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Todo lo que esconde el fenómeno eurofán: "He dejado mis exámenes aparcados por vivir Eurovisión"

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Eurofan españoles 2024 en el Eurovillage de Malmö (Suecia)
Eurofan españoles 2024 en Malmö (Suecia) RTVE

Eurovisión es un fenómeno de masas al que solo supera en audiencia la todopoderosa Super Bowl, el gran evento deportivo con el que se celebra el último gran partido de fútbol americano en Estados Unidos. Sin embargo, al margen del deporte, el festival es la retrasmisión más vista por el público global. Sin ir más lejos, según datos publicados por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), el año pasado 162 millones de personas vieron la victoria de Suecia en la 67ª edición de Eurovisión en el mundo. En nuestro país, la final registró un 39,7% de share con 4 millones de espectadores.

El certamen nació a mediados de los años 50 como una idea de retransmisión común entre los países europeos. Cuando llegaba la cita, las familias se juntaban en sus hogares para poder disfrutar del evento musical. Sin embargo, todo cambia y a lo largo de sus 68 años de historia, esta tradición familiar ha evolucionado mucho.

Ahora, la cita eurovisiva es un pretexto que une a grandes grupos de amigos. Ya sea para viajar a la ciudad anfitriona del Festival o para verlo en el salón de casa con un picoteo. Pero el fenómeno no solo se vive la semana que se celebra el certamen. Muchos de sus seguidores más fanáticos, conocidos como eurofanes, siguen todo el contenido relacionado con el Festival a lo largo del año.

Eurovisión 2024: ¿Qué hay detrás de todo el fenómeno eurofán?

¿Qué hay detrás de todo el fenómeno eurofán?

¿Cuándo empezó el fenómeno eurofán?

A finales de 2021, la Real Academia Española (RAE) acogió la palabra eurofán: "seguidor del Festival de la Canción de Eurovisión y de todo lo relacionado con él". Sin embargo, el término está presente en nuestro país desde hace tiempo.

No solo reúne a familias, sino que también se vive entre amigos

En los 90, España tuvo una época de puntuaciones muy bajas, por ello los ciudadanos se desvincularon del Festival”, ha explicado una de las locutoras del certamen para RTVE, Julia Varela. La periodista de la casa, que lleva a su espalda nueve retransmisiones, acompañó desde 2015 al 2017 al mítico José María Íñigo. Ahora, comparte cabina con Tony Aguilar y Víctor Escudero.

José María Íñigo y Julia Varela, como pareja de comentaristas en Eurovisión

José María Íñigo y Julia Varela. rtve

La pontevedresa considera que todo cambió a partir de los 2000. “La gente nacida en los 90 se ha convertido en un público eurofán. Revive las ediciones antiguas y han conseguido un empuje brutal en esta generación. No solo reúne a familias, sino que también se vive entre amigos”.

Gracias a internet la generación de los 90 y los 2000 ha podido indagar sobre todo lo relacionado con este concierto musical. “En mi casa siempre hubo tradición de verlo cada año. Cuando tenía cinco años ya empezaba a llamarme la atención, y unos años después, con mi primer ordenador, comencé a ver festivales anteriores y a descubrir nuevos datos”, ha rememorado Javier Benito, eurofán y creador El Eurovisivo en la red social X.

Faltar a exámenes o recorrer miles de kilómetros

Muchos eurofanes viajan cada año hasta las ciudades que albergan la cita y alguno de ellos ha llegado a protagonizar alguna locura con tal de no perderse esta semana clave del año. “Los tres años que he ido, me ha pillado en periodo de exámenes. La primera vez, para Turín 2022, me coincidió uno de los exámenes finales con el vuelo de Eurovisión. Entonces en la asignatura de Comunicación Significativa teníamos que hacer una presentación hablando de lo que más nos apasionaba. Yo la hice sobre el Festival y después de exponer le dije a la profesora que me coincidía el viaje con su examen y que me habían regalado las entradas. Al ser una optativa, no tuve problema y me hizo el examen antes”, ha explicado Claudia, eurofán, a RTVE.es.

El eurofán Kike

Kike viajó hasta Lisboa para vivir Eurovisión 2018

Como Claudia, Kike y Gonzalo vivieron su primer certamen eurovisivo en pleno trimestre del instituto. Gonzalo decidió viajar con su padre a la cita de Lisboa 2018 con los exámenes de bachiller a la vuelta de la esquina. “No me arrepiento de haber ido, al final salió todo bien y me coincidió con mi cumpleaños. Pude cumplir el sueño de cualquier eurofán”. Por su parte, a Kike las cosas no le salieron como quería: “Renuncié a selectividad. Tuve que hacerla más tarde porque no pude presentarme a dos asignaturas del último año. Así que hice la prueba de acceso a la universidad más tarde”. Algunos, en cambio, prefieren llegar tarde a su graduación: “Me coincidía con la segunda semifinal de Tel Aviv 2019, así que llegué más tarde que el resto”, ha recordado Javi.

Desde 1969 con Salomé, España no ha vuelto a ganar el codiciado micrófono de cristal

La cita más cercana para los eurofanes españoles ha sido Lisboa 2018. En el certamen que acogió la ciudad lusa, muchos españoles, como Miguel, se trasladaron hasta allí. “Nos fuimos desde Cartagena un amigo y yo en coche a Madrid a recoger a tres más, y de ahí a Lisboa. Fueron como 11 horas de coche a la ida, y otras tantas a la vuelta. Una locura máxima, pero mereció la pena por vivir mi primer festival en directo”.

Cerca de 12 horas tardó en llegar María a Liverpool en el 2023, por una huelga nacional de trenes en Reino Unido: “Salimos de Madrid a las 23.00 horas. Llegamos a Londres, dormimos en un hotel dos horas y nos fuimos al aeropuerto para volar a Manchester. Después viajamos desde allí en bus a Liverpool. Era la única alternativa”.

Sin embargo, esta no fue la única locura que hizo María por la cita eurovisiva. En la boda de unos amigos quiso rendir un homenaje a Chanel y su SloMo, canción con la que la cantante ganó el Benidorm Fest 2022 y consiguió la tercera posición en Turín 2022: “Nos convertimos en ella y su cuerpo de baile. Salió tan bien que hasta Chanel comentó al TikTok el vídeo que subimos y se hizo viral”.

Maria y sus amigos en el Eurovillage de Malmö

Maria y sus amigos en el Eurovillage de Malmö RTVE

"No es un secreto que ser eurofán es caro"

Eurovisión se ve sí o sí. No hay otra respuesta para un eurofán. Desde el sofá de casa o en vivo y en directo donde toque. Este año, tras la victoria de Loreen en la cuna de The Beatles, Suecia se convirtió en la encargada de celebrar la 68ª edición del certamen. A pesar de que la sede se anuncia semanas más tarde de la victoria, los fanáticos eurovisivos tienen sus trucos para planear el viaje antes de tiempo.

“Llevamos preparando todo desde verano. Sobre septiembre-octubre se dio a conocer el nombre de la ciudad, pero nosotras en verano ya intuimos que sería Malmö, Gotemburgo o Estocolmo. La capital la descartamos porque era una de las paradas de la gira de Taylor Swift. Entonces empezamos a buscar alojamiento por las otras dos opciones”, explica a RTVE.es Claudia, una joven malagueña, que reside en Madrid. Ella y su grupo de amigos contemplaron finalmente otra opción más económica: alojarse en Copenhague. “La capital danesa tenía mucho más para ver y estaba bien conecta y además era más barata. Desde julio y agosto, ya teníamos opciones con cancelación gratuita. En el caso de los aviones, nos esperamos al mes de noviembre”, relata.

Eurovisión 2024: Claudia acompañada por su hermana y amigas en Malmö

Claudia viajó a Malmö con su hermana y amigos

Tanto ella como sus acompañantes estiman que se gastarán por persona entre 800 y 900 euros.

No es un secreto que ser eurofán es caro. Sobre todo, cuando se hace en un país como Suecia

“El viaje por persona entre vuelos, hotel y entradas fueron unos 500-600 euros. Seguramente vayamos de fiesta y comamos fuera. Al estar en Copenhague hemos pillado un bono por 60 euros que nos incluye todo el transporte para la semana eurovisiva”, explica Claudia. El mismo presupuesto estima María, que ha optado por hospedarse en Malmö. “No es un secreto que ser eurofán es caro. Sobre todo, cuando se hace en un país como Suecia. Yo, además de todos los gastos, vamos a ir al Afternoon Preview de la Final, el último ensayo antes de la Gran Final. Para el foso, nosotros hemos pagado 124 euros”, señala.

"Hay que ir cómodas para darlo todo"

Si Eurovisión se celebra en tu ciudad, sabes distinguir perfectamente a un eurofán por las calles. Claudia y María tienen claro el look que van a lucir por Malmö. Ambas llevarán un estilismo muy “zorrista” por la candidatura española, y un imprescindible que no puede faltar, “la bandera de España”. Las dos coinciden en que “hay que ir cómodas para darlo todo”.

Al regresar de la experiencia, no falta tampoco traerse un recuerdo de lo vivido. Claudia es muy fan de los imanes y siempre consigue uno personalizado con el logo de Eurovisión. Pero no es lo más significativo que atesora. “Tengo una obsesión con los diarios locales, que lleven portadas de Eurovisión. El año pasado me traje una edición exclusiva sobre el festival”. María se decanta más por la gastronomía: “Una de mis pasiones es probar comida de otros países. Gracias al certamen descubro cosas nuevas y siempre me traigo algunos snacks especiales”.

Nadie sabe más sobre Eurovisión que un eurofán

Los fanáticos no solo viven Eurovisión en las fechas claves, sino que están pendiente todo el año. Cada país anuncia a su representante de manera distinta: algunos se decantan por escogerlo internamente y otros realizan una preselección, como el caso de España en su consolidado Benidorm Fest. Aunque, el eurofán no es el único certamen que ve. Entre ellos destaca el Festival de San Remo en Italia, el Dora en Croacia o el Melodifestivalen de Suecia, entre otros.

Lo que diferencia a un eurofán del público que ve Eurovisión solo el día de la Gran Final es su seguimiento con lupa de todo lo que hay detrás. “Yo hago un análisis de la candidatura. Me fijo en la realización, la escenografía, el cambio desde la preselección”, manifiesta Claudia. Tanto ella como María coinciden en que a la hora de votar el público en general solo “se fijan en si la canción es buena o divertida”.

El Festival de la Canción es un evento musical-televisivo y cultural, además de un fenómeno social que atrae a todo tipo de personas. Para la mayoría del público Eurovisión terminará este sábado 11 de mayo, cuando se conozca al ganador de la edición 68ª del concurso. Para un eurofán, no. Eurovisión es un auténtico acontecimiento mundial que se vive con pasión los 365 días del año.