España mejora en libertad de prensa pero aumenta la desconfianza y la polarización en los medios, según RSF
- Reporteros Sin Fronteras ha publicado este viernes la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024
- El periodismo español ha perdido casi cuatro puntos en cuanto a la confianza de la ciudadanía
Bulos, noticias falsas, desinformación que confunde a la opinión pública. Son más que una polémica que arde en las redes sociales o un desencuentro familiar por un mensaje en cadena reenviado por WhatsApp. El periodismo español ha perdido apoyo de la ciudadanía y ha visto aumentada la presión política, según la clasificación mundial de Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicada este viernes.
El informe concluye que existe un aumento de la "polarización" y la "desconfianza" en los medios, si bien el balance final es positivo. España ha subido seis puestos en el ranking internacional (hasta la posición 30) debido a una mejora del contexto legal y de seguridad para los periodistas, así como al declive de otros países.
El periodismo español "no se salva" de ese "deterioro global", advierte RSF. De los cinco indicadores que miden la salud de la libertad de información, la polarización y la desconfianza en los medios se registra en el sociocultural, "tradicionalmente sólido" en España, y que ha perdido casi cuatro puntos respecto al año pasado (de 83,13 a 79,56). En cuanto al indicador político, ha caído en algo más de tres puntos. Esto está, no obstante, aún lejos del retroceso de 7,6 que se detecta a nivel mundial.
La "presión creciente de los actores políticos", por un lado, y "el desapego, cuando no la hostilidad" hacia los medios, por otro, son caras de un mismo trapecio en el que también encontramos la precariedad de las redacciones.
La presión política
En el llamado 'superaño electoral' (por la cantidad de comicios convocados en todo el mundo), "el planeta asiste a la presión creciente de los actores políticos sobre los medios de comunicación y los periodistas, en detrimento de la independencia, la calidad de la información y el pluralismo", concluye RSF.
El retroceso de la puntuación de España en el indicador político revela que forma parte de esa tendencia. En declaraciones a RTVE.es, el presidente honorario de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Armada, juzga "descorazonador" que desde el sistema político (y cita a Gobierno y oposición) se "critique de forma tan afiebrada a los medios", y describe un problema "sistémico" de generalización y falta de matiz en el debate.
"Si los periodistas no hacen bien su labor y los políticos tampoco, el debate se hace más oscuro, no ayuda a clarificar las cosas", valora, y señala una "especie de retroalimentación" entre el sistema político y la prensa.
La periodista y experta en desinformación Carmela Ríos coincide con su perspectiva y advierte que la desinformación se está utilizando "como un reclamo electoral, como un objeto de lucha" en el contexto político nacional. "La realidad es mucho más compleja y mucho más preocupante", ha afirmado en declaraciones RNE.
En esa línea, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha publicado un manifiesto por el Día Mundial de la Libertad de Prensa en el que reclama a los grupos políticos que protejan ese derecho constitucional y no fomenten la difusión de mentiras y bulos "mediante el uso perverso de las redes sociales y las presiones a los medios y los periodistas".
Información contra desinformación
La responsabilidad cae del lado político, pero también del periodístico. Armada señala la "falta de autocrítica" de los profesionales cuando no cumplen con los "códigos deontológicos" y mezclan la opinión con la información.
"Si la prensa no encabeza la lucha contra la polarización y la desinformación, se facilitará la manipulación de la ciudadanía y los ataques a los periodistas", ha valorado igualmente el presidente de la FAPE, Miguel Ángel Noceda, en declaraciones a RNE.
También el profesor de la Universidad de Navarra Jordi Rodríguez cree que la desinformación se combate con información, y las consecuencias van más allá del terreno mediático. "Muchas veces la desinformación no busca que tú creas algo, sino que dudes del sistema. Y crear esa duda, esa desconfianza, mina también el sistema", defiende Rodríguez.
Los expertos rechazan introducir "regulación" o "control" a los medios, porque ya existe legislación que castiga las prácticas irregulares, pero sí podría hablarse de autorregulación.
Así, la FAPE ha pedido a los periodistas que cumplan los principios éticos y deontológicos, ejerzan la función de control de los poderes sin "colocarse en trincheras" y garanticen el derecho a la información veraz. Es —concluye el manifiesto— la "única vía para recuperar la confianza en los ciudadanos".
Y detrás también está la concentración y la precariedad
El indicador político y el social son los que más caen en la valoración de España de RSF, pero la peor nota corresponde al indicador económico (59,72). Este, un año más, está lastrado por la excesiva concentración de los medios de comunicación y una precariedad ya cronificada de la profesión periodística. Esto último, advierte la FAPE, es "un incentivo para que aumenten las presiones". Todo ello se entrecruza.
"Si no tienes periodistas que puedan vivir de su trabajo o no tienes medios que puedan vivir de la propia publicidad o las suscripciones, esto les hace más vulnerables a todo tipo de presiones", abunda Armada, que subraya que la "salud de los medios" incide también en la salud de la democracia. "Si los medios son débiles económicamente y si su defensa de la de la razón y la realidad está en entredicho, se crea una atmósfera profundamente cínica, de desconfianza".
España, "un país seguro para el libre ejercicio del periodismo"
Con todo, el contexto legal y la seguridad de los periodistas en España ha mejorado respecto al año pasado (de 78,74 en 2023 a 81,73 en 2024).
Según RSF, el hecho de que la Ley Mordaza lleve años sin apenas aplicarse a profesionales de los medios, y que no se haya aprobado recientemente ninguna otra legislación que socave la libertad de informar colocan el marco legal de España "entre los 20 más garantes del mundo".
Aunque la organización contabiliza y condena regularmente las agresiones físicas y verbales que sufren los periodistas españoles en la cobertura de eventos a pie de calle y el acoso que padecen en redes sociales, considera generalmente a España un país seguro para el libre ejercicio del periodismo.
Y cada vez más, una cuestión de seguridad nacional
"Lo decía la filósofa norteamericana de origen alemán Hannah Arendt: cuando no hay hechos y todo son opiniones, no podemos ponernos de acuerdo en nada". La referencia que menciona el presidente honorario de RSF, Alfonso Armada, es válida para el debate doméstico o nacional, pero también el geopolítico. Las tensiones globales ya están contribuyendo a la difusión de las campañas de desinformación.
De hecho, los últimos informes anuales de seguridad nacional incluyen este riesgo por delante de otros como el terrorismo o los ciberataques. En el de 2023, por ejemplo, se recoge que Rusia trata de propagar en nuestro país una imagen distorsionada de la inmigración en el Mediterráneo, así como en Ceuta y Melilla.
El periodista y experto en seguridad y terrorismo Chema Gil Garre explica que ello forma parte de estrategias para manipular la opinión pública. ¿Cómo? "Los instintos primarios los dirige hacia la demagogia. Es decir, dirijo un mensaje que puede tener un fondo de verdad, pero lo digo en la forma que la gente quiere oír para poder soltar el exabrupto que sea", describe.
El objetivo no es otro que el de erosionar y debilitar a los Estados y sus instituciones, y esto —recuerda Gil Garre— puede llevar a la "muerte de la democracia": "La democracia se asienta sobre diferentes valores y uno de ellos es una sociedad informada de forma veraz".