La campaña de las elecciones vascas llega a su fin marcada por Osakidetza, los vetos y ETA en su recta final
- Osakidetza (sistema de salud vasco) arrancó como el principal protagonista de la campaña
- El tono ha ido de menos a mas entrando en juego, ya al final, pero con fuerza, el terrorismo de ETA
Llega a su fin la campaña electoral de las elecciones vascas que este domingo decidirán si la continuidad sigue reinando en Euskadi- y decir allí continuidad significa decir PNV- o se produce un cambio histórico que, salvo sorpresa absoluta, no llegará ya que, aunque la posibilidad de que EH Bildu gane las elecciones es real, no hay suma posible que le permita alcanzar la Lehendakaritza.
La campaña ha ido de menos a más, con una primera semana muy suave en la que la victoria del Athletic de Bilbao eclipsó los mítines, y la muerte del histórico lehendakari José Antonio Ardanza sacudió a toda la clase política vasca; para llegar a una segunda semana más potente y acerada con reproches más agudos entre los candidatos y la presencia, en los últimos días, del terrorismo de ETA a cuenta de unas declaraciones del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, en las que se negaba a condenar a la banda, que definía como "grupo armado". Cierto es que con una repercusión mayor en la política nacional que en la propia campaña en Euskadi.
En los primeros compases de la campaña (con unos candidatos nuevos y desconocidos) primaron las críticas a la gestión del PNV, que siempre ha gobernado en el País Vasco, salvo el breve periodo del lehendakari socialista Patxi López. Críticas que vinieron de todos los partidos con importantes equilibrios por parte del PSE-EE, que gobierna en coalición con los nacionalistas desde hace dos legislaturas. Y en la segunda semana de campaña, en la que EH Bildu se posicionó en las encuestas como el ganador de las elecciones, el enemigo a batir ha sido la formación de Pello Otxandiano, candidato abertzale, con un PNV y PSE-EE muy lanzado a por la formación de Arnaldo Otegi.
La sanidad pública y la vivienda, protagonistas absolutos
El sistema de sanidad vasco (Osakidetza) y la vivienda han sido claves en una campaña en la que se ha hablado, por encima de todo, de los problemas que preocupan a los ciudadanos y en la que los candidatos han desgranado una por una sus propuestas (algo no habitual en las campañas). Asuntos como la amnistía en Cataluña, el 'caso Koldo' o las comisiones en el Congreso y el Senado ni se han mencionado en una campaña nada contaminada por los asuntos de relevancia nacional (tampoco habitual).
Osakidetza pronto se convirtió en una de las palabras más repetidas en mítines, actos de campaña, entrevistas y debates electorales. Situada la sanidad pública como el principal problema de los vascos, según el CIS, se ha convertido en un arma arrojadiza contra la gestión del PNV con propuestas lanzadas de todos los partidos para la que consideran "joya de la Corona" del autogobierno.
De igual forma, la vivienda (con San Sebastián como la ciudad con los precios más caros de España) ha sido tema central con reproches a la gestión del Gobierno vasco, en esta caso dirigida por los socialistas dentro de la coalición.
La educación, el modelo industrial o el modelo de la Ertzaintza- con polémica incluida por la propuesta de EH Bildu de reducir las armas de fuego en el cuerpo policial- han ocupado parte de los actos electorales en estas dos semanas que llegan a su fin este viernes.
Los pactos y los vetos
Los pactos posibles tras las elecciones han copado mucha parte de los mensajes de los candidatos con algunas ideas lanzadas muy claras en este sentido. El PNV no cierra la puerta totalmente a EH Bildu, pero recela de la formación por tener proyectos "antagónicos" y apuesta por reeditar un gobierno de coalición con los socialistas vascos, mientras que la formación abertzale se abre a pactar con el PNV- al que le une las aspiraciones soberanistas- y con el PSE- consolidando un espacio de izquierdas-.
El tercero en cuestión, el PSE- posición en la que se mantendría, según todas las encuestas- se cierra en banda a posibilitar que Otxandiano (EH Bildu) sea el próximo lehendakari. En los últimos días de campaña, y ante las dudas que planteaban el PNV y el PP de que finalmente Pedro Sánchez sea quien decida pactar o no, Eneko Andueza se ha comprometido a dimitir si se incumple su palabra. El propio presidente del Gobierno ha apostado durante la campaña por mantener la coalición PNV-PSE. Y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha instado al PSOE a que "ante notario" se comprometa a no pactar con la formación de Arnaldo Otegi.
El PP está dispuesto a apoyar un gobierno PNV-PSE con condiciones, si eso supone cerrar la puerta a EH Bildu, y Podemos y Sumar, que podrían quedar fuera del Parlamento, se abren a un gobierno de izquierdas con EH Bildu, opción imposible sin los socialistas en la ecuación.
ETA irrumpe con EH Bildu hablando de "grupo armado"
El terrorismo de ETA y la historia sangrienta de la banda había pasado completamente desapercibida hasta que Otxandiano, en una entrevista en la Ser y preguntado por el tema, se negaba a condenar el terrorismo e incluso a definir a la banda como terrorista para decir que fue un "grupo armado".
El revuelo por las declaraciones pasó de la esfera vasca- donde los partidos (menos Vox) no habían usado este tema en campaña- a la esfera nacional. El Gobierno, que tiene en EH Bildu a un socio parlamentario estable, habló de "cobardía", a lo que el PP contestó: "Cobardía es apoyarse en sus votos". Muy contundente, el lehendakari, Íñigo Urkullu, lanzó una pregunta al candidato abertzale: "853 víctimas, ¿qué es eso? ¿Es un cambio de ciclo? ¿Qué les dice a las familias de las víctimas? ¿Qué les dices a los miles de heridos?".
Pedro Sánchez se refería este jueves a este asunto para decir que "a las cosas hay que llamarlas por su nombre" y que "ETA fue banda terrorista", sin que tenga intención de modificar la relación parlamentaria que tiene con la formación.
Todos los partidos, sin excepción, han pedido a EH Bildu que condene el terrorismo de ETA, pero la formación de Arnaldo Otegi no lo hace y se limita a decir que "afortunadamente ETA ya no existe", que es un tema que no debe estar en campaña, que sale en periodos electorales para "embarrar" y que requiere un debate con "sosiego y tranquilidad".
Este mismo jueves, preguntado otra vez por el tema, Otxandiano pidió perdón a las víctimas por "herir su sensibilidad" por sus declaraciones, pero insistió en su no condena a la banda y dijo: "ETA fue una trayectoria de 60 años".
Un dato relevante en estas elecciones es que casi todos los aspirantes a lehendakari pertenecen a una generación introducida en política al finalizar el terrorismo y que desde que ETA dejó de matar en 2011, alrededor de 220.000 jóvenes se han incorporado al cuerpo electoral vasco, algo más del 12 % del censo.
Debate identitario en un segundo plano
Y es que el debate identitario y la relación del País Vasco con el resto de España han estado fuera de los asuntos claves de la campaña, ante la indiferencia social por este tema.
El mismo CIS sitúa el nacionalismo como la preocupación número 20 y el Sociómetro del Gobierno vasco coloca la defensa de la independencia de Euskadi en el 22% de los encuestados en su último estudio de 2023 (otros estudios como el de Deustobarómetro Social baja esa cifra de independentistas al 16 % de los vascos).
No es un tema, por tanto, en la cabeza de la sociedad vasca, de tal forma que los partidos no han centrado sus respectivos mensajes fuerza en este ámbito, aunque sí en esta última semana han quedado también claros los modelos por los que apuesta cada partido: PNV y EH Bildu coinciden en el reconocimiento nacional de Euskadi; el PSE, por una reforma del Estatuto de Gernika, y Podemos y Sumar, por una nuevo estatuto. El PP defiende no levantar muros y separaciones y Vox, por suprimir el concierto económico vasco, tal y como rezan los programas electorales de cada formación.
Debates electorales de guante blanco
La vasca ha sido una campaña poco crispada, con reproches cruzados y ataques, claro está, pero en un tono muy moderado, al que no acostumbra la política nacional, instalada en la crispación.
Los diferentes debates electorales que se han celebrado- el primero en RTVE y los posteriores en la EiTB, El Diario Vasco y El Correo- han puesto de manifiesto este lenguaje sosegado con algún zarpazo entre candidatos, pero más que de guante blanco.
En el de TVE, uno de los momentos más tensos vino precisamente por el terrorismo de ETA. Andueza (PSE) exigió a la representante de EH Bildu una condena expresa a la violencia de ETA y recibió el silencio como respuesta: "Tiene aquí una oportunidad ahora mismo para condenar la violencia de ETA y abrir un nuevo tiempo en Euskadi".
Todos los candidatos mostraron su condena y solidaridad con Pradales (PNV) agredido con un spray de pimienta a la salida de un mitin, uno de los pocos momentos de tensión en estos últimos días, y el "susto", en palabras del afectado, de una campaña que esta noche llega a su fin con la presencia en los mítines de cierre de los líderes nacionales Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Núñez Feijóo (PP), Ione Belarra (Podemos) y Santiago Abascal (Vox), el más activo en toda la campaña.
Los partidos llamados a la pelea final, PNV y EH Bildu, también echarán el resto en el cierre con sus candidatos y sus líderes, Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi, y con la vista puesta solo en llegar a Ajuria Enea. El domingo le toca el turno a las urnas.
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