Javier Gallego transita "del esplendor de la juventud a su decaimiento" en 'La caída del imperio'
- La novela comienza con una locura de noche, fiesta, música y drogas al más puro estilo 'Miedo y asco en Las Vegas'
- También profundiza en los "sentimientos, miedos y miserias" del grupo de amigos el fin de semana que comenzó el 15M
El polifacético artista Javier Gallego ha debutado con su primera novela, 'La caída del imperio', y añade la faceta de escritor a las de periodista radiofónico, poeta y músico que ya conocíamos. Una novela que transita desde un inicio de locura de noche, fiesta, música y drogas al más puro estilo 'Miedo y asco en Las Vegas' a un drama intimista con el 15-M como telón de cierre de esta función que dura "tres días frenéticos de fiesta en los que vas conociendo sus vidas".
El paso de "la plenitud de su juventud, en el fulgor, en el estallido de la noche, la diversión, la fiesta y la amistad, de ese esplendor, pero también de su decaimiento" que él mismo dice haber vivido en los casi diez años que ha dedicado a la escritura y proceso de publicación de esta sorprendente novela que plantea un juego estilístico y narrativo con el lector.
Darío se reencuentra con Amalia, un viejo ligue, y comienza la aventura con su grupo de amigos que le lleva por los mejores locales de la noche madrileña y a experimentar con las drogas. Poco a poco, el lector, a través de los ojos del protagonista, que es un desconocido para el resto de la pandilla, va conociendo el trasfondo de esos personajes que son mucho más que unos desfasados y que han vivido los problemas de la crisis reciente, de salud, laborales o personales que les llevan a intentar olvidar a base de fiesta y sustancias.
PREGUNTA: ¿Cómo surge la idea de escribir esta novela?
RESPUESTA: Era una idea que yo barajaba hace muchísimos años, en la que quería reflejar la vida de un grupo de amigos en la plenitud de su juventud, en el fulgor, en el estallido de la noche, la diversión, la fiesta y la amistad. Y como fue un proyecto que se ha ido alargando en el tiempo, y que ha coincidido también con mi envejecimiento y el paso del fulgor a la decadencia, pues también es una novela que habla de ese esplendor, pero también de su decaimiento. Habla como de la última fiesta, la última noche o el fin de las ilusiones. Aparecerá en un momento de claroscuro, de brillo extremo y también de inicio de oscuridad muy interesante como motivo narrativo.
P: Por lo que dices, ¿te ha costado mucho tiempo escribir la novela?
R: Sí, me ha costado... pues más de ocho años. Ha sido muy exigente, primero porque era la primera novela y segundo, porque creo que he intentado que sea una novela original en cuanto al estilo de la escritura y me he puesto muchas dificultades para hacer un debut novelístico.
P: Perdona que te corte, la verdad que sí, porque me ha gustado mucho ese juego que haces con el lector constantemente de utilizar el cambio de tipografía, el que muchas veces no se entiende quién está hablando en cada momento, que refleja muy bien también la situación de la noche y con ciertas sustancias...
R: Si yo quería que fuera un juego, un experimento para que el lector sintiera la experiencia total de estar inmerso en ese grupo durante tres días frenéticos de fiesta, en los que va conociendo sus vidas y al mismo tiempo vas experimentando a través de la lectura lo que ellos experimentan. Me di cuenta que si hacía una novela nocturna y de fiesta, siendo la noche y la fiesta los lugares en los que las normas se relajan, se distienden y se transgreden... también la escritura tenía que transgredir y relajar ciertas normas tanto gráficas como ortográficas y gramaticales. Y jugar, precisamente a mostrar las experiencias y las sensaciones de los personajes a través del lenguaje. El cómo se convirtiera también en parte del qué y que el lector tuviera esa experiencia sensorial que están teniendo los personajes me parece que si la noche es lúdica, la novela también tenía que serlo.
P: Una de las frases que me ha gustado mucho del libro, que también, como ahora está la salud mental tan en boca de todos que me ha gustado en un momento del libro que ahora no no me acuerdo... Creo que es Amalia. No me acuerdo del personaje que lo dice, que "las emociones son para quien puede tratárselas". ¡Ah, es Leo en el Starbucks!
R: Sí, Leo cuando, de hecho, suelta toda la retahíla de trabajos precarios en los que ha estado y que es verdad que efectivamente vivimos en una época de precariedad planificada y de crisis permanente en la que muchas personas sufren de ansiedad, de estrés, de depresión, precisamente porque tienes que estar explotado y otros tratándote, porque tienes que estar trabajando en varios trabajos a la vez, emplearte en muchos curros al mismo tiempo y eso genera unos problemas de salud mental. Aunque no tenemos dinero para gastar pero no lo podemos o debemos aplazar (tratar la salud mental).
P: También en esa línea se trata en el libro la anomalía de que es una generación que ha vivido peor que sus padres.
R: Sí. Yo creo que esa generación marcó un cambio, especialmente por eso que estabas comentando, porque es la primera generación que económicamente vive de los padres en la juventud, ¿eh? Y tantas cuestiones... hemos avanzado en derechos, evidentemente ha habido un progreso, pero es cierto que lo habitual es que tú superases económicamente los padres a partir de cierto momento. Y en esta generación ocurre lo contrario, se produce un retroceso y se queda corta, y a partir de esta generación todas las demás siguen el mismo camino, es decir, se ha producido un vuelco en la dinámica habitual entre generaciones. Y eso genera, un choque padres e hijos que es muy potente y que es lo que yo quería retratar. Y aunque yo la he situado en el 15M, yo quería de todas esas juventudes que estamos viviendo.
P: Mira, de los bares de Madrid que aparecen en el libro, yo he estado en casi todos. Además me dices que ya han pasado diez años desde bueno, desde que empezaste a escribirla y diez años desde el tiempo en el que se sitúa la novela, la mayoría siguen abiertos. ¿Hay esperanza, entonces, para que la noche madrileña siga resistiendo al reguetón?
R: Bueno, más que al reguetón, a la gentrificación, porque yo no estoy en contra del reguetón. Yo es verdad que retrato un Madrid roquero underground que efectivamente resiste, es resistente. Pero la gran amenaza sobre todo es la turistificación y la gentrificación de los centros de las ciudades y acabar convirtiendo esos núcleos en lugares homogéneos.
P: En escaparates, decías en el libro
R: En escaparates, efectivamente, en escaparates que te vacían hasta el alma. Donde tú entras y te conviertes en un avatar dentro de ese escaparate. Pues afortunadamente la noche madrileña y creo que otras noches, pero la noche madrileña es especialmente resistente a esa domesticación. Sigue a pesar de los envites de la globalización en los centros de las ciudades, resistiendo, quizá porque está en los márgenes, porque tiene una personalidad excéntrica y poderosa. Pero, no obstante, el riesgo existe, el riesgo de que esas zonas sean invadidas por turistas, que acaben convirtiendo los lugares de ocio en lugares vacíos... en no lugares, como cantaba Biznaga.
P: La novela refleja bien la dualidad de las personas, pues empieza siendo una especie de 'Miedo y asco en Las Vegas' con una locura de drogas y alcohol y acaba convirtiéndose en un drama prácticamente. Has hecho ese viaje, digamos, en la novela.
R: Me parece muy acertada la referencia. De hecho, en algún momento he pensado que esto era 'Miedo y asco en Madrid', pero bueno, lo que yo quería es que producir el efecto sorpresa de que tú entras en una fiesta y crees que todo va a ser diversión y desfase y a través de esa construcción va llegando a los sentimientos, inquietudes, miedos y miserias de este grupo de amigos. Digamos que se produce un trampantojo, una especie de espejismo (nos interrumpe una llamada entrante en su teléfono). A través de la boca de la madriguera del conejo entras en el mundo, en la realidad de estos personajes. Me parecía una forma de transitar digamos, más progresiva y más interesante.
P: También sale más natural con el personaje principal, Darío Desvarío, que no conoce al grupo y se convierte un poco en el que te va introduciendo a toda la historia y los vas conociendo a ellos en función de cómo los conoce él.
R: Claro, es que yo hago el viaje con el lector. Darío es los ojos del lector y Darío también es la cámara que se introduce en la fiesta de estos personajes. Entonces tú al principio estás en la superficie que te muestra y además yo creo que es un buen reflejo del momento social y vital que están transitando estos personajes. Es que viven en una fiesta escapista, de una evasión y según van atravesando capas en esa superficie, según Darío va entrando más en el grupo y según el grupo se empieza a manifestar, tú empiezas a conocer la profundidad que hay detrás, porque muchas veces detrás de la luz, hay oscuridad y detrás de la fiesta y la diversión, hay drama y hay miedo. Y también detrás de todo eso hay un espíritu, yo creo que insumiso e insubordinado de estos personajes. Y todo eso lo vas conociendo según atraviesas capas que pueden ser las páginas de la de la novela. Entonces me parece interesante como va yendo de la superficie al corazón de la bestia, al corazón de los asuntos, al corazón de estos personajes.
P: También aparece siempre el sexo libre y bastante explícito en la en la novela. ¿Eso es algo que querías reflejar también como parte de la modernidad en la sociedad en la que vivimos?
R: Tanto el uso que hacen de sustancias, del alcohol como de las drogas, como la manera de vivir el sexo, muy desprejuiciada, muy abierta, con un cierto libertinaje. La libertad a la hora de enfrentarse al sexo creo que refleja, con crudeza pero al mismo tiempo con realismo, como me ha dicho un compañero escritor con un lirismo crudo, la realidad de cómo viven los jóvenes tanto la fiesta como la noche, como el uso de sustancias, como el sexo.
P: El 15M me esperaba que apareciera más, pero es casi un marco de fondo. Es como el final, lo que está mientras ellos están viviendo ese fin de semana. ¿Qué opinas tanto tiempo después de cómo ha evolucionado ese movimiento político?
R: No es una novela del 15M. Es una novela en la que el 15M puede ser una catarsis para la crisis de alguno de los personajes, podría ser una salida. Se apunta como un posible horizonte. Pero yo quería hablar de una juventud en crisis y de todo lo que caracteriza a la juventud, que es el descaro, que es la sensación de inmortalidad, el poder del imperio, que son las sensaciones extremas y absolutas, la búsqueda de un mundo mejor, de rebeldía y de desencanto, de poderío y de vulnerabilidad. Estos personajes quieren vivir a su manera, quieren cambiar el mundo en el que viven, no quieren adaptarse al mundo que se les ofrece, pero al mismo tiempo que están desencantados porque la realidad les está cambiando más rápido de lo que ellos son capaces de cambiar la realidad.
Y respecto a la pregunta que me hacías, pues creo que hubo desencanto en muchos de quienes lo vivieron porque era una enmienda a la totalidad.. Era un intento de cambiar las cosas de manera drástica y radical, pues se han conseguido muchísimos avances y un cambio de mentalidad. Creo que, por resumirlo mucho, el país que vivimos actualmente no podría entenderse y desde el punto de vista político ni social ni económico sin la transformación profunda que significó el 15M. No solo porque ha habido dos gobiernos de coalición progresista y una pluralidad en el Parlamento que no habíamos visto nunca, sino porque se han aprobado leyes que han dado lugar a nuevos derechos y libertades y porque creo que hay una mentalidad diferente a la hora de afrontar la política. Creo que hubo una toma de conciencia y de responsabilidad que luego ha generado una reacción en sentido contrario, una reacción ultraconservadora, precisamente porque ha habido muchos avances sociales, entre ellos el feminismo, que había sido especialmente potente, precisamente porque yo creo que aprovecha la inercia del 15M, es un segundo 15M, igual que el 15M fue una segunda transición. Entonces ha habido cambios muy claros, que están muy palpables y me parece que España no se entendería hoy sin el 15M.
P: Podemos y Ciudadanos, que son los partidos que aparecieron en el 15M, al final han ido desapareciendo y han dado paso a Sumar, que digamos es algo más moderado, y Ciudadanos en Vox, bastante más a la derecha. ¿La izquierda es más acomplejada, por decirlo de alguna manera, que la derecha?
“ la ultraderecha agrede constantemente a las minorías vulnerables o a la mayoría femenina“
R: Es que yo creo que la izquierda no puede cruzar ciertos límites que la ultraderecha sí se permite. O sea, porque el respeto a los derechos humanos y a las libertades conseguidas son líneas rojas que la izquierda no está dispuesta a cruzar. Sin embargo, lo que vemos en los discursos de la ultraderecha es que se agrede constantemente a las minorías vulnerables o a la mayoría femenina en el mundo. Es decir, que ahora la rebeldía se ha vuelto de ultraderecha, se ha revestido de la etiqueta de lo políticamente incorrecto, cuando lo único que están haciendo es volver a los valores más retrógrados y reaccionarios de nuestros abuelos y tatarabuelos. Es decir, es un retroceso fundamental contra los derechos fundamentales.