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Un mes del peor atentado en Rusia en dos décadas: ¿qué sabemos del ataque al Crocus City Hall?

  • Una sala de conciertos a las afueras de Moscú se convirtió en el escenario de una masacre que mató a más de 140 personas
  • Los cuatro presuntos autores intelectuales se encuentran en prisión provisional

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Se cumple un mes del peor atentado en Rusia en dos décadas
Unas mujeres colocan flores en las inmediaciones del Crocus City Hall Sefa Karacan/Anadolu via Getty Images

La tarde del 22 de marzo Rusia vivió el peor atentado sobre su territorio en dos décadas. La sala de conciertos Crocus City Hall, situada en un complejo comercial de Krasnogorsk, a las afueras de Moscú, se convirtió en el escenario de una masacre perpetrada por un grupo de individuos armados que mató a más de 140 personas. Aunque el Kremlin no tardó en dibujar vínculos con Kiev, el ataque fue reivindicado por una rama del autodenominado Estado Islámico (EI) y los presuntos autores fueron detenidos ese mismo día. 

Cuando se cumple un mes de la matanza, en RTVE.es te contamos lo que se conoce hasta ahora sobre su autoría y los motivos de su ejecución. 

¿En qué consistió el ataque?

Pasadas las 19:30 horas del viernes, cuando miles de personas esperaban el comienzo de un concierto de la banda de rock Picnic, cuatro hombres armados irrumpieron en el edificio del Crocus City, que alberga el auditorio del mismo nombre con capacidad para más de 6.000 personas. 

Los atacantes, vestidos de camuflaje y con chalecos de combate, habían abandonado una furgoneta situada en las inmediaciones cargados ya con armas automáticas, explosivos y bombas incendiarias. Una vez dentro, empezaron a disparar a bocajarro a todo aquel que encontraban a su paso, tal y como muestran los vídeos difundidos en redes sociales casi en tiempo real por personas presentes en el momento del ataque. 

Además, los terroristas prendieron fuego a la sala de conciertos, haciendo que la rápida propagación de las llamas provocara el desprendimiento del techo y acabara destruyendo toda el auditorio. Después, los atacantes lograron escapar, aunque fueron detenidos el sábado junto a otros siete individuos relacionados con la acción cuando intentaban huir por una carretera de la región de Briansk.

¿Quién lo llevó a cabo?

Poco después del atentado, este fue reivindicado por el Estado Islámico del Gran Jorasán, o ISIS-K, una rama local de Daesh enfrentada a los talibanes de Afganistán y a Irán que es leal al EI, pero que funciona con mucha autonomía. Para atribuirse la autoría utilizaron su órgano de propaganda habitual, la agencia Amaq, que el mismo viernes publicó un escueto comunicado a través de Telegram. Amaq hizo públicas más tarde imágenes de la masacre en las que aparecían los responsables e indicó que la acción se produjo "en el contexto normal de guerra entre el Estado Islámico y los países que luchan contra el islam", por lo que nada hacía sospechar de una falsa atribución.

"Las plataformas que reivindicaron la autoría eran las oficiales del Estado islámico. Además, Daesh no suele caracterizarse por apuntarse tantos que no les corresponden, al menos en territorio occidental, europeo o eurasiático", expone a RTVE.es el doctor en Relaciones Internacionales y Director Institucional de Universae, Manuel Gazapo Lapayese, que indica que no hay dudas "ni razonables ni objetivas" para cuestionar la autoría. 

Como apuntan los expertos consultados por este medio, la metodología y el modus operandi correspondían con las empleadas por el terrorismo yihadista, ya que recuerda a otros ataques de sobra conocidos como el perpetrado contra los periodistas de Charlie Hebdo en París o el de la sala Bataclan, en esa misma ciudad. Asimismo, como apunta Lapayese, el hecho de que los terroristas contaran con armas de asalto y provocaran un incendio, "coincide con las tácticas de "Just Terror" difundidas por Daesh a través de sus revistas".

Sin embargo, algo que despistó a algunos analistas fue que el atentado no culminó con una acción suicida, como viene siendo habitual para estas organizaciones, que buscan el martirio para alcanzar el paraíso descrito en el Corán. Ahora bien, como apunta el profesor del departamento de Relaciones Internacionales de la UCM y experto en seguridad, Gustavo Díaz Matey, el suicidio no tiene por qué ser condición imprescindible y, además, "desconocemos si esta célula tenía pensado seguir siendo operativa una vez pudiese salir del territorio ruso".

¿Por qué Rusia apuntó a Ucrania?

La reivindicación del ataque por parte de EI, confirmada pronto por la inteligencia estadounidense, no obstaculizó el empeño de Moscú en señalar una posible relación de los terroristas con Kiev, que negó desde un inicio cualquier implicación. El presidente ruso, Vladímir Putin, que no se dirigió a la población hasta el día siguiente al atentado, no hizo mención en su alocución al comunicado de Daesh, aunque sí aseguró que los atacantes habían intentado huir del país en dirección a Ucrania.

"El asesor de Zelenski en Seguridad Nacional no tardó en decir que no tenían nada que ver y Rusia también sabe que eso es así. Es evidente por el desprestigio que supondría para Ucrania y por la situación ya de por sí muy complicada de la guerra", explica Díaz Matey a RTVE.es. Sin embargo, este señalamiento coincide con la "narrativa de guerra" utilizada por Moscú en el contexto de su ofensiva en el país vecino, bajo la cual, el origen de todos los males rusos a día de hoy tienen que ver con Ucrania y con el apoyo de Occidente a este país.

Estas informaciones, señala el profesor, guardan relación con el último informe de la ONU sobre la amenaza que plantea el autodenominado Estado Islámico, que advierte sobre el hecho de que países en conflicto se conviertan en zonas de paso para estos grupos, ya que sus fronteras pueden ser más porosas o pueden recibir apoyos de tránsito. Sin embargo, advierte Matey, de existir esa facilidad, "no tiene por qué estar facilitada ni por los servicios de seguridad o de inteligencia ucranianos, ni por sus tropas".

Días después del atentado, Putin admitió que los perpetradores eran "islamistas radicales", pero insistió en seguir trazando vínculos con Kiev. "Es importante responder a la pregunta de por qué los terroristas, después de su crimen, intentaron partir hacia Ucrania. ¿Quién los esperaba allí?", sugería el mandatario, que había prometido un castigo ejemplar.

No hay duda, insiste Lapayese, en que el Daesh es la organización terrorista que está detrás de la matanza. "Otra cosa es que Rusia quiera negar una evidencia mayor y pretender utilizar ese ataque que vulneraba y quebrantaba su burbuja de seguridad, presuntamente, hermética, como medio para distraer la atención y justificar su guerra contra Ucrania y la continuación de sus estrategias de masacre que violan desde hace años el derecho internacional", añade.

¿Qué ha pasado con los atacantes?

El sábado 23, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso detuvo a once personas relacionadas con el atentado en una carretera de la región rusa de Briansk. Dos días después, los periodistas y fotógrafos pudieron tomar por primera vez imágenes de los cuatro hombres a los que Moscú considera autores materiales de la matanza cuando estos fueron trasladados a declarar en un juzgado de la capital rusa.

Todos ellos, identificados como ciudadanos de Tayikistán de entre 19 y 35 años, mostraban claros signos de violencia fruto de la detención o de torturas realizadas durante los interrogatorios de las autoridades rusas. De hecho, tras las detenciones empezaron a circular en plataformas como Telegram vídeos en los que, entre otras cuestiones, se ve como un hombre vestido de camuflaje le corta la oreja a uno de los sospechosos.

Según recoge la BBC, uno de ellos dijo al ser interrogado que planeaban "dirigirse hacia Kiev" tras el atentado, aunque, como apunta Lapayese hay que tener prudencia con la información que procede de Rusia, ya que su Gobierno controla y monopoliza la totalidad de los medios de comunicación. Además, los procesos de tortura pueden hacer que "el sujeto acabe declarando o suscribiendo cualquier tipo de versión que le permita mantenerse con vida".

"Esto, si lo enlazamos con la no búsqueda del martirio, puede hacernos entender que quizás tenían una determinación criminal, pero no un total convencimiento o nivel de fanatismo religioso tan elevado como suelen tener otros terroristas", añade Lapayese.

¿Por qué es Rusia objetivo del ISIS?

El del pasado mes no es el primer ataque reivindicado por Estado Islámico en suelo ruso. Desde hace años, Rusia está en el radar de este grupo, que ha estado detrás de otros atentados más y menos violentos en este país, incluyendo el perpetrado en diciembre de 2015 en Magnitogorsk, en los Urales, en el que murieron 39 personas. 

Como señalan los expertos consultados, las razones por las que Moscú está en el foco de este grupo y, en concreto, de su filial ISIS-K, pasan por la amistad del Kremlin con el Gobierno de Bashar al-Ásad en Siria y con el de Emomali Rahmon en Tayikistán, así como por su intervención en África y, en concreto, en la zona del Sahel y sus lazos con el régimen talibán en Afganistán, socio de Al-Qaeda y enfrentado con esta rama del Dáesh.

Además, añade Díaz Matey, "Rusia entra dentro de la órbita de las cruzadas sionistas", en las cuales comparte un hueco con EE.UU. al ser considerado "un infiel que va en contra de los intereses musulmanes en el mundo".

¿Tenía el Kremlin información sobre un posible ataque?

Estados Unidos ha asegurado que su inteligencia había alertado a Rusia de un posible ataque liderado por extremistas en su territorio. De hecho, a principios del mes de marzo, la embajada de Reino Unido en Moscú se hizo eco de estas advertencias y alertó a los residentes británicos en la ciudad sobre un "ataque inminente" que, según Washington, podía tener como objetivo "grandes reuniones" o "conciertos" en las siguientes 24 horas. El ataque, finalmente, se produjo unas tres semanas después.

A principios de abril, la agencia de noticias rusa Interfax informó de que el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Sergei Naryshkin, confirmó haber recibido la advertencia lanzada por EE.UU., a la que calificó de "demasiado general". "No nos permitió identificar completamente a quienes participaron en esto", aseguró, añadiendo que se tomaron "las medidas apropiadas".

Como apunta Lapayese, este tipo de alertas corresponden "al deber de informarse entre países ante una amenaza que es global y que no comprende de fronteras". Esta reciprocidad, asegura el experto, es "normal", y recuerda que Rusia hizo lo mismo en 2013 antes de que se cometieran los atentados de la maratón de Boston, que dejó tres muertos y 16 amputados.

Este tipo de advertencias, añade Díaz Matey, se producen en distintas circunstancias e incluso en "situaciones de conflicto, de tensión o de competición abierta", aunque en base a la información publicada por fuentes abiertas es difícil conocer el contenido del aviso que Estados Unidos asegura haber lanzado. Ahora bien, "lo que trasciende al público es la idea de que Moscú no hizo caso a una alerta estadounidense", lo cual está orientado a "poner en entredicho la efectividad de los servicios de inteligencia y de seguridad rusos".