Carles Puigdemont, el 'expresident' huido que lanza un órdago: o gobierna o deja la política
- Artífice del camino hacia una independencia fallida, en 2017 huyó a Bélgica para evitar ser juzgado
- Ha avanzado que abandonará la política si no es elegido 'president' tras las elecciones en Cataluña
Junts per Catalunya ha cedido todo el protagonismo en las elecciones catalanas del 12 de mayo a su candidato, Carles Puigdemont (Amer, Girona, 1962), el artífice del camino hacia una independencia fallida que en 2017 huyó a Bélgica para evitar ser juzgado por su papel en el 'procés' y por el que aún tiene varias causas pendientes con la Justicia española. Su apellido aparecerá en el nombre de la candidatura y su cara estará plasmada en las papeletas, toda una declaración de intenciones de la formación para tratar de arañar votos de todo el espectro independentista, conscientes del tirón político del expresident.
Desde que confirmara su candidatura, Puigdemont ha expresado una voluntad clara de “culminar lo que empezaron en 2017” y que se quebró con la aplicación del artículo 155 de la Constitución: la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, una herramienta a la que no pueden ni quieren renunciar, según sus palabras. Un objetivo que a su vez persigue revitalizar al votante independentista, progresivamente desmovilizado por las sucesivas pugnas entre las formaciones soberanistas y que en esta pasada legislatura acabaron con la ruptura del Govern entre ERC y Junts.
Casado y con dos hijas, no terminó la carrera de Filología Catalana, aunque esto no le impidió ejercer durante años como periodista. Su salto a la política catalana llegó en 2006, cuando fue elegido candidato de Convergència i Unió (CiU) a la alcaldía de Girona y, cinco años después, alcalde de la ciudad. Puigdemont siempre había estado muy ligado al movimiento independentista desde su juventud, lo cual facilitó posteriormente su llegada a la Generalitat en 2016 tras un acuerdo ‘in extremis’ entre Junts pel Sí y la CUP condicionado a la marcha de Artur Mas.
Su investidura, en la que se comprometió a "dejarse la piel" por la independencia, ya fue una declaración de intenciones de lo que vino después: puso fecha a la celebración del referéndum del 1-O, llevó al Parlament las leyes de desconexión, aprobó la DUI (Declaración unilateral de independencia) -anulada posteriormente por el Tribunal Constitucional-, fue cesado por el Gobierno de Mariano Rajoy y, unos días después, huyó a Bélgica escondido en la parte trasera de un vehículo para comenzar un periplo judicial que hasta el momento no ha conseguido sentarle en el banquillo (pese a los intentos del juez Pablo Llarena con euro órdenes de detención que se han topado con la justicia europea).
Entre tanto, Puigdemont fundó el llamado ‘Consejo para la República’, una suerte de gobierno catalán paralelo dirigido para el reconocimiento del independentismo desde el extranjero, y logró convertirse en eurodiputado tras las elecciones europeas de 2019. Hoy, es quien ha dado las llaves del Gobierno a Pedro Sánchez a cambio de la aprobación de una ley de amnistía con la que, ya ha anunciado, regresará a España el día de la investidura, tanto si gana los comicios como si no logra los apoyos necesarios. La cita del 12 de mayo será un ahora o nunca para el expresidente, que ha avanzado que abandonará la política si no es elegido, pues no se ve “en absoluto como jefe de la oposición”.
Carles Puigdemont, en tres frases:
"El objetivo de Junts no es el poder por el poder, el cargo por el cargo, el poder nos interesa para transformar, para aprovechar oportunidades e impulsar el país sobre todo cuando hay tantas cosas por hacer".
"Nosotros llevamos al exilio la institución de la Generalitat. Ahora que estamos en el final del camino no me podría perdonar que la pusiese al servicio de mi partido. Hacer una aparición magistral en el mitin final en Barcelona... Esto no lo haré".
"No buscaré un pacto con el PSC. No tengo otra alternativa. No hay un tripartito con partidos del 155 o partidos españoles".
Expectativas electorales:
Las encuestas pronostican que Junts, de la mano de Carles Puigdemont, sería el partido más votado dentro del espectro independentista, aunque a poca distancia de ERC. Según el promedio elaborado por DatosRTVE, la formación conseguiría 32 escaños, los mismos que en 2021, y se situaría como segunda fuerza por detrás del PSC. No obstante, tendría pocas opciones de gobernar, ya que sus votos unidos a los de los republicanos y la CUP no serían suficientes para alcanzar la mayoría absoluta (68 escaños).