EH Bildu tutea al PNV: claves de un empate electoral con sabor a victoria
- La división de Sumar y Podemos les pasa factura; PSE-EE y PP consiguen crecer, pero con esfuerzo
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El PNV ha conseguido mantenerse como el partido más votado en el País Vasco, como hizo en las 12 elecciones autonómicas anteriores, e Imanol Pradales podrá retener para el PNV el Gobierno Vasco, en coalición con el PSOE de Euskadi (PSE-EE), como lleva haciendo desde 2016. Pero, aunque parece que todo sigue igual en la política vasca, lo cierto es que el escenario ha cambiado notablemente. Analizamos las principales claves de los resultados electorales del 21A con datos y mapas.
El PNV gana por la mínima y resiste el empuje de EH Bildu
Los ‘jeltzales’ han dejado de ser hegemónicos en el País Vasco y aunque siguen ganando, ya no es una victoria como las de antes. Enfrente tienen un rival que se mide con ellos cara a cara: EH Bildu. La izquierda ‘abertzale’ ha obtenido los mejores resultados de su historia. No logra el 'sorpasso' que vaticinaban las últimas encuestas, pero ganar más de 93.000 escaños respecto a hace cuatro años y recortar diez escaños de diferencia es un éxito rotundo.
La formación liderada por Arnaldo Otegi y con Pello Otxandiano como cabeza de lista culmina así su evolución y metamorfosis, un ciclo electoral iniciado con su creación en 2012 y acelerado en el último año hasta igualar o incluso rebasar en las urnas a los nacionalistas. No lo hará en escaños en el Parlamento Vasco (27 para ambas formaciones), pero se anota importantes triunfos parciales en estas elecciones, como ya hizo en las últimas municipales, forales y generales.
EH Bildu ha sido el partido más votado en casi dos de cada tres municipios vascos (155 de 251) en este 2024, en comparación con los 104 en las elecciones de 2020. Por su parte, el PNV ha sido la lista más votada en 93, cuando en los últimos comicios lo fue en 104 municipios. Como anécdota, llama la atención un empate, en el municipio alavés de Llodio, donde el PNV y EH Bildu han recibido exactamente 3.327 votos cada uno. En esta cita electoral, solo el municipio de Laguardia, en Álava, ha tenido un ganador distinto, el PP, que se ha impuesto por tres votos al PNV.
Pese al descenso, el PNV sí mantiene su hegemonía en Bizkaia, su principal feudo, donde ha vuelto a ser el partido más votado, con 22.063 papeletas más, aunque perdiendo casi tres puntos porcentuales y un escaño. En el conjunto, aunque ha cosechado 21.000 votos más, ha perdido 3,9 puntos y se ha visto rebasado por EH Bildu en Álava, la provincia menos poblada (aunque reparte los mismos 25 escaños que las demás) y en Gipuzkoa, el territorio que históricamente más votos ha dado a los ‘abertzales’.
Sobre el mapa, la batalla entre ambas fuerzas destaca especialmente en las capitales, que congregan buena parte del voto de sus respectivas provincias: dos de las tres, Vitoria-Gasteiz y San Sebastián, han cambiado de vencedor. En la capital alavesa, de la que sale el 75% de los votos de toda la provincia, EH Bildu ha crecido casi un 50% en número de votos, al pasar de 20.006 a 29.959, y aunque el PNV también ha sumado 1.000 papeletas más, su peso electoral ha caído cinco puntos.
En el duelo particular entre ambos, en municipios de tamaño medio, EH Bildu ha sacado su máxima ventaja al PNV en Oiartzun (46,3 puntos, 2.410 votos sobre un censo de más de 8.200 personas), y PNV lo ha logrado en Zalla (Bizkaia), 25 puntos y 1.117 votos de ventaja).
Pero la pujanza de EH Bildu no conlleva un juego de suma cero con el PNV. Entre ambos aglutinan dos de cada tres votos en el País Vasco (67,7%) y 54 escaños, el 72% del total. Nunca antes las dos formaciones soberanistas habían sumado tanto poder en las elecciones autonómicas, un crecimiento que logran a expensas del resto de formaciones, que ven reducido su espacio, a pesar del crecimiento en estos comicios de socialistas y ‘populares’.
El crecimiento de la formación ‘abertzale’ se erige sobre el dominio de lo que un día fue una destacada izquierda no independentista, reducida ahora a la mínima expresión con el único representante de Sumar, pese a que Podemos llegó a tener 11 diputados en el Parlamento Vasco y fue la lista más votada en las elecciones generales de 2015 y 2016.
Sumar consigue escaño, pero a qué precio
En estas elecciones, entre Sumar y Elkarrekin Podemos han acumulado menos de 59.000 votos, cuando hace cuatro años la coalición de Podemos e IU rozó por sí sola los 72.000. La competencia de dos listas por el mismo perfil de votante ha desembocado en la imposibilidad de sobrevivir para ambos al mismo tiempo, a punto de repetirse lo que sucedió en las autonómicas de Galicia hace dos meses. Solo Sumar ha conseguido un escaño en Álava, pero -en un ejercicio teórico-, de haberse presentado con Podemos en una única lista, con el mismo resultado electoral habrían conseguido además un escaño en Bizkaia y otro en Gipuzkoa (a costa del PSE en ambas provincias).
Podemos y Sumar han sido las fuerzas más perjudicadas por el sistema electoral. El primero, directamente, se ha quedado fuera del reparto de escaños, a pesar de haber conseguido casi 2.000 votos más que Vox, que sí ha conseguido un escaño (aunque también a un alto precio). Al quedarse por debajo del 3% que marca la barrera electoral en las tres provincias, sus 23.679 papeletas no se han convertido en representación en el Parlamento.
Sumar es el partido que más caro ha pagado su escaño, como se puede ver en la siguiente tabla. La candidatura de Alba García ha necesitado más de 35.000 votos para garantizar su asiento en el Parlamento Vasco, más del doble que cualquier otro partido a excepción de Vox. De hecho, si lo ha conseguido es gracias a las 5.603 papeletas que ha acumulado en Álava; el 84% restante de sus votos han sido estériles.
Con un 32,48% de los votos, EH Bildu ha conseguido el 36% de los escaños. Sale especialmente beneficiado por un sistema electoral que sobrerrepresenta a Álava, la provincia menos poblada del País Vasco y en la que mejores resultados obtiene el partido.
El PNV, que ha conseguido mantener su primer puesto en votos, ha perdido cuatro escaños con respecto a 2020 y casi cuatro puntos porcentuales. En ese sentido, solo Elkarrekin Podemos ha salido peor parado, pasando de tener seis representantes a quedarse fuera del Parlamento vasco.
El escaño se ha encarecido en todas las provincias para casi todos los partidos, con una excepción: la del PSE, al que sus escaños en dos de las tres provincias le han salido más baratos que en 2020. En el otro extremo, y a mucha distancia, se sitúa el PP, que en esta ocasión ha necesitado más de 25.000 votos para conseguir representación en Bizkaia, casi 9.500 más que en la anterior cita electoral.
Un balance casi positivo para casi todos los demás
En definitiva, y a excepción de Elkarrekin Podemos, las elecciones vascas no han supuesto un mal balance para los principales partidos. El PP ha cumplido con su objetivo de mejorar en votos y escaños (un diputado más por Álava y 35.000 votos más que en 2020) aunque no logre ser decisivo ni consiga apartar a Vox. Y el PSE consigue cuatro escaños en cada una de las tres provincias y se afianza como llave de gobierno en la comunidad, aunque su mejoría la ha conseguido en un reñido recuento, por el que se ha llevado el último escaño en juego tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa, por 738 y 1.360 votos, respectivamente, que habrá de confirmar el recuento del voto extranjero en los próximos días.