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Libertad de prensa

Gaza se convierte en la región más peligrosa del mundo para ejercer el periodismo, según Reporteros Sin Fronteras

  • Reporteros Sin Fronteras publica su clasificación mundial de la libertad de prensa 2024
  • España sube seis puestos, pero la politización erosiona la pluralidad e independencia de los medios

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Entrevista a Edith Rodríguez, vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras

Gaza se ha convertido en el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, según la clasificación mundial de la libertad de prensa que presenta Reporteros sin Fronteras este viernes. Desde el pasado 7 de octubre, más de 100 periodistas han sido asesinados por el Ejército israelí, de los cuales al menos 22 se encontraban en el ejercicio de su profesión. Se trata de un número sin precedentes de ataques contra periodistas y medios de comunicación.

“En Gaza lo que hemos visto es el exterminio de los periodistas. Implacable. Ellos nos aseguran que el Ejército israelí sabe perfectamente dónde están y por dónde se mueven gracias a las tarjetas SIM de sus teléfonos, por lo que entienden que son ataques absolutamente deliberados”, denuncia el presidente de RSF, Alfonso Bauluz.

Las tropas israelíes siguen impidiendo el acceso de la prensa internacional a la Franja de Gaza y los periodistas locales, al otro lado, se ven sometidos a hostigamientos, desplazamientos continuos y falta de alimentos. En estas condiciones y entre cortes de luz continuos, estos profesionales intentan que sus informaciones se den a conocer fuera de Gaza. “El periodismo local está haciendo una auténtica gesta en Gaza para informarnos y gracias a ellos nos están llegando las imágenes de lo que está sucediendo”, afirma a RTVE.es la vicepresidenta de RSF, Edith R. Cachera.

Reporteros Sin Fronteras denuncia que cualquier bombardeo indiscriminado sobre la población civil es un crimen de guerra y ya han trasladado a la Corte Penal Internacional 14 casos de periodistas asesinados por el Ejército de Benjamín Netanyahu. 

Cinco de las diez mayores cárceles de periodistas se encuentran en Oriente Próximo

Además de la situación dramática de Gaza, casi uno de cada dos países de Oriente Próximo y el Magreb se encuentran en situación “muy grave” para ejercer el periodismo. Israel (101), Arabia Saudí (166) y Siria (179) encabezan la lista de esta región. Por su parte, Irán (176) sigue con su política de encarcelamientos para silenciar a la prensa incómoda. Desde el inicio del movimiento de protesta 'Mujer, Vida, Libertad' en septiembre de 2022 se ha detenido a 87 periodistas, de los que 11 todavía siguen en prisión. 

Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, las primeras periodistas que revelaron el asesinato de la joven estudiante Mahsa Amini, fueron encarceladas a los pocos días de publicar la noticia. Después de 15 meses en la cárcel, fueron liberadas el 14 de enero, pero corren el riesgo de volver a entrar en prisión por aparecer en fotos sin la cabeza cubierta. Narges Mohammadi, Premio Nobel de la Paz 2023, sigue informando desde la cárcel de la violencia que se ejerce contra las mujeres iraníes. 

“La sociedad iraní disidente es muy fuerte, muy activa. Lo estamos viendo con Narges Mohammadi, que sigue lanzando mensajes de esperanza desde la cárcel, con una resiliencia impresionante” cuenta Cachera. El 27 de abril Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi fueron galardonadas con el premio José Couso, que recibe en su nombre Reporteros Sin Fronteras “con mucho honor”.

Deterioro en todo el mundo

Pero la libertad de prensa empeora a nivel mundial. Y los mismos que deberían ser sus garantes, las autoridades políticas, son los que la amenazan, según RSF.

El indicador político, uno de los cinco que componen el índice, es el que más cae este año, un 7,6%. Un descenso muy pronunciado y generalizado en todo el mundo. “Vemos cómo las opciones más extremistas alcanzan o están a punto de alcanzar el poder y esto lógicamente deteriora mucho el clima de la libertad de información y libertad de prensa”, señala Alfonso Bauluz. Es el caso de Argentina (que cae 26 puestos), por ejemplo, donde Javier Milei cerró la mayor agencia de noticias poco después de llegar al poder. 

En un año donde más de la mitad de la población mundial está convocada a las urnas, RSF advierte de que en más del 75% de los países analizados (138 de 180) es habitual “la implicación de actores políticos en campañas de propaganda o de desinformación”. El uso de la inteligencia artificial generativa en un contexto de no regulación y de los contenidos ultrafalsos para influir en el curso de las elecciones son también una “fuente de inquietud”. La vicepresidenta de RSF asegura a RTVE.es que, “sea cual sea el grado de salud del país, se percibe un descenso del clima político”. 

Los países nórdicos repiten como los territorios con mayor libertad de prensa. Noruega se mantiene en primera posición, seguido de Dinamarca y Suecia. Aun así, sus indicadores políticos también han caído. La cola de la lista, sin embargo, cambia. Vietnam (174), China (172) y Corea del Norte (177) le ceden el puesto a Afganistán (178), donde “no cesan de reprimir el periodismo desde el regreso de los talibanes al poder”, Siria (179) y Eritrea (180). Estos dos últimos países “se han transformado en zonas sin ley para los medios, con un número récord de periodistas detenidos, desaparecidos o secuestrados”.

31 años defendiendo la libertad de prensa

En 1991, en Windhoek, Namibia, un grupo de periodistas se juntaron y elaboraron una declaración. En ella recogían los principios de la libertad de prensa, establecidos en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Enfatizaron la importancia de una prensa libre y plural para el establecimiento de una sociedad democrática y propusieron una serie de iniciativas para fomentar la independencia y calidad de los medios de comunicación en el continente. 

La Conferencia General de la UNESCO se hizo eco de este texto proclamando una Recomendación en su vigésimo sexta sesión. Dos años después y a raíz de esta Recomendación, la Asamblea General de la ONU proclamó el Día Mundial de la Libertad de prensa el 3 de mayo de 1993.

Europa, y en concreto la Unión Europea, cuenta con el mayor número de países donde el periodismo goza de buena salud. Rusia (162) sigue encarcelando arbitrariamente a periodistas, persiguiendo el periodismo independiente y amenazando a sus informadores exiliados. Más de 1.500 periodistas han huido al extranjero desde la invasión a Ucrania. Estados Unidos, una de las principales potencias mundiales, cae 10 puntos en la clasificación en un año electoral marcado por la creciente desconfianza hacia la prensa, la hostilidad de los líderes políticos y las campañas de desinformación. México sube siete puntos hasta el 121, pero sigue siendo el país sin guerra más peligroso para los periodistas. Encabeza la lista de periodistas desaparecidos (31 en 2023) y ha registrado 39 asesinatos en los últimos cinco años. China (172) y Birmania (171), las mayores cárceles de periodistas del mundo, ejercen una represión absoluta contra la prensa y un control férreo sobre la información y el contenido en internet, según la organización. 

España sube seis puestos, pero persiste la precariedad económica

España (30), que en los últimos cinco años cayó siete puestos, sube seis en este informe. La prensa sigue enfrentándose a fuertes presiones políticas. España resiste mejor que otros países de su entorno: el indicador político cae tres puntos, lejos de la media mundial. La seguridad y el contexto legal también mejoran la posición del país. “A pesar de que el Gobierno no ha derogado, cómo prometió, la Ley Mordaza, es verdad que ya no se aplica sobre periodistas y tampoco se han aprobado legislaciones nuevas que vayan en contra de la libertad de prensa”, afirma Cachera. 

La situación económica, sin embargo, no mejora. “Se piensa mucho que los ataques a la libertad de prensa es que te hostiguen y te encarcelen pero también lo es que no te paguen dignamente”, denuncia Cachera. La cronificación en España de la precariedad en la profesión, así como la excesiva concentración de los medios de comunicación vuelven a lastrar el indicador económico, que se sitúa en un 59,72 sobre 100. “Este entorno económico, en el que es inviable un proyecto informativo independiente, donde un duopolio televisivo fagocita los recursos y donde los periodistas viven en la más absoluta precariedad” está provocando el retroceso del periodismo en España, según afirma Bauluz. 

El indicador sociocultural, tradicionalmente sólido, pierde casi cuatro puntos respecto al año pasado: “Esto nos ha llamado la atención porque la sociedad española es bastante respetuosa y garante, pero se está viendo también contaminada por la misma polarización y politización que afecta a los medios de comunicación. El periodismo es una de las profesiones peor valoradas en España”, reconoce Cachera. 

* Sofía Nicolás es alumna del máster de Reporterismo Internacional RTVE/in y UAH.