El ser humano está provocando "la sexta extinción masiva de especies": ¿cómo conservamos nuestra biodiversidad?
- La defensa del patrimonio natural, un reto al que se enfrentan cada día las asociaciones ecologistas
- Atentar contra la naturaleza en España implica entre 100 y dos millones de euros, y hasta pena de cárcel
Nos encontramos ante un fenómeno inédito en la historia, el sexto proceso de extinción masiva de especies, y el primero "causado por los seres humanos". Perdemos biodiversidad hasta "1.000 veces más rápido" que el ritmo natural de extinción, todo como consecuencia, explica a RTVE.es Theo Oberhuber, responsable del área de Conservación Natural de Ecologistas en Acción, de "nuestra capacidad de alteración de los medios naturales". Su objetivo como activista es "desaparecer", añade, y que su labor como activista que defiende los ecosistemas ya no sea necesaria.
La posición geográfica de España convierte este país en un auténtico privilegiado en términos de biodiversidad. Su situación, a caballo entre África y el continente europeo hace de la península Ibérica un área con un patrimonio natural único. Así lo explica a RTVE.es Laura Moreno, portavoz de WWF. “El patrimonio natural lo es todo, las especies, hábitats, paisajes y también costumbres y actividades tradicionales”. Su defensa, añade, pasa por conservar áreas con un "valor señalado" en términos de biodiversidad. Pero no siempre resulta tarea sencilla.
A continuación repasamos con expertos seis casos de espacios naturales en España afectados por la actividad humana y qué acciones se están poniendo en marcha para su conservación.
El Parque Natural de la Albufera, un polvorín amenazado por las llamas
La Dehesa del Saler se extiende en paralelo entre dunas y arrozales, separando el mar Mediterráneo de las dulces aguas de La Albufera de Valencia. Un frondoso bosque con una biodiversidad única que cuenta con un peligroso enemigo: el fuego. Los incendios son habituales cada año en esta pineda. Un auténtico polvorín donde las llamas, empujadas por la brisa de Levante, han llegado a triplicar el tamaño de los majestuosos pinos que cubren el parque.
Lo explica a RTVE.es la presidenta de la Asociación de Vecinos de la Dehesa, Ana Gardolí. Un riesgo para ellos, pero también para las especies únicas que habitan las 800 hectáreas del parque. “Es horrible, de verdad, horrible… Y esto afecta a la flora y a la fauna, lógicamente”, añade Ana.
Vecinos y autoridades sospechan que los recurrentes incendios podrían ser intencionados. El Parque Natural de La Albufera de Valencia es uno de los muchos de espacios naturales en España afectados por la acción humana. El cambio climático, la sequía, la contaminación arrastrada hasta el lago por la lluvia desde las carreteras adyacentes… Constituyen un peligro para la reproducción de pequeños insectos, crustáceos, peces, y también para la cría y nidificación de las especies únicas de aves que habitan la zona, cuenta a RTVE.es Eva Tudela, portavoz de Acció Ecologistes-Agró.
La Marjal de Almenara, un humedal en "emergencia por sequía"
La Marjal de Almenara es otro humedal valenciano que requiere de esta especial protección. Este lago, ubicado entre las comarcas de la Plana Baixa y el Camp de Movede, estuvo a punto de desaparecer hace alrededor de 30 años como consecuencia de sobreexplotación de los acuíferos y la acción urbanística, apunta Enric Amer, portavoz de Acció Ecologista-Agró, que define la zona como “una excepción climática del Mediterráneo desde el punto de vista de la biodiversidad y del paisaje”.
A día de hoy, la presión de asociaciones como esta ha logrado que el humedal esté protegido bajo la Red Natura 2000 –red europea de áreas de conservación de la biodiversidad- y la ZEPA, como zona de especial protección para las aves. Especies únicas en Europa como la cerceta pardilla o el arpellot de marjal nidifican en la zona, además de especies singulares de peces como el samaruc.
Sin embargo, el humedal se encuentra bajo una situación de “emergencia por sequía”, explica Amer, que puede llegar a afectar a estas especies. Coincidiendo con el Día Mundial de la Madre Tierra, que se celebra cada 22 de abril, han convocado una sentada en el aeródromo de la Llosa, una pista de despegue cerca del humedal, que, explica el portavoz, afecta a las aves, y las pone en peligro sobre todo en época de reproducción. Su traslado a otra zona está pendiente, aunque Agró sigue insistiendo para que se haga efectiva.
Valdecañas: La Marbella extremeña
El patrimonio natural de España se ve afectado por la acción humana por múltiples motivos. Theo señala a RTVE.es “cuatro grandes bloques” en este sentido. En primer lugar, la “alteración del hábitat” de las especies, que abarca aspectos como la deforestación o la urbanización. A Laura Moreno, de WWF, se le viene a la cabeza el caso Valdecañas, uno de los puntos de mira de las asociaciones ecologistas en los últimos años.
Este complejo de lujo, levantado en una isla de 135 hectáreas situada en el embalse de Valdecañas, al norte de Cáceres, se construyó “con la idea de que fuese una especie de Marbella”, señala Theo Oberhuber.
Un campo de golf, un hotel de 4 estrellas, 76 atraques de barcos y 185 villas que, a falta de ver el mar, cuentan con unas espectaculares vistas a este pantano. En 2005, la Junta de Extremadura declaró el embalse Red Natura 2000 y Zona de Especial Protección de Aves, blindando este espacio natural ante una posible urbanización del territorio. Pero en 2007 el gobierno autonómico aprobó este proyecto en la isla del embalse. “A pesar de tener claros todos los problemas existentes al ser una zona protegida la Junta decide seguir adelante”, apunta Theo.
Un claro ejemplo de lo que Theo se refiere cuando nos habla de “alteración del hábitat”. La asociación de la que forma parte presentó un recurso en 2009 ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura para paralizar el proyecto. En 2011 el tribunal les da la razón, logrando paralizar las obras. “Valdecañas es un buen ejemplo para demostrar cuándo una administración tiene interés en sacar rédito” de la biodiversidad, añade el portavoz. La justicia extremeña dictó en septiembre de 2023 la demolición del complejo.
El Algarrobico, una pesadilla de ladrillos y arena
En referencia a la alteración del hábitat, la portavoz de WWF también recuerda El Agarrobico. En marzo de 2003 la localidad almeriense de Carboneras concedió una licencia de obras para la construcción de un hotel de más de 20 plantas y 400 habitaciones a 14 metros del mar. “Un proyecto de unas dimensiones que no procede en un espacio protegido”, señala Laura Moreno. Un sueño de ladrillos y arena convertido en pesadilla y frustrado por el auto de paralización de un juzgado de Almería en 2006.
Fue construido de forma ilegal dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, protegido bajo un plan de ordenación de 1994. En marzo de 2024, la Junta de Andalucía pidió al Ayuntamiento de Carboneras que revise la licencia de obras al remarcar que el suelo “ni era ni es urbanizable”.
Desde Ecologistas en Acción sostienen en su página web que esta “mole de hormigón” supone “un impacto visual y paisajístico de una enorme intensidad contra la protección y preservación de los valores naturales establecidos en la zona”.
Los espacios naturales de Canarias, "colapsados" por el turismo
Otro ejemplo de alteración paisajística, a juicio de las fuentes consultadas, son las islas Canarias. El paradisíaco archipiélago atrajo en 2023 a 14,1 millones de visitantes extranjeros, una cifra récord para una región cuya economía depende del turismo.
El pasado 20 de abril, agrupaciones como ATAN, la Asociación Tinerfeña Amigos de la Naturaleza, convocaron manifestaciones en las siete islas para exigir que se ponga “límite a un modelo económico basado en el crecimiento indefinido” el cual tiene una repercusión muy clara sobre el patrimonio natural de Canarias. Lo explica a RTVE.es Eustaquio Villalba, portavoz de ATAN. “La enorme cantidad de turistas está produciendo la desaparición de muchas áreas de gran interés natural”, y pone ejemplos concretos.
Eustaquio nos habla del Parque Rural de Anaga, un emblemático espacio natural de la isla de Tenerife cuyas abruptas cordilleras de cumbres recortadas convierten los profundos valles que descienden hasta el mar en todo un espectáculo. Un espacio declarado Reserva de la Biosfera “con una flora importantísima a nivel internacional”, añade Eustaquio. Sin embargo, la proliferación de visitantes y la promoción de actividades como deportes al aire libre, “en muchos casos incompatibles con la biodiversidad de la zona” ponen en riesgo este espacio natural protegido.
Otro ejemplo, la reserva natural de Montaña Roja, al sur de la isla. Un enclave basáltico formado aproximadamente hace medio millón de años cuyo ecosistema, amenazado por la presión humana, es único en el mundo por las condiciones desérticas de esta área protegida sobre la que se alza un fascinante cono volcánico de tono rojizo. “La mayor parte de las aves que visitaban este territorio han desaparecido, la mayoría de ellas ya no nidifican”, explica Eustaquio.
Los ejemplos se cuentan por decenas y, en definitiva, explica el portavoz, la defensa del patrimonio natural de la isla, pasa por el control de un turismo que ha "colapsado" los espacios naturales y que supera la capacidad de la que dispone el territorio.
La contaminación del Mar Menor
En segundo lugar, Theo señala la contaminación como otro de los factores que más perjudica “a la salud y a la supervivencia de las especies" y pone como ejemplo uno de los casos más señalados en España: el Mar Menor.
La agricultura intensiva en los alrededores de la zona, sumada al uso de determinados químicos para esta actividad, explica el responsable de Acción Ecologista, han degradado la zona hasta llevarla “hacia un colapso” que está provocando la muerte de ciertas especies emblemáticas. Es lo que se conoce como eutrofización, explica, la acumulación de nutrientes en el agua como consecuencia de ciertos vertidos. Una de las principales causas de la contaminación de lagos y embalses en la actualidad.
El portavoz ubica el cambio climático como la tercera causa que provoca la degradación de la biodiversidad. En cuarto lugar, la introducción de especies invasoras que alteran los ciclos naturales, como el visón americano o la tortuga de Florida. Sin embargo, tras todo ello trascienden lo que llama “causas adyacentes”, aquellas que van más allá de todas las antes mencionadas, y donde, según dice, hay que poner el foco para la defensa de nuestra biodiversidad. “Hablamos de nuestro modelo económico, nuestro modelo de producción que generan estas causas indirectas que hemos ido mencionado”, sentencia.
Las sanciones oscilan desde los 100 hasta los dos millones de euros
Para conocer de cerca las consecuencias legales de cometer infracciones contra el medio ambiente, RTVE.es se ha puesto en contacto con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. El SEPRONA cuenta con la competencia exclusiva en todo el territorio nacional en este sentido y se encargan de poner en marcha investigaciones por motivos penales que se produzcan contra el patrimonio natural, también en colaboración con las comunidades autónomas, que son las que determinan las infracciones administrativas, excepto en el medio marino que también legisla el Estado. Además, cada gobierno autonómico cuenta con su propia legislación para la protección y gestión del patrimonio natural en su territorio.
Mercedes Díaz, su portavoz, explica a RTVE.es que es la Ley de Patrimonio Natural y de Diversidad la que recoge las sanciones en esta materia, clasificadas en función de si son “leves, graves o muy graves” y que pueden oscilar desde los 100 hasta los dos millones de euros. Todo depende, explica la portavoz, de cómo haya afectado la infracción al ecosistema en cuestión.
Por otro lado, Díaz apunta que, si hablamos de delitos recogidos en el Código Penal, las penas pueden oscilar entre los seis hasta los ocho años de prisión. Por ejemplo, en caso de incendios provocados que puedan afectar a toda la biodiversidad de un ecosistema, o vertidos de residuos que puedan actuar del mismo modo.
La defensa del patrimonio natural no es un concepto estático. Con el transcurso de los años, su concepción ha ido cambiando. Unos años atrás, se consideraba que la protección debía limitarse a espacios concretos, sin embargo, en la actualidad, se tienen en consideración otras áreas, por ejemplo, zonas de interés para especies migratorias, los llamados “corredores ecológicos”. WWF presentó en 2018 una propuesta de estos espacios, los cuales los animales utilizan para moverse de un extremo a otro de la península, explica Laura. Porque las especies, dice, “no entienden de barreras”.