Conciertos o reservas a año vista: la hiperplanifación, un problema que afecta al 25% de la población
- En los casos extremos provoca miedo a perderse eventos sociales y ocioansiedad
- Afecta sobre todo a los más jóvenes
Entradas para conciertos que se ponen a la venta con más de un año de antelación y se agotan rápidamente, restaurantes en los que es imposible cenar si no has reservado semanas o meses antes. Cada vez estamos más acostumbrados a planificar nuestro ocio, dejando poco espacio a la improvisación. El riesgo es que acaba convirtiéndose en una obligación.
"Hace poco gestioné una reserva para finales de octubre. Me quedé como guau, me sorprende que la gente me haga reservas de aquí a ocho meses. Me quedé como ¿estás seguro? Y me dicen: sí, ya tenemos el viaje organizado", cuenta Eva Tebar, encargada de reservas en uno de los restaurantes de moda de Madrid.
Para comer aquí es necesario garantizarse el cubierto con mucha previsión: "Hemos reservado con cuatro meses de antelación", cuenta un comensal. "Las zamburiñas de aquí hay que probarlas y las fotos quedan muy guay", cuenta otro.
Otro plan de ocio con tirón son los eventos musicales, que cada vez cuelgan el cartel de completo antes. Clara, Rodrigo y Javi, junto con más amigos, van a cuatro festivales en tres meses. 16 días de buena música con mucha organización dicen y trabajo detrás para no quedarse sin entradas.
Afecta principalmente a los jóvenes
"Mira qué planificación llevamos. Empezamos aquí con el O'Son do Camiño en junio, en agosto pasamos al Sonorama y al Gigante. Todo con alojamiento con casi un año de antelación, las comidas igual...", cuenta Clara a TVE. "A veces es tedioso", cuenta su amigo Javi. "Al final es importante que las personsa del grupo tengan una capacidad de adaptación alta", cuenta el tercer amigo, Rodrigo.
Hasta arriba de reservas anticipadas están también en las agencias de viajes. En lo que llevamos de año han crecido un 25%, algunas son, para dentro de un año.
Planear el ocio con tiempo tiene ventajas como conseguir mejores precios o condiciones. El problema, aseguran los psicólogos, es cuando esa planificación a largo plazo es habitual para todo, cuando hiperplanificamos.
"Es la necesidad constante de tener toda tu vida organizada, pero además de tener la agenda ocupada, esta gente tiene que ser siempre productiva", cuenta Cristina Osés, socióloga.
La hiperplanificación afecta a 25 de cada 100 personas. Sobre todo a jóvenes, y en los casos extremos provoca miedo a perderse eventos sociales y ocioansiedad. Es más frecuente, aseguran, desde la pandemia y el boom de las redes sociales y afecta más a personas con baja autestima.
Vivimos, advierten los expertos, en una sociedad cada vez más centrada en el hacer y no en el ser. Lo básico, aseguran, es ser conscientes y hacer sólo lo que realmente nos hace feliz, equilibrándolo con descanso, ya se sabe, priorizando la calidad a la cantidad.