Las caras de la pobreza: "Vivimos en una sociedad que se muestra indiferente y ha perdido el sentido de la comunidad"
- 3.600.000 personas en España sufren exclusión social a pesar de disponer de un empleo
- Un centenar de testimonios cuentan su experiencia en la pobreza y reclaman soluciones a la esfera pública
Daniel fue ganadero y pastor. La soledad de su entorno derivó en una adicción al alcohol que le condenó a la exclusión social.
Mercedes se separó muy joven. Con dos hijos, pronto necesitó de ayudas públicas para superar la situación de vulnerabilidad a la que se vio sometida.
Carmen, de 57 años y madre de un joven de 19, tuvo problemas de salud mental después de perder su trabajo por la crisis económica de 2008. Salir adelante se hizo muy complicado.
Los tres han tenido algo en común: la pobreza. Ahora intervienen en el XVII Encuentro Estatal de Participación, organizado en Valencia por la Red Europea de la lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN). El objetivo, escuchar a las personas que han vivido situaciones límite para proponer medidas y soluciones a gobiernos, empresas y sindicatos.
La soledad, antesala de la pobreza
La vida de Daniel Serrano (Argamasilla de Alba, 54 años) se torció pronto. Cayó en la bebida, perdió a sus padres, contrajo una depresión y vivió por debajo del umbral de la pobreza. “He sido ganadero por cuenta propia y por cuenta ajena y por circunstancias de mi vida acabé con una adicción al alcohol y estando solo”. Buscó la compañía en los bares, “pero solo era para consumir y arruinarme más la vida”, reconoce.
“Acabé con una adicción al alcohol y estando solo“
Describe su experiencia como un proceso de deterioro personal y de aislamiento progresivo. “(Tenía) compañeros que sabían de mi enfermedad, pero no les hacía ni caso. Ellos me pedían que cambiara mis hábitos, pero yo no los reconocía”.
A pesar de tener muchos familiares en su localidad, no enderezó el rumbo. “Los que hemos sido adictos decimos muchas mentiras”, asegura. “A la familia le cuesta creer en nosotros cuando decimos que estamos curados porque nunca lo estamos, siempre está ahí la adicción, el alcohol, las sustancias… siempre están ahí”.
“Los que hemos sido adictos decimos muchas mentiras“
Entró en la Fundación CERES para desintoxicarse, “y ahí me dieron las herramientas para poder aprender a vivir, a ser persona”. Ahora estudia competencias clave para acceder a un curso de profesionalidad que facilita acceso al empleo en el ámbito sociosanitario. Vive en una vivienda supervisada y comparte su experiencia como voluntario en la asociación, para ayudar a personas en situaciones similares.
El estigma de género
Mercedes Carretón (Tomelloso, 57 años) vivía en un piso con hipoteca, tuvo dos hijos, pero al separarse llegaron las dificultades económicas que desembocaron en una situación de vulnerabilidad social. “He necesitado mucha ayuda de las asistentas sociales porque con mi trabajo no me llegaba”, afirma. “Teniendo la edad que tengo, no encuentro trabajo. Y uno que encontré me dijeron que no era compatible por la edad que tenía. Tuve que salir”.
“He necesitado ayuda de las asistentas sociales porque con mi trabajo no me llegaba“
Carga con un problema añadido: no puede acceder a la prestación por desempleo de larga duración porque no tiene los años cotizados. Estuvo algunos periodos de tiempo sin contrato, un aspecto demasiado frecuente en sectores laborales feminizados, como el de la limpieza.
“Te sientes muy vulnerable, incluso a la hora de hablar y de expresarte“
También denuncia la elevada estigmatización que sufren personas como ella. “Te sientes muy vulnerable, incluso a la hora de hablar y de expresarte. Como no has tenido muy buenas convivencias con otras personas, te cuesta relacionarte”. Un muro que, asegura, le impide avanzar.
La salud mental y la exclusión social
La crisis de 2008 provocó el cierre de la empresa de conservas en la que trabajaba desde hacía 20 años Carmen Meroño (Murcia, 57 años). “Nos quedamos en la calle”, cuenta. “También murió mi padre… y me hundió la vida. Era un sustento para mí, me ayudaba mucho”.
Con un hijo a su cargo, decidió irse a Francia a trabajar con una ETT española, pero la experiencia no fue positiva. “Volví rota físicamente. Mi mente tiró por el camino del medio, y acabé mal de cuerpo y cabeza”.
“Mi mente tiró por el camino del medio, y acabé mal de cuerpo y cabeza“
Tuvo problemas de salud mental e, inicialmente, no encontró la ayuda que necesitaba en los servicios sociales. “Cuando llegas a estos sitios, ya llegas rota, destrozada, sin empleo, con hijos, con cierta edad, en riesgo de desahucio… No puede ser que te encuentres con una trabajadora social que te diga: “Mira, es que no hay nada ahora mismo, porque los presupuestos no se aprueban hasta el año que viene.”. Y en ese tiempo… ¿qué hago yo? Y así nos encontramos muchas personas”.
Tener trabajo no garantiza disfrutar de una mínima calidad de vida. “Tenía que coger el coche para desplazarme a mi trabajo”, relata. “Y el sueldo se me quedaba en nada, para comprar desayunos y cenas para mi hijo, gasolina, luz, internet… y que no se te rompa nada”.
Carmen, que ha estado percibiendo prestación de 460 euros para parados de larga duración que complementa con el IMV, insiste en que hay trabajadores pobres: “estás trabajando, pero aun así no puedes dormir porque no vas a poder pagar la factura del agua”.
“Rezaba para que (mi hijo) no engordase y que le sirvieran los pantalones del año anterior“
Y asegura que la pobreza tiene muchísimas caras, no afecta únicamente al que vive en la calle. “Yo tenía un sitio donde dormir, pero sin dinero para nada, ni para mi hijo. En la ropa, rezaba para que no engordase y que le sirvieran los pantalones del año anterior”.
Compartir experiencias para cambiar la realidad
Daniel, Mercedes y Carmen, como otro centenar de personas en situaciones similares, han compartido sus experiencias estos días en Valencia, en el encuentro organizado por EAPN-ES. Reunidos en dinámicas de grupo, han simulado durante una jornada cómo sería ofrecer alternativas y soluciones en la esfera pública. Opinión, debate y conclusiones. Posteriormente, las han expuesto a los responsables políticos y sociales.
“El objetivo es que las personas (...) en exclusión social tengan espacios de interlocución“
“El objetivo es que las personas que sufren pobreza y exclusión social tengan espacios de interlocución”, cuenta Lola Fernández, presidenta de EAPN en la Comunitat Valenciana. “Buscamos articular sus propuestas y necesidades y que se presenten a nivel político”.
“Los medios deberían actualizarse en lenguajes, actitudes e intenciones a la hora de hablar de pobreza“
“Recabamos la realidad de estas personas para hacérsela llegar a un interlocutor válido”, afirma Carmen Carulla, miembro de EAPN que participó en la redacción de la Ley Estatal de Servicios Sociales. “Esto es, el legislador, el empresario y también los medios de comunicación, que deberían actualizarse en lenguajes, actitudes e intenciones a la hora de hablar de casi un cuarto de la población española, que está en una situación realmente delicada”.
En el horizonte, las elecciones europeas del 9 de junio, las más cercanas en el tiempo. Y entre las propuestas, el acceso a la vivienda y el empleo de calidad. “Ahora mismo, el trabajo no es la llave para vivir con dignidad: está constatado que hay cerca de 3.600.000 personas en España que viven en situaciones de pobreza y aun así disponen de un empleo” asegura Víctor García, vocal del grupo de empleo de la comisión permanente de EAPN España.
“Hay 3.600.000 personas en España que viven en situaciones de pobreza y aun así disponen de empleo“
“El trabajo debería cubrir las necesidades básicas de la vida cotidiana de las personas, pero vemos que no se pueden soportar los alquileres, que son abusivos, que son superiores a los salarios mínimos interprofesionales en muchos casos. Y después hay que atender los suministros del hogar y las necesidades básicas de una familia”.
Para Carmen Meroño, uno de los aspectos que deberían potenciar las administraciones es la inversión en salud y en la formación del empleo. “No solamente son los jóvenes los que tienen que formarse, a veces los mayores también necesitan reciclarse”, reivindica. “Somos aptos para trabajar, pero queremos optar a reciclarnos en otros empleos que podamos hacer con el poco movimiento que nos quede… porque la cabeza sigue, todavía somos útiles”.
“Los mayores somos aptos para trabajar (...) la cabeza sigue, todavía somos útiles“
Las dificultades para acceder al mercado de trabajo se agravan cuando aparecen otros condicionantes. “Las mujeres viven en una situación de desventaja, las personas inmigrantes, las personas reclusas, las personas con discapacidad, los gitanos… hay una gran desigualdad que está constatada con respecto a la población general”, asegura Víctor García.
Datos preocupantes que requieren políticas valientes
Según el XIII Informe ‘El estado de la pobreza en España’, elaborado por EAPN-ES, las tasas de pobreza y exclusión se han mantenido altas y constantes, en las últimas décadas. Ya alcanza a 12,7 millones de personas, un 26,5% en 2023.
Para la entidad es un problema estructural, que se agrava en contextos de crisis como los vividos desde que comenzó el siglo XXI.
Las familias con menores se llevan, habitualmente, la peor parte: el incremento del coste de la vida también aumenta el número de menores en riesgo de pobreza, cerca de 2,3 millones.
Aunque los indicadores reflejan que se han recuperado valores previos a la pandemia, la evolución no es suficiente para cumplir con los objetivos comprometidos en la Agenda 2030.
“También hay un problema de aporofobia y de desinformación“
En su momento, los estados miembros de las Naciones Unidas asumieron que la erradicación de la pobreza era el mayor reto mundial. Casi 10 años después, queda camino por recorrer.
“Vivimos en una sociedad que se muestra indiferente y ha perdido el sentido de la comunidad”, asegura Carmen Carulla. “También hay un problema de aporofobia y de desinformación. Hay personas que mantienen la idea del pobre de ‘Los Santos Inocentes’ de Miguel Delibes. Y eso no es así: hay mucha gente válida que se ha encontrado con situaciones que les ha cambiado la vida”.
“Proponemos a nivel estatal un plan contra la pobreza y exclusión“
Por si fuera poco, los datos de pobreza son preocupantes y alarmantes. “La población sigue empeorando sus condiciones de vida”, asegura Lola Fernández. Y apunta en una dirección: “es importante que haya políticas valientes, que avancen en la gestión de esta situación. Nosotros proponemos a nivel estatal un plan contra la pobreza y exclusión, que tenga un encaje significativo en las comunidades autónomas, que haya un compromiso y un debate y consenso entre todos los grupos políticos del arco parlamentario. Es el momento”.