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La alta esperanza de vida y la baja natalidad, retos para el futuro del sistema de bienestar español

  • Cerca del 90% de los mayores de 65 años padece al menos una enfermedad crónica
  • El futuro pasa por una medicina personalizada y de precisión

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El envejecimiento en España: el 90% de la población mayor de 65 años tiene alguna enfermedad crónica

El envejecimiento de la población es imparable. Vivimos de media 84 años, más que en cualquier otro país de la Unión Europea. Por otro lado, España está a la cola en número de nacimientos. Esta situación va a cambiar el país que somos en muchas direcciones, empezando por la forma de acompañarnos y cuidarnos. 

"Nosotros éramos 10 hermanos. Las comidas, las cenas y los desayunos las hacíamos todos juntos. Ahora no se puede hacer nada juntos", comenta a TVE Lourdes Mariño, pensionista y miembro de la Fundación Grandes Amigos. 

Los tiempos cambian y Lourdes es consciente de ello. Tiene 95 años y cuatro hijos, dos viven fuera de Madrid. A diario le encanta pasear de la mano de Abraham, cuya madre dependiente necesita ayuda de otras personas.

"Me gustaría que la echaran una mano y le acompañaran. Yo no puedo hacerlo, porque no vivo allí, así que decidí hacerlo con personas que están en una situación similar", explica a TVE este voluntario de la Fundación.

Vínculos cada vez más frágiles

Cada vez nos movemos más lejos para trabajar, a muchos kilómetros de la familia, y tenemos menos hermanos, incluso primos, que las generaciones anteriores. Nuestro entorno está cambiando con el paso del tiempo.

"Estas nuevas redes son más frágiles a cualquier alteración con algunos de esos vínculos, ya sea por una migración, un cambio de residencia que aumente la distancia entre dos generaciones o una mala relación", explica a TVE la científica del CSIC, Lola Puga. 

En la Fundación Grandes Amigos diversifican su red para que esa fragilidad familiar no se traduzca en soledad y aislamiento. Fabio Cortés, trabajador social, explica que no pretenden sustituir a nadie, sino que las personas mayores tengan rutinas nuevas y puedan conocer a gente diferente. Es decir, amplíen sus horizontes.

Marisol tiene a su nieta y a su hija en la misma ciudad. "Aprovechan para ir al cine y a varios sitios. Yo les dejo su espacio", relata la jubilada. Sin embargo, también ha hecho amigas nuevas como Cristina, con quien puede contar siempre que sea necesario.

Un reto para todos

"Vamos hacia un modelo de cuidados con múltiples actores. Cuidado familiar, de servicios públicos y sociosanitarios, con un papel importante del entorno de proximidad como vecinos, amigos, etc.,"

Susana López, voluntaria en la Fundación, explica a TVE que las personas tenemos cierta responsabilidad de hacer algo para equilibrar la situación, pero vuelve a recalcar la falta de tiempo. Susana llegó tras sufrir una mala experiencia al ver a su abuelo solo en una residencia. 

El envejecimiento se ha vuelto un reto para todos. "Existe la necesidad para que la sociedad y los sistemas de protección social den respuesta a esto", comenta a TVE la directora general del Imserso, María Teresa Sancho.

Al mismo tiempo, cada vez se retrasa más la maternidad. Los hijos se llevarán más años con los abuelos. Si bien los expertos consideran que no es malo, porque llegamos a esa edad con mejor salud, sí que es cierto que las cargas pueden ser mayores. Hoy en día, podríamos hablar de una generación sándwich con hijos y nietos que cuidar por abajo y un familiar vivo por arriba, una bisabuela normalmente, que también necesita atención. 

Nuevo panorama en los centros de salud 

El envejecimiento también está cambiando la situación en los centros de salud y hospitales. Las enfermedades crónicas asociadas a la edad van a inundar pronto las consultas. Es el caso del alzhéimer, el cáncer o el párkinson, que cada vez son más frecuentes y que muchas veces comparten diagnóstico con otras enfermedades. Todo un reto para el actual sistema sanitario. 

Virgilio, de 82 años, se queja del dolor de las piernas que sufre a raíz del paso de los años. Desde hace 6 años le diagnosticaron párkinson y debe de acudir al hospital cada tres meses. Trata de seguir las instrucciones de su doctora, y, en sus propias palabras, "va tirando bien". 

Camina cada día y toma seis pastillas. Además de para la enfermedad, Virgilio también toma antidepresivos y medicinas para mantener a raya el colesterol. Los pacientes como él, con una enfermedad neurodegenerativa y otras patologías, van a ser cada vez más habituales en las consultas. 

Los expertos explican que tratarles se vuelve una tarea más compleja. "Pueden tener hipertensión, diabetes, insuficiencia renal o una patología cardiovascular que puede condicionar restringir el uso de ciertos medicamentos", explica el jefe de neurología del Hospital San Agustín, en Avilés. Esta situación la conocen bien en esta ciudad asturiana, una de las más envejecidas de España. Los expertos recalcan que muchas veces el dilema es ético para no caer en el conocido como ensañamiento terapéutico.

El envejecimiento de la población también va a llenar las consultas de la Atención Primaria con enfermedades crónicas. Cerca del 90% de los mayores de 65 años padece al menos una, por lo que los profesionales aseguran que la Atención Primaria va a tener que reforzarse en las próximas décadas.

Medicina personalizada y de precisión

"La población lo que quiere es envejecer en su entorno natural", explica Remedios Martín, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia (SEMFYC), "es ahí donde los médicos de familia tenemos que estar". 

El futuro pasa por una medicina de precisión y personalizada. Un tratamiento que ya es realidad para Juan, un paciente de tumor neuroendocrino que se reactivó hace un año. Actualmente, está terminando un tratamiento combinando quimio con medicina nuclear. En decir, isotopos radioactivos.

"Lo que hacemos es destruir el tumor por irradiación, pero es muy específica y va solo a las células tumorales", explica a TVE el catedrático de Medicina nuclear y miembro de la Real Academia de Medicina, José Luis Carrera.

La teragnosis (terapia y diagnóstico) ahora está probada en España para un puñado de cánceres, pero se espera que en los próximos años llegue a otros debido a la menor cantidad de efectos secundarios, frente a la quimio.

El objetivo, siguen defendiendo los expertos, es mejorar su calidad de vida durante más años.