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Amazonas poderosas cabalgan en 'El Prado en femenino'

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La reina Cristina de Suecia, una de las protagonistas de 'El Prado en femenino'

¿Qué tienen en común Greta Garbo, Las meninas y las reinas a caballo? La respuesta a esta y otras preguntas se encuentra en El Prado en femenino, el segundo itinerario en el que el Museo presenta hasta el 8 de septiembre la aportación de las mujeres de las casas reales europeas a las colecciones de la pinacoteca madrileña.

En esta segunda edición, se recorre el siglo XVII desde Isabel de Borbón a Mariana de Neoburgo (1602-1700). Entre ellas, brilla la figura de la reina Cristina de Suecia, quien regaló a Felipe IV las tablas de Adán y Eva de Durero, su retrato ecuestre -que encabeza este texto- y otro cuadro con su imagen en formato menor. La generosidad de la monarca nórdica tenía una explicación, necesitaba la intercesión del rey de España ante el papa para poder vivir en Italia, como reina sin reino, tras convertirse al catolicismo.

La comisaria de la exposición, Noelia García Pérez, explica a RTVE.es que el legado de Cristina de Suecia no se limita a esos regalos hechos en vida. "A su muerte, heredó su colección su gran amigo el cardenal Decio Azzolini quien, apenas transcurridas unas semanas del fatal desenlace de la reina, falleció, dejando todo su patrimonio artístico a Pompeo Azzolini. El sobrino del prelado, incapaz de asumir una herencia tan abrumadora, en 1692, vendió la mayor parte de la colección al duque de Brancciano, Livio Odescalchi".

La historia sigue años después, el sobrino del duque, Baldassare Odescalchi, decide poner en venta las pinturas, esculturas, tapices y gemas que había recibido de su tío. "Será así, como los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio adquieran la sección de esculturas, urnas, relieves y otras piezas de arqueología en piedra en el año 1724. Inicialmente compradas para el Palacio de San Ildefonso, en 1829 la mayoría se trasladaron al Real Museo de Pintura y Escultura y , desde entonces, forman el conjunto más valioso de escultura clásica del Museo del Prado", subraya García Pérez.

La mejor amazona de Suecia

Cristina de Suecia era una gran cazadora y una excelente amazona, su retrato ecuestre tiene una gran fuerza. La curadora de la muestra detalla que la reina propietaria lleva las riendas de un caballo con las manos levantadas, y esta tipología "el retrato ecuestre de corveta, lo vemos solo en retratos masculinos. Lo que es una diferencia importante con las otras reinas representadas en su montura al trote".

La reina Cristina de Suecia a caballo

Cristina de Suecia, reina, a caballo, Sébastien Bourdon, 1653-1654

La reina tiene en la mano una fusta y el lienzo "tiene una simbología brutal sobre ese tránsito. No solo de su poder como buena gobernante, sino el paso que va a ocurrir. Va a pasar del protestantismo al catolicismo, de ser reina a dejar de serlo". García Pérez indica que se aleja de unas nubes oscuras y cabalga hacia un cielo más despejado con esa "evolución en su vida. Y ahora con la restauración incluso vemos los brotes verdes en primer plano, que simbolizan lo mismo. Esa diferencia entre el paisaje rocoso del fondo y la hierba que nace. Es un cuadro maravilloso".

Las referencias iconográficas no se quedan ahí "de alguna manera, quiere encarnar la figura de Alejandro Magno con su famoso corcel Bucéfalo, cuando va a cruzar el Helesponto y deja Macedonia buscando futuras conquistas. Ella va a dejar Suecia buscando una vida nueva. Tiene una simbología tremenda", remata.

Reinas a caballo

El retrato ecuestre, tradicionalmente era una iconografía masculina. Las imágenes a caballo de las reinas Isabel de Borbón, Margarita de Austria y María Luisa de Orleans que se incluyen en El Prado en femenino son "una muestra del poder que adquieren las reinas consortes, que en el siglo XVII se equiparan con ese tipo de retratos a sus homólogas europeas", según especifica la historiadora del arte a RTVE.es.

Mariana de Austria con el bastón de mando a caballo

'Retrato ecuestre de Mariana de Austria reina regente de España', Sebastián de Herrera, 1668-1671, Museo del Prado.

Mariana de Austria aparece en su retrato ecuestre como reina con poder, puntualiza García Pérez: "Y tiene un valor más allá, de lo que podemos ver en una reina consorte. De hecho, el retrato de Mariana lleva el bastón de mando, porque, claro, es el oficio de rey y está actuando como regente en nombre de Carlos II".

Felipe VI muere en 1665 y ella asume el poder en "un contexto muy complicado, es mujer, es extranjera y sin experiencia política", su primer valido es un religioso y además cuenta con la oposición frontal de Juan José de Austria, el hijo ilegítimo del rey, que instiga dos conatos de golpe de Estado. En esta situación, Mariana de Austria necesita "la imagen de poder para legitimar su posición política y para afianzar su autoridad, no solo en la Corte española, sino también en Europa", relata la profesora de la Universidad de Murcia.

Mariana de Austria, regente

'Retrato de Mariana de Austria, regente', 1666, Juan Bautista Martínez del Mazo.

El retrato que Martínez del Mazo realiza de Mariana en 1666 revela las estrategias iconográficas para legitimar a la regente con cuatro aspectos esenciales: "el atuendo de viuda; la pose que adopta, a través de empleo de la tipología del retrato sedente; la presencia del joven Carlos II, convertido en coprotagonista; y el espacio en el que se desarrolla la escena: el Salón de los Espejos. Lugar donde Felipe IV concedía las audiencias a los grandes del reino y a los embajadores, lo que justifica su fuerte carácter simbólico", describe.

García Pérez incide en que no es la primera regente de la monarquía hispánica, pero si la primera que ejerce la regencia en nombre de un niño pequeño, el futuro rey, con cuatro años a la muerte de su padre lo que supone "un poder mucho más fuerte". Añade que la colección de los retratos de Mariana de Austria que atesora el Prado permiten estudiar la evolución de su imagen a lo largo de su vida, desde que era una niña.

La inclusión de Las meninas en este recorrido se justifica porque la reina aparece con Felipe VI enmarcada en un cuadro o un espejo, al fondo del lienzo y su hija Margarita de Austria ocupa el primer plano.

Tesoros escondidos

La comisaria valora la recuperación de cuadros que supone El Prado en femenino, un 25% de los lienzos descansaban en el almacén del Museo. Entre esas joyas que vuelven a ver la luz, esta historiadora del arte se queda con Judit y Holofernes de Domenico Tintoretto, "uno de sus favoritos" que merecería un sitio en la colección permanente. Detalla que "es un cuadro que dialoga muy bien con el lienzo del mismo tema que hace su padre, Giacomo Tintoretto. Se han colgado uno enfrente del otro y ahora se pueden disfrutar los dos".

Judit y Holofernes

Judit y Holofernes, Domenico Tintoretto, Museo del Prado.

Si a estas alturas se han olvidado de la mítica actriz Greta Garbo, podrán verla interpretando a la reina Cristina de Suecia en la gran pantalla en el ciclo de cine que acompaña esta segunda edición de El Prado en femenino. El itinerario se podrá disfrutar hasta el 8 de septiembre.

Actividades complementarias

El Museo ofrece itinerarios dialogados de El Prado en femenino dos días a la semana, uno en horario de mañana y otro en horario de tarde, para público general. También propone ocho visitas en conversación con Noelia García Pérez, comisaria del itinerario. Se realizarán los días 16, y 30 de mayo, 13 y 27 de junio.

Los días 24 y 25 de junio 2024 se imparte un curso para docentes, educadores y público interesado con el objetivo de abordar la perspectiva de género en la enseñanza de la Historia del Arte.

Danza en la sala de las Musas. El 29 y el 30 de junio se representará una pieza de danza inclusiva inspirada en Cristina de Suecia. Bailando juntas será interpretada por un cuerpo de baile de artistas con y sin discapacidad.

En un ciclo de cine se proyectarán películas como La reina Cristina de Suecia (1933), El rey pasmado (1991) o Los tres mosqueteros (2023). En la última sesión, se presenta el documental de la directora Michéle Lemieux, Le Tableau Painting, inspirado en el retrato de Velázquez de Mariana de Austria. Tras cada filme, habrá un coloquio cinematográfico.

El Museo ha elaborado una guía didáctica del segundo itinerario de El Prado en femenino que facilita la visita autónoma de familias y una serie documental que puede verse en su web.