Los nuevos aires de libertad en Portugal 50 años después de la Revolución de los Claveles
- Se cumplen 50 años de la Revolución de los Claveles y el final de la dictadura en Portugal
- Las consecuencias de los últimos coletazos de la colonización, el malestar del Ejército y los nuevos aires de libertad en Europa dieron lugar a una revuelta que terminó sin muertos
Hablar del 25 de abril es hablar de Portugal y los portugueses, y el medio siglo de democracia se conmemora con multitud de actividades institucionales y culturales. Charlas, exposiciones, conciertos. Y una imagen, el clavel rojo. Ese que hizo famosa a una entonces joven portuguesa, Celeste Martins, que a la petición de un soldado de un cigarrillo, le ofreció uno de sus claveles rojos. Y esa flor acabó dando el nombre a toda una revolución.
Portugal tiene más población, más recursos económicos e infraestructuras y una economía saneada. Atrás quedan los rescates financieros de la troika. Las previsiones económicas del Banco de Portugal son buenas y de crecimiento. Pero las nuevas generaciones ven lejos el 25 de abril de 1974: los valores se mantienen, pero con otros aires de libertad.
Hoy la libertad es tener una casa, un buen salario y oportunidades de futuro. Para los más mayores, los jóvenes no saben lo que es una dictadura y es necesario recordárselo. Elsa Carvalho fue una de las primeras mujeres taxistas en Lisboa. Nos subimos con ella en el taxi. "Recuerdo cuando fui a votar por primera vez, la ansiedad que yo tenía. Ahora sí que tengo una voz activa en la sociedad", asegura.
Los portugueses desconfían de la política
Portugal conmemora estos 50 abriles con un nuevo gobierno conservador que salió elegido de las elecciones del 10 de marzo. Luís Montenegro sustituye al socialista António Costa como nuevo jefe del Ejecutivo. Costa dimitió el pasado mes de noviembre al verse salpicado en una trama de corrupción en torno al litio. No obstante, a día de hoy no está imputado.
“Yo creo que cualquier año de estos debería haber una disculpa pública a Costa. Y si hablamos de si hubo corrupción en el Gobierno de António Costa, hubo, claro que sí. Como hubo en otros gobierno", señala Carvalho.
Más del 60% de los portugueses dicen que no confían en la política. La falta de transparencia y la corrupción han hecho mella y ha sido también usada por la ultraderecha en la campaña política. El Chega de André Ventura cuadriplicó el número de votos a las pasadas elecciones y es la tercera fuerza política del país.
Portugal ya no es una excepción
En la Universidad de Relaciones Internacionales de Lisboa se estudia el contexto político y social de las democracias en Europa. Portugal ya no es una excepción y también sufre de polarización y populismos. Para muchos jóvenes, esto supone también un ataque a los valores del 25 de abril. Joao Sequeria, uno de los estudiantes del Grado de Relaciones Internacionales, cuenta a TVE que ve hoy a su país "con recelo por el descontento social", pero es de los pocos que quiere quedarse, dice, a pesar de los problemas de vivienda y los bajos salarios.
Y es que el precio de venta o alquiler en vivienda sigue disparado. El precio del metro cuadrado en Lisboa supera al de otras capitales europeas como Madrid, Barcelona o Milán, siendo el salario mínimo de los más bajos de la Unión Europea: de media no se superan los 1.200 euros al mes.
El 25 de abril se celebra con memoria a la revolución pero con nuevos aires, con manifestaciones sociales que piden mejoras salariales y mejoras de vida. Los que vivieron el final de la dictadura de Salazar, la más longeva de Europa, inciden en la importancia de recordarle a las nuevas generaciones que la democracia hay que cuidarla, que sus cimientos necesitan refuerzos y que no se olvide lo que fue una dictadura.
Hace 50 años las injustas guerras coloniales llevaron a movilizar a los militares. El pueblo se volcó con los militares sublevados, fue una revolución pacífica. "Había tanta ansia, una ansia desesperada diría yo", cuenta Alfredo Cunha, el fotógrafo de la revolución. Con solo 20 años inmortalizó con su cámara Laica los momentos previos al golpe. Sus fotos han recorrido medio mundo. Y hoy están en muchas de las exposiciones conmemorativas.
El golpe de Estado de aquel 25 de abril fue una mezcla de tensión, miedo y alegría porque ya se soñaba con la libertad y ese sueño hoy, dicen los más mayores, no se puede olvidar.