Los periodistas, profesión de riesgo: cuando son víctimas de las guerras y del crimen organizado
- En 2023, fueron asesinados 99 periodistas en el ejercicio de sus funciones, según el Comité para la Protección de Periodistas
- En la guerra de Gaza han muerto más de 100 periodistas, según Reporteros sin Fronteras
- El domingo, a las 22:30 horas, en el Canal 24 horas y en RTVE Play
Informar se ha convertido en una profesión de riesgo en muchos lugares. No solo en las zonas de conflicto, también en países donde el derecho a la información se ve amenazado por las intimidaciones y los asesinatos a periodistas que informan sobre verdades incómodas.
México es un país que, sin estar en guerra, bate récords de asesinatos y desapariciones de periodistas. Desde el año 2000 han matado a más de 160 informadores y las amenazas no cesan. Alejandro Gutiérrez es un periodista mexicano que vive en Madrid desde hace 16 años. Tuvo que salir con lo puesto de su país. En la revista donde trabajaba, y aún lo hace como corresponsal en España, recibieron una llamada; Amenazaban con matarlo. Presumiblemente, era el narco, y es que Alejandro siempre se ha interesado por las vinculaciones entre el crimen organizado en México y sus vinculaciones con el poder político.
“Estaba tan claro que era en serio, que iban a por mí, que en la revista decidieron rápidamente que tenía que salir del país“
Estaba a punto de salir su libro Narcotráfico, el gran desafío de Calderón cuando recibió su sentencia. "Estaba tan claro que era en serio que iban a por mí, que en la revista decidieron rápidamente que tenía que salir del país". "Luego supimos que la orden de asesinarme no había salido del narco, sino de instancias gubernamentales", añade.
No tuvieron la misma suerte que él compañeros suyos como Miroslava Breach. Era íntima amiga suya y la cosieron a tiros cuando se subía al coche para ir a buscar a sus hijos al colegio. A su marido también lo asesinó el narco.
Los pequeños medios en el punto de mira
“Son sobre todo los periodistas de las pequeñas poblaciones los más amenazados y vulnerables y los que corren mayor peligro”, explica Arturo Landero, quien coordina desde hace 17 años el programa Barcelona Acoge a Periodistas Mexicanos impulsado por el ayuntamiento de Barcelona. Durante este tiempo, han pasado por el programa 25 periodistas que por su situación necesitaban salir del país. En Barcelona, están durante un tiempo, reciben apoyo psicológico y otros recursos para hacer frente a la situación de amenaza en la que trabajan. Estos días en el proyecto acogen a Guadalupe Zayago.
“Sabía que iban a por mí“
Guadalupe es profesora y puso en marcha una radio en la comunidad nahua de Alpuyeca en Morelos. La radio ha servido de altavoz para denunciar diferentes proyectos que afectan a la zona, como la instalación de una industria minera. Hace tiempo que hay asesinatos y extorsiones por parte del narco, pero esta vez las amenazas apuntan claramente al proyecto informativo de Radio Tekuan. “Apaguen la radio, apaguen la radio, porque si no se los van a cargar la chingada”. Son los mensajes que reciben los promotores de este medio de comunicación.
“Yo aparecí en una lista de los narcos junto con otras 15 personas que iban a matar. En ese momento yo sí realmente tuve miedo, porque en otras listas que hicieron, sí asesinaron a todas las personas. Sabía que iban a por mí”, confiesa Guadalupe. Apenas puede contener las lágrimas cuando explica que últimamente ya no tomaba medidas de seguridad. “Estaba abandonada, a lo que tuviera que ser, incluso a perder la vida”, asegura.
60 euros por jugarse la vida
A punto ha estado de perder la vida en bastantes ocasiones Amador Guallar. Es reportero autónomo (freelance), curtido en muchas batallas, siempre informando desde lugares en conflicto. Informar de la guerra es también jugarse la vida. En Ucrania, donde ha estado informando sobre la guerra, la suerte de pasar unos segundos después por el lugar, de no haber entrado en aquel restaurante, de haber tomado un camino alternativo; le ha salvado muchas veces de perder la vida.
Pero sabe que las probabilidades de que te ocurra algo aumentan cuanto más te expongas. Amador se lamenta del poco reconocimiento que tiene la labor de los reporteros freelance en los medios escritos españoles. “Yo tengo compañeros que cobran entre 60 y 100 euros por una crónica, en la que se han jugado la vida. Cuando en los medios extranjeros pagan entre 800 y 1000 euros”.
“🎙️ Amador Guallar trabaja como reportero free lance y ha cubierto numerosos conflictos bélicos, entre ellos la guerra de #Ucrania, #Afganistan o #Gaza Él ha visto como muchos compañeros no han podido superar la presión de su trabajo@rtvenoticias @AmadorGuallar2#RSF_ES pic.twitter.com/OM0NlyrSG0“
— Repor TVE (canal 24h) (@reportve) April 26, 2024
A pesar de las situaciones peligrosas que ha vivido Amador es contundente con sus afirmaciones: "A mí no me da miedo perder la vida en la guerra, me da más miedo llegar a casa y no saber como voy a pagar el alquiler".
“Estoy convencido que querían asesinarme“
En Afganistán, Amador vivió durante diez años, allí también estuvo a punto de perder la vida. Le quemaron la casa donde residía. “No se ha investigado, pero estoy convencido que querían asesinarme”, sostiene. Esta y otras vivencias las explica en su libro En tierra de Caín.
Vestida de blanco
Vivir en un país como Afganistán es difícil para todos, y ahora mucho más para las mujeres. Lo dice Roya Musawy una joven periodista afgana que tuvo que salir de su país huyendo de los talibanes. Desde el verano del 2021, vive en Santander. A pesar de estar a miles de kilómetros de su país, intenta seguir de cerca lo que allí ocurre.
“🎙️ @roya_musawi es una periodista que huyó de Afganistán en 2021 con la entrada de los talibanes. Ahora vive en España, donde espera poder retomar su carrera. @rtvenoticias @AmadorGuallar2@taulapermexic #RSF_ES pic.twitter.com/GTPHelddOE“
— Repor TVE (canal 24h) (@reportve) April 25, 2024
Para Roya, aun sin estar los talibanes en su país, la vida como mujer periodista no fue fácil. “A menudo recibía llamadas de teléfono... me decían que me habían visto cómo iba vestida y me amenazaban diciendo que me iban a hacer vestir de blanco (...) Blanco es el color con el que los musulmanes entierran a sus muertos”, puntualiza.
“Ahora lo hemos perdido todo“
No es la única amenaza que ha recibido Roya, las burlas a su trabajo y las intimidaciones eran constantes. Aun así, ella seguía ejerciendo su profesión, cosa que no hubiera podido hacer con el régimen talibán. Por eso decidió abandonar su país, y gracias a la ayuda de un amigo que trabajaba en una ONG lo consiguió.
“Las mujeres en Afganistán están totalmente apartadas de la vida, no tienen derecho a la educación, no pueden trabajar. Lo hemos perdido todo”, se lamenta Roya Musawi, quien intenta abrirse camino en España. Trabaja como asistente social en una ONG, pero no pierde la esperanza de algún día poder ejercer de periodista aquí. Una profesión por la que ha luchado durante toda su vida, que asegura lleva en la sangre y por la que a punto ha estado de perder la vida.