Vincent Lemire: "En el caso de Jerusalén, todos los implicados usan la historia como arma política"
- El historiador publica el cómic Historia de Jerusalén, dibujado por Christophe Gaultier
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Para entender las razones de la actual guerra entre Hamás e Israel, es fundamental conocer la historia de Jerusalén, una de las ciudades más antiguas del mundo que tiene un profundo significado religioso para el judaísmo, el cristianismo y el Islam. El historiador francés Vincent Lemire lleva desde 1995 investigando el tema y ahora publica en España Historia de Jerusalén (Garbuix Books), un cómic que ha realizado junto al dibujante Christophe Gaultier y que fue la novela gráfica más vendida en Francia en 2023, con más de 200.000 ejemplares.
Vincent, que fue director del Centro Francés de Investigación de Jerusalén y es autor de varias obras de referencia sobre la Ciudad Santa, nos explica por videoconferencia por qué esta ciudad es tan importante en la historia mundial: “Llevo 30 años investigando este tema y Jerusalén es tan importante porque es el punto de encuentro de tres religiones monoteístas cuya suma implica la religión de más de la mitad de población del mundo”.
“En mi anterior libro –añade el historiador-, que es de 2016 y se titula Jerusalén: historia de una ciudad mundial, que no se ha publicado en español, ya hablaba de esta urbe como una ciudad de importancia mundial”.
Narrado por un olivo del Monte de los Olivos, el cómic repasa los 4.000 años de historia de esta urbe, desde los egipcios a la época actual, pasando por los imperios persa y romano, el Jerusalén cristiano, el siglo de las Cruzadas, la paz otomana, o la división de Palestina y el nacimiento del Estado de Israel.
“Israel ha caído en una trampa tanto estratégica como moral"
El ataque de Hamás a Israel del pasado octubre inició la actual guerra que no tiene visos de terminar. “Esos ataques –asegura Lemire-, tienen relación sobre todo con la amenaza que pesa sobre la explanada de las mezquitas, sobre todo para la población musulmana (en esa mezquita se concentran lugares sagrados). Eso representa un motivo de inquietud tanto para los palestinos de Jerusalén como para los palestinos en general".
"En cuanto a la respuesta de Benjamin Netanyahu a esos ataques de octubre -añade el historiador-, yo escribí un artículo en el periódico Le Monde, el pasado 10 de octubre, en el que decía que con estos ataques, Hamás había tendido una trampa a los israelíes, una trampa tanto estratégica como moral. E insistía en la importancia de que Israel no cayese en dicha trampa, pero Israel ha caído completamente, ¿no? Eso ha conducido, paradójicamente, al aislamiento de Israel".
El pasado mes de enero, La Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel “tomar todas las medidas" posibles para "prevenir” un genocidio en Gaza. "Solo esa organización internacional puede afirmar si hay genocidio o no en lo que concierne a la Guerra de Gaza -nos explica Lemire-. ¿Qué es lo que le permitiría a esta corte declarar si hay un genocidio? Hay una convención internacional que se creó después de la Segunda Guerra Mundial sobre el genocidio, que considera que este existe cuando se produce un desplazamiento masivo de población civil. Esto lo tenemos que tener en cuenta para no asociar directamente solamente el término genocidio con lo que pasó en la Shoah (término hebreo utilizado para referirse al holocausto) o con lo que pasó en Ruanda".
"En segundo lugar -añade el historiador-, La Corte Internacional de Justicia tiene el mandato de de prevenir, o sea, evitar, que el genocidio tenga lugar, ¿no? Dan mucha importancia a evitarlo, más que a castigarlo si este se ha llegado a producir. Si hay o no genocidio eso solo lo puede determinar este organismo. Y tanto si hay riesgos como si se produce el genocidio, la responsabilidad es siempre de esa Corte Internacional. Es decir, si hay genocidio o no, no lo dictaminan los gobiernos, sino que hay una institución internacional que es la encargada de este tema".
"Jerusalén es el ojo del huracán"
Habiendo vivido tantos años en Jerusalén, preguntamos Lemire si sabe cuál es la actual situación de convivencia entre palestinos (el 40 % de la población de casi un millón de habitantes) y los judíos: "Cuando me hacen esta pregunta me gusta mucho utilizar la imagen del ojo del huracán. Jerusalén ahora sería el ojo del huracán, el lugar en el que se se originan todas las tormentas regionales e incluso hasta mundiales. Pero cualquier persona que se dedique a navegar sabe que en el centro del huracán, paradójicamente, la situación siempre es muy tranquila. Y es lo que pasa ahora en la capital. Esta tranquila, aunque hay enfrentamientos de tanto en tanto, pero no se producen cuando se espera que estos tengan tengan lugar. La situación actual es de calma tensa. Incluso este año la celebración del Ramadán ha sido mucho más tranquila que lo que había sido en años anteriores. Y con esto no me refiero a que estén al margen de la confrontación, pero sí que están intentando que no haya enfrentamientos directos allí".
En cuanto a si cree que es posible un alto el fuego, Vincent Lemire asegura que: "Ese alto el fuego sería la única forma de solucionar las dos catástrofes humanitarias que están teniendo lugar en este momento en Palestina. La primera sería las decenas de miles de muertos que hay en estos momentos en Gaza. Si los comparamos con otros conflictos anteriores, como por ejemplo con los mil muertos que hubo en la Primera Intifada, entre 1987 y 1993, en toda Palestina. O con la Segunda Intifada, entre 2000 y 2005, cuando hubo 3000 muertos palestinos... ahora han muerto más de 30.000 personas solo en Gaza, lo que significa que en diez veces menos tiempo ha habido diez veces más mortalidad que que los casos anteriores. La mortalidad que está habiendo en Gaza no tiene precedentes en la historia del conflicto".
"La segunda catástrofe humanitaria es la de los rehenes civiles israelíes -añade el historiador-. Hay más de 100 y que está claro de que no serán liberados si no se produce un alto al fuego. Estas catástrofes humanitarias no es solo una cuestión partidista, de los partidos políticos, sino que es una cuestión que afecta también a la sociedad civil, tanto a la musulmana como la como a la judía".
"Jerusalén no vive una guerra constante desde la aparición de las religiones"
Aunque podemos tener la idea de que Jerusalén vive en permanente conflicto religioso desde las Cruzadas, Vincent Lemire lo desmiente: "Es falso que en Jerusalén haya habido una guerra constante desde la aparición de las religiones. De hecho, el cómic recuerda esos seis siglos de paz durante el periodo Otomano Mameluco en el que no hubo ninguna guerra. Lo vemos en un capítulo que se titula La paz otomana. Esta visión de Jerusalén como de una ciudad en guerra permanente es característica del siglo XX y surge a partir de la edad de los imperios, cuando Jerusalén se convierte en un lugar de reivindicación nacional tanto para los israelíes como para los palestinos".
"En 1947 la ONU votó la partición de Palestina en dos en dos estados -añade el historiador-. Pero hay algo de lo que nos olvidamos bastante a menudo y que también se cuenta en el cómic: que había un segundo proyecto para constituir un Estado Binacional Federado. Una propuesta no llegó a votarse porque la Asamblea General de la ONU ya aprobó la primera. La existencia de ese segundo proyecto demuestra que la ONU tenía conciencia del riesgo que existía con el proyecto de la partición en dos Estados".
Tanto Israel como Palestina consideran a Jerusalén como capital, aunque Israel ocupó la ciudad y en 1980 declaró dicho territorio como unificado e indivisible, una resolución fue rechazada por la ONU. "Hay dos momentos clave en este asunto -nos comenta Lemire-. Uno es en 1950, cuando Jerusalén Oeste es convertida en la capital de Israel. Entonces todas las instituciones organizativas y políticas más importantes se pusieron lo más al oeste posible. Y el segundo momento importante fue en 1980, con esa declaración de de la ciudad como indivisible. Esa declaración resulta insostenible en lo que se refiere al derecho internacional".
"La solución a este problema -añade el historiador-, sería que existiese una una misma capital para los dos Estados. algo que no sería complicado. Lo único que sería necesario es abandonar la lógica de la partición, que es muy típica del mundo anglosajón, y pasar a una lógica de compartir, de municipalizar. Así, en la parte oeste de Jerusalén podían estar los organismos políticos de Israel y en la este los de Palestina. Y en medio una serie de de organismos comunes municipales, transversales, que tratasen sobre las dos comunidades. De hecho este reparto vendría a ser muy parecido a lo que ya sucede en Bruselas, lo que demuestra que es posible, que no es tan complicado. Los obstáculos no serían logísticos, sino que son de tipo político".
"Todos los actores usan la historia antigua como arma política"
Centrándonos un poco más en el cómic, preguntamos a Vincent Lemire por qué ha querido remontarse a 4000 años de antigüedad: "Porque todos los actores principales del conflicto actualmente utilizan la historia antigua como arma política, para justificar las decisiones que toman".
"Jerusalén -añade-, ha sido un objetivo de todos los imperios porque estos construyen su legitimidad a partir de conseguir que diferentes religiones y pueblos vivan bajo él. Si no fuese así, en lugar de un imperio estaríamos hablando de un reino. Y Jerusalén es como la joya de la corona imperial. Porque es una ciudad imperial transnacional, con vocación universal. Y por eso en la época de los grandes imperios no se oía hablar tanto de Jerusalén, porque no había conflicto. Es justo ahora, que en lugar de vivir una era de imperios vivimos en una era de naciones, cuando Jerusalén se ha convertido en un lugar tan conflictivo".
El primer peregrino
En el año 333, el peregrino de Burdeos fue el primero que documentó su viaje a los Santos Lugares, algo que es fundamental en el cómic. "El peregrino de Burdeos, es interesante por dos razones -asegura Lemire-. En primer lugar, porque era cristiano y, sin embargo, evoca lugares que son exclusivamente judíos sin encontrar en ello ninguna contradicción. Lo que demuestra la importancia de la tradición judía en el mundo protocristiano del siglo del siglo IV. Eso también demuestra que no hubo una ruptura entre la tradición judía para pasar la tradición cristiana, como se nos cuenta, sino que fue algo más suave".
"La segunda razón -añade el historiador-, es porque en la época tardo romana y bizantina, la legitimidad y la utilidad del peregrinaje no era una cosa evidente o consolidada, ni mucho menos. De hecho, y esto se cuenta en el cómic, la mayor parte de los obispos, eran muy críticos con el tema de las peregrinaciones. Y lo son por razones teológicas. Ellos consideran que el Espíritu Santo se encuentra en todas partes y que no es necesario ir a Jerusalén, a la Ciudad Santa para para estar en contacto con él. Y que no le dan un valor en especial a la vida terrestre de Jesucristo. De hecho, las peregrinaciones son más resultado de la voluntad, del deseo de la población cristiana que de algo promovido por la Iglesia".
¿Es posible separar la realidad de la leyenda?
En cuanto a si es posible separar la realidad de la leyenda, cuando hablamos de Jerusalén, Vincent Lemire lo tiene claro: "Es imposible hacer una separación total entre historia y mitología en Jerusalén. Los mitos, las tradiciones están completamente incrustados en la historia de la ciudad, en los edificios, en sus monumentos... Es como si visitases la Atenas clásica sin haber leído la mitología griega. Sería imposible de comprender".
Por eso la Biblia es tan importante para explicar esos primeros siglos de la historia de Jerusalén: "Cuando citamos la Biblia en el cómic lo dejamos muy claro gráficamente. No la tratamos como a cualquier otra fuente Por eso a veces mostramos a los personajes de los que hablamos apoyados en el olivo con la Biblia en la mano, para dejar claro que está leyendo esos textos bíblicos".
Una de las cosas más curiosas del cómic es que hayan elegido a un olivo del Monte de los Olivos para relatar la historia de Jerusalén. "Estuve un año y medio dándole vueltas para elegir un narrador -confiesa Vincent-, porque quería que cumpliera varios requisitos: que pudiera narrar esos 4000 años de historia, que no fuese ni judío, ni cristiano, ni musulmán, y que tuviese una identidad fuerte que lo vincularse con el contexto local. Eso hacía bastante complicado encontrar la figura de quien tenía que ser este narrador. Y al final elegí el olivo porque es un elemento completamente autóctono al que nadie puede poner en duda".
"Además -añade Vincent-, tiene una imagen muy potente, no solo porque se lo identifica con la Paz, sino también con la Prosperidad. Y además comparte el mismo nombre en árabe y en hebreo: Y esto es muy importante en Jerusalén. Evidentemente que el olivo no es ni judío ni cristiano musulmán y que además está connotado, tiene una tradición propia como imagen, No porque no solo se identifica con la paz, sino que también con la prosperidad. Y luego además a que tanto en árabe, en árabe como en hebreo comparten un mismo nombre que es zaytun".
"No quería un dibujo hiperrealista"
En cuanto a la elección de Christophe Gaultier para dibujar el cómic, Lemire nos comenta que: "La elección del dibujante era muy importante, porque no quería un dibujo que fuese de tipo hiperrealista, como puede ser el cómic de Alix (Jacques Martin) que tiene un nivel de detallismo que roza la perfección. Y es que para mí, como historiador, desde el punto de vista metodológico y científico, ese tipo de dibujo es una falsedad. Porque tanta precisión no fue posible de conseguir hasta principios de siglo XX con la invención de la fotografía. Por eso me gusta tanto el dibujo de Christophe, porque es semirrealista. Porque tampoco quería un tipo de dibujo muy de cómic en el sentido de lo cómico y el humor. Porque la historia de Jerusalén es un tema muy serio, una cuestión hasta sagrada para muchos lectores y por eso había que tener mucho cuidado con el estilo. Por eso hemos buscado este estilo de dibujo en un punto medio entre el realismo y el cómic".
En cuanto al futuro de Jerusalén tras la guerra, Vincent Lemire nos comenta: "Es una pregunta que respondo en las últimas páginas del cómic, en el que presento varios escenarios posibles de futuro. Uno es que Jerusalén se convierta en un lugar solo para peregrinos y para turistas. Y el otro, que considero que es el más probable, es que en en los próximos años, Jerusalén se convierta en una ciudad teocrática, en que las religiones tomen el poder y sean ellas las que se impongan a la población civil. No soy muy optimista con el futuro de Jerusalén a corto plazo porque pienso que la confrontación es inevitable. Pero sí que soy optimista en lo que respecta a medio y largo plazo, porque creo que la ciudad de Jerusalén recuperará su vocación universalista".