgar medidas cautelares a favor del señor Jorge David Glas Espinel en los términos del artículo 25 de su Reglamento".
La CIDH había conminado a Ecuador a aplicar las medidas "más apropiadas" a las circunstancias personales de Glas, quien había solicitado un año antes la intervención de la CIDH, cuando estaba en prisión por dos condenas en firme por cohecho y asociación ilícita.
Un tribunal de Ecuador declara ilegal la irrupción
Además, la CIDH ha anunciado que ha tomado nota de la resolución de condena a la intrusión policial ecuatoriana a la Embajada de México en Quito, emitida el pasado 10 de abril por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual forma parte.
La declaración de la OEA también convoca a reconocer la importancia del respeto a la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y a "cumplir con sus obligaciones bajo la Convención de Viena y la Convención de Asilo Diplomático de 1954".
Glas se encontraba en la Embajada de México en Quito desde el 17 de diciembre y días más tarde solicitó asilo para que se le reconociese como perseguido político al rechazar todas las imputaciones y condenas en su contra, que califica de 'lawfare' (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos).
Posteriormente se ordenó su captura e ingreso en prisión preventiva por el caso de las obras de la reconstrucción tras el fuerte terremoto de 2016, donde está imputado por presunto peculado (malversación de fondos).
Adicionalmente, le faltaba todavía acabar de cumplir una pena de ocho años por las condenas de cohecho y corrupción que no terminó de purgar cuando a finales de 2022 salió de la cárcel gracias a una resolución judicial de medidas cautelares.
La irrupción a la fuerza en la Embajada de México, cuando Glas ya había recibido el asilo, ha sido declarada ilegal y arbitraria por un tribunal de Ecuador.
El Gobierno mexicano ha roto relaciones con el país andino y lo ha denunciado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por considerar violado el derecho internacional y su soberanía nacional.