La pelea histórica entre el PNV y EH Bildu, el escaño de Álava y los indecisos: las claves de las elecciones vascas
- Los vascos acuden a las urnas en las elecciones más reñidas que se recuerdan con EH Bildu primero en los sondeos
- PNV y PSE han mostrado su disposición a volver a gobernar juntos si suman una mayoría suficiente
- Elecciones vascas 2024, en directo, participación y votaciones
El País Vasco decidirá este domingo quien gobierna la comunidad en las elecciones más reñidas que se recuerdan y en las que el PNV- partido hegemónico desde hace décadas (salvo un breve periodo de gobierno socialista) podría no quedar primero, si se cumplen unos sondeos que han colocado a EH Bildu como partido ganador en un escenario más que ajustado. De ser así, las de este 21A se convertirían en unas elecciones históricas, aunque en estos comicios la clave está en quién va a gobernar más que en quién quedará primero en las urnas, ya que las posibilidades de gobierno para la izquierda abertzale serían nulas si se cumple lo dicho en campaña.
Estas son las cinco claves de las elecciones vascas:
Pelea histórica entre PNV y EH Bildu por el triunfo
El PNV y Euskadi están unidos por una historia de gobiernos continuados comandados por lehendakaris nacionalistas. Los datos de esta formación en esta región admiten poca discusión con 12 triunfos electorales en votos, aunque en 1986 el PSE-EE logró más escaños. La única legislatura que no ha pasado por las manos del PNV es la que gobernó el socialista Patxi López gracias al apoyo del PP. Ahora el triunfo del PNV está en duda y puede ser adelantado por EH Bildu, la formación con el electorado más movilizado, según todos los sondeos. Conscientes de esto, el candidato, Imanol Pradales, el actual lehendakari, Íñigo Urkullu, y el líder jetzale, Andoni Ortuzar, se han lanzado a por el voto indeciso y han clamado para que toda la familia peneuvista siga unida y la sociedad vasca apueste por "la experiencia, la estabilidad, la gestión y el rigor" y no arriesgue con "los experimentos de laboratorio de otros", en clara alusión a EH Bildu.
Al otro lado de la moneda están los abertzales, que sueñan con el que sería su primer triunfo electoral en unas elecciones autonómicas. La coalición continúa con su ascenso electoral imparable y sostenido desde su nacimiento, hace trece años, en un viraje en su estrategia más centrada en cuestiones sociales que identitarias e independentistas, aunque sin renunciar a ellas. Los resultados en las municipales y generales del pasado año demuestran un crecimiento que ha sido continuado en el tiempo y que se ha basado en un ensanchamiento de su base electoral. En las elecciones locales EH Bildu rompió su techo electoral pese a la controversia por las listas con candidatos con delitos de sangre (que renunciaron), haciéndose con mayor número de concejales que el PNV; y en las generales sacaron siete diputados, frente a los seis del PNV, ya que, aunque empataron en escaños por el País Vasco, sacaron uno más por Navarra.
En esta campaña tanto el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, como su líder, Arnaldo Otegi, se han mostrado convencidos de que el "cambio de ciclo es imparable" e incluso, muy conscientes de que aunque ganen es casi imposible que gobiernen, dicen que "no tienen prisa" porque "llegará". Creen que el hecho de que en el País Vasco se les perciba como "fuerza de Gobierno" con posibilidad de ganar "ya es una meta y un cambio en sí mismo".
Está por ver si afecta en las urnas la polémica suscitada por las palabras del cabeza de lista que, en esta campaña, se ha negado a condenar el terrorismo en varias ocasiones y ha denominado a la banda terrorista como "grupo armado", aunque posteriormente pidió perdón a las víctimas por "herir su sensibilidad".
El PNV parte con los 31 escaños obtenidos en el 2020, diez más que EH Bildu, que quedó entonces segunda, con 21 representantes.
El PSE quiere ser la llave del Gobierno y el PP espera la sorpresa
Tras esa lucha más que igualada entre los dos partidos soberanistas, por la tercera posición se sitúa el PSE-EE, que se erige como "el partido que decidirá quién manda en Euskadi". Su candidato, Eneko Andueza, ya lo ha decidido: aspira a reeditar un gobierno con el PNV, con el que llevan gobernando los socialistas desde 2016, ahora con mayores "exigencias" y veta "por activa y por pasiva" a EH Bildu. Se ha comprometido, incluso, a dimitir si no se cumple ese firme compromiso.
Desde el PNV han avisado de que "será Pedro Sánchez quien tome la decisión". El propio presidente del Gobierno se ha mostrado partidario de volver a pactar con PNV y descarta una coalición de gobierno con el partido de Otegi. Tanto el PNV como EH Bildu forman parte del bloque parlamentario que soporta el Gobierno de Sánchez y tras estas elecciones, el foco se girará hacia el Congreso, donde con ambos partidos tiene que seguir pactando cada votación.
Un PP también renovado con la figura de Javier de Andrés busca concentrar todo el centroderecha en estas elecciones. En las pasadas fue en coalición con Ciudadanos- desaparecidos en estos comicios- y aspiran a pescar del caladero de voto del PNV, más desgastado tras décadas de Gobierno, y 'robarle' a Vox el único escaño que tienen.
Sea cual sea el resultado, el reglamento del Parlamento vasco impide un bloqueo político en Euskadi. El lehendakari no necesita de una mayoría absoluta sino que puede ser elegido por mayoría simple. Si ningún candidato se impone por mayoría absoluta en una primera votación, se produce una segunda en la que será elegido el que obtenga más síes, sin posibilidad de votar en contra y sin que se tengan en cuenta las abstenciones.
Nueva era política en Euskadi con un Parlamento de mayoría soberanista
Sea quien sea el vencedor y los pactos resultantes que faciliten un gobierno, hay una cosa segura: habrá un nuevo lehendakari, el sexto en democracia, tras Íñigo Urkullu, Patxi López, Juan José Ibarretxe, José Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea.
Además de Pradales (PNV), Otxandiano (EH Bildu), Andueza (PSE-EE) y De Andrés (PP), todos ellos caras renovadas en sus partidos, Sumar presenta a Alba García en su primera experiencia en el País Vasco. Las únicas candidatas que repiten son Miren Gorrotxategi (Podemos) y Amaia Martínez (VOX).
De esta manera, casi todos los aspirantes a lehendakari pertenecen a una generación introducida en política al finalizar el terrorismo de ETA en el año 2011.
Si los sondeos aciertan, la mayoría parlamentaria que salga de estos comicios será soberanista de forma aplastante con cerca de 60 de los 75 diputados para el PNV o EH Bildu, en cuyos programas electorales se recoge el "reconocimiento nacional de Euskadi" y el impulso a una mayor bilateralidad "en las relaciones Euskadi-Estado". Paradójicamente los niveles de apoyo a la independencia del País Vasco han ido cayendo paulatinamente y se sitúan en torno al 20% en un momento en el que el debate soberanista y el nacionalismo no está entre las principales preocupaciones de la sociedad vasca.
Podemos, Sumar y Vox pueden quedar fuera de una Cámara ¿cuatripartita?
El Parlamento vasco no entiende de mayorías absolutas y nunca el PNV ha conseguido una, de tal forma que el pacto y el acuerdo es la forma habitual de entenderse en esta comunidad.
EH Bildu ha defendido que gobierne la lista más votada, pero se ha quedado solo en su propuesta, y los partidos buscan colocarse con sus escaños en la mejor posición para negociar.
El último promedio de DatosRTVE dibuja un escenario de un Parlamento que quedaría menos fragmentando con cuatro fuerzas con representación importante: un PNV y EH Bildu que pintan el nuevo bipartidismo reinante en Euskadi- de mayoría soberanista y de corte ideológico derecha e izquierda- con un PSE, que se quedaría igual con una decena de escaños y un PP que subiría muy ligeramente a siete. Sumar podría entrar con un simbólico escaño irrelevante y Podemos y Vox despedirse del Parlamento.
De ser así, se demostraría de nuevo que la división del espacio de la izquierda confederal en el País Vasco castiga a Elkarrekin Podemos y a Sumar, de la misma manera que fue sancionado en las recientes elecciones gallegas.
Álava, los indecisos y la alta abstención, las otras claves del 21A
Álava es el territorio clave para todos los partidos en estas elecciones: PNV y EH Bildu, porque el desempate puede producirse ahí; y en el caso de fuerzas que luchan por entrar en el Parlamento, por tener el escaño más barato en votos, al repartir los mismos 25 parlamentarios que Bizkaia y Gipuzkoa.
Bizkaia figura como la plaza fuerte del PNV y Gipuzkoa es históricamente terreno más propicio para EH Bildu, aunque en 2020 el PNV se impuso en los tres territorios.
El censo electoral de 2024 asciende a 1.795.206 electores. Bizkaia cuenta con 945.874, Gipuzkoa suma 587.709 y Álava 261.623. Esto significa que el voto de un alavés pesa 3,6 veces más que el de un vizcaíno. De esta forma, el vasco es el único sistema electoral autonómico en el que no se tiene en cuenta la población para repartir proporcionalmente los escaños.
Además, la ley electoral vasca estableció un mínimo del 5% de los votos emitidos en una circunscripción para poder acceder al reparto de escaños, pero en 2000, se modificó este apartado de la norma para rebajar este requisito al 3% vigente en la actualidad.
Las encuestas, además, apuntan a una abstención de en entorno al 40 % (desde 2005 siempre ha estado por encima del 32 %), y un número de indecisos (20 %) con electores que deciden su voto en la última semana, precisamente los días que no hay encuestas que apunten tendencias.
Quedan tan solo horas para que los vascos y las vascas decidan quién ocupará la Lehendakaritza en Ajuria Enea.
Las elecciones vascas, en cifras:
- Un total de 1.795.212 de ciudadanos llamados a votar.
- Un total de 75.634 jóvenes votarán por primera vez.
- En las elecciones habrá 729 locales electorales, con 2.695 urnas.
- El dispositivo de seguridad está formado por un total de 1.227 agentes, 939 ertzainas y 288 municipales.
(Fuente: Efe)