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De María Corina a Edmundo, un candidato opositor inesperado en las elecciones en Venezuela

  • En las próximas elecciones presidenciales de Venezuela participará la principal plataforma de partidos de la oposición
  • La principal plataforma opositora presenta una candidatura inesperada

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Reportajes 5 continentes - De María Corina a Edmundo, la candidatura inesperada de la oposición venezolana

En Venezuela celebran la Elección Presidencial el 28 de julio de este 2024. Una cita en la que sí va a participar en esta ocasión la principal unión de partidos de la oposición, la Plataforma Unitaria Democrática. En 2018 no lo hizo entre inhabilitaciones de muchas de sus principales caras y denuncias de falta de garantías para unas elecciones libres.

Cinco Continentes - Entrevista a María Corina Machado, líder de la oposición de Venezuela - Escuchar ahora

La clave para que en esta ocasión sí participen es el Acuerdo de Barbados. El texto, firmado en octubre pasado por el Gobierno venezolano y la oposición, representada por la Plataforma Unitaria, y con mediación internacional de países como Noruega, Estados Unidos, Rusia o México. Fruto de dos años de negociaciones, los textos que lo forman incluyen garantías electorales a cambio, entre otras cosas, de aligerar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Así que esta vez, la PUD sí decidió participar, pero el nombre del cartel no va a ser el que estaba previsto en un principio.

María Corina Machado, ganadora de las primarias pero inhabilitada

La primera opción para ser la candidata opositora a la Presidencia era María Corina Machado, dirigente del partido Vente Venezuela, diputada en varias legislaturas en la Asamblea Nacional, y ganadora de las Primarias celebradas por la oposición en octubre pasado, justo ocho días después de la firma del Acuerdo de Barbados.

Machado consiguió más del 90 por ciento del millón y medio de votos cuantificados en este proceso de participación y se convertía en candidata virtual, pero sobre ella pesa una inhabilitación administrativa impuesta por la Contraloría General de la República Bolivariana de Venezuela, que en julio del año pasado le había sido ampliada a 15 años de prohibición para ejercer cargos públicos. Una sanción por supuestas irregularidades en su ejercicio como diputada de la Asamblea Nacional de 2015, de mayoría opositora, de la que nunca se han hecho públicos los detalles.

Como el Acuerdo de Barbados llama a ambas partes a "promover la autorización de todos los candidatos presidenciales y partidos políticos" para participar siempre que cumplan con la ley, desde la oposición insistían en que esto incluía a los políticos inhabilitados en casos como el de María Corina Machado. La alternativa que dio el Gobierno fue que se recurrieran esas inhabilitaciones. Machado lo hizo, pero en enero de este año la respuesta fue la ratificación de la prohibición.

Una convocatoria adelantada

De todas formas, la oposición pone entonces en manos de la presión de los principales agentes participantes en Barbados, tanto de dentro como de fuera del país, la posibilidad de forzar que fuera Machado finalmente la candidata cuando se convoque la cita electoral. Pero el tiempo para ello se agotó cuando en marzo llegó la convocatoria: la Elección Presidencial será el domingo 28 de julio, fecha que coincide con el aniversario del fallecimiento del anterior presidente venezolano Hugo Chávez, y que supone una variación significativa de las fechas habituales de las Presidenciales en el país, que solían celebrarse a finales del año electoral, con la toma de posesión fijada para enero del año siguiente.

Con esta convocatoria, la plataforma opositora se ve obligada a acelerar su máquina electoral y tratar de inscribir una candidatura. Se plantea si insistir en tratar de registrar a Machado a pesar de la inhabilitación o tratar de buscar otro nombre de consenso, un esfuerzo que en tiempos anteriores siempre había sido difícil por las diferencias y distintas sensibilidades de los grupos que forman la oposición.

De los partidos que formaban la Plataforma Democrática Unitaria (PUD), la mayoría están a día de hoy inhabilitados o intervenidos judicial o administrativamente. Así que solo les quedan tres que pueden presentar candidatura, que tienen lo que se conoce en términos del sistema venezolano como tarjeta electoral. Son tres de los 38 partidos en total habilitados para ello en estas Elecciones.

Este ecosistema electoral actual en el país, lo atribuye el periodista, analista electoral y director de Votoscopio, Eugenio Martínez, a una estrategia del Gobierno para frenar las oportunidades de la oposición con dos objetivos: “El primero, que no existan partidos disidentes del Gobierno venezolano que puedan restarle votos, y a la vez facilitar la aparición de partidos disidentes de la Plataforma Unitaria que puedan restarle votos”, asegura.

Destaca Martínez que de los 38 partidos políticos que pueden presentarse en esta Elección Presidencial, prácticamente el 30 por ciento se crearon exclusivamente para esta cita electoral.

La inscripción imposible 

Con el proceso de candidaturas en marcha, y aunque públicamente Machado sigue siendo la primera opción, dentro están buscando al menos posibles nombres. En este proceso, han irrumpido, en algunas de las alternativas que se barajaban, operaciones por presuntos delitos de conspiración con seis detenciones incluidas entre las personas de máxima confianza de la dirigente de Vente Venezuela, con dos de ellas en prisión desde entonces.

El reloj electoral sigue corriendo, y a dos días de cerrarse el plazo de las primeras inscripciones María Corina Machado hizo público el nombre de la persona elegida para este trámite. Es Corina Yoris, catedrática y filósofa de prestigio. Pero cuando los partidos de la plataforma que están acreditados trataron de acceder al sistema telemático del Consejo Nacional Electoral (CNE), este permanecía bloqueado. Esto ha provocado denuncias, no solo de la plataforma opositora, sino también manifestaciones de representantes de otros países, incluidos afines al Gobierno venezolano como Colombia o Brasil, pidiendo que se cumpla con las condiciones para habilitar la candidatura opositora y seguir adelante con el proceso.

Han sido llamamientos que incluían advertencias —y pasos de Estados Unidos incluidos— para recuperar sanciones de las eliminadas después de la firma de Barbados, que no hicieron efecto en lo que a la inscripción de Yoris se refiere.

Aunque una vez bloqueada esta segunda opción, y con el plazo agotándose, uno de los partidos de la plataforma, Un Nuevo Tiempo, sí ha logrado acceder a última hora al sistema telemático y ha inscrito a Manuel Morales, gobernador actual del Estado del Zulia, y que ya fue candidato presidencial opositor contra Hugo Chávez en la Elección Presidencial de 2006.

Sin embargo, no goza de la confianza de todos los que forman la Plataforma Unitaria, a pesar de ser uno de sus miembros, y sobre todo de María Corina Machado, que receló públicamente de que Rosales sí pudiera acceder a la inscripción. “El régimen escogió a sus candidatos”, sentenció la dirigente de Vente Venezuela. A lo que Morales contestó que su intención no era ser el candidato presidencial, y exhortó a la Plataforma a encontrar “un candidato o candidata que pase las trabas y los obstáculos del Gobierno", y, añadió: "Le entrego la candidatura a quien quiera”.

El 'guardapuesto'

Pero no fue Manuel Rosales el único candidato registrado a última hora. El último, el decimotercero, pasó desapercibido públicamente, hasta que al día siguiente, cuando el Consejo Nacional Electoral hizo la proclamación de todas las candidaturas. El decimotercer nombre era el de Edmundo González Urrutia, diplomático —fue embajador venezolano en Argelia y Argentina—, registrado por otro de los partidos de la plataforma opositora, la Mesa de Unidad Democrática (MUD). 

Según el analista electoral, Eugenio Martínez, esto fue posible después de negociaciones entre la oposición venezolana, el Gobierno venezolano, Noruega y Estados Unidos. “El Gobierno admitió que temporalmente se inscribiera el embajador Edmundo González, previo acuerdo de que estaba guardándole el puesto a otro candidato de los que ya previamente habían sido admitidos por el Consejo Electoral”. Porque esta es una posibilidad que permite el proceso de postulación de candidaturas del sistema electoral venezolano, que se inscriba en el primer plazo un nombre como "guardapuesto" o "candidato tapa", en nombre de un partido, y luego durante el proceso se pueda sustituir por otro en varias de las fases de inscripción y cambios.

Inscritos Rosales, con la tarjeta de Un Nuevo Tiempo y el apoyo de otra de las tarjetas opositoras, la de Movimiento Por Venezuela, y González Urrutia con la tarjeta de la Mesa de Unidad, se abre un mes de debates tanto públicos como internos en la oposición. Es el tiempo para establecer los últimos cambios que pueden aparecer en el tarjetón electoral final, es decir, en la máquina de votación que encontrarán los electores el 28 de julio.

Entre las posibilidades sobre la mesa. Una de ellas es que se retire a Edmundo González Urrutia y la MUD se sume a la candidatura de Rosales, una opción complicada por las diferencias entre los líderes y las acusaciones al gobernador del Zulia de estar alineado con el oficialismo. Otro debate es buscar un nombre que todavía no esté inscrito para sustituir a González Urrutia, con el riesgo de que esta candidatura no llegue a acceder al sistema electoral como ocurrió con Corina Yoris, e incluso trasciende que se llega a hablar de unirse en torno a otro candidato de los que se consideran independientes, aunque con los recelos de contemporizar con el oficialismo. Todo con tal de no caer, explica el director de Votoscopio Eugenio Martínez, en la llamada a la abstención como hicieron en 2018 o a un voto dividido si no se resolvía la disyuntiva con consenso y también, cuestión clave, con el aval de María Corina Machado como ganadora de las Primarias.

De nuevo prácticamente agotaron el plazo establecido, y en las últimas horas del 19 de abril, después de reuniones con Machado, Rosales y el resto de la plataforma, su secretario general, Omar González, anunciaba una decisión “por unanimidad”, que su candidato presidencial sería Edmundo González Urrutia, que pasaba de guardar el puesto a otro nombre, a ser el elegido para enfrentarse el 28 de julio al actual presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Un candidato inesperado

González Urrutia es un candidato inesperado, que ha insistido nada más conocerse su designación en que “fue una decisión inesperada, esto no estaba en mis planes hace unos días”. De hecho, habían tenido que ir convenciéndolo para aceptar la propuesta a medida que se perfilaba como la única opción que tendría el apoyo de toda la oposición.

La consecución de la candidatura fue incluso saludada nada más producirse por líderes de países afines al actual Gobierno venezolano. Entre ellos el presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, quien calificó como “una cosa extraordinaria” que la oposición se hubiera reunido en torno a un candidato, y que se celebrarán elecciones. “Con la perspectiva", añadió Lula, "de que cuando terminen, las personas vuelvan a la normalidad. Esto es que quien gane tome posesión y quien pierda se prepare para otras elecciones. Como yo me preparé después de tres derrotas aquí en Brasil”, aseguró Lula.

De todas formas, en el tiempo que queda hasta el 28 de julio, la candidatura de Edmundo González Urrutia no está exenta de incertidumbres, según el analista electoral Eugenio Martínez. Entre ellas una posible anulación de la tarjeta electoral de la MUD, que en 2018 ya fue suspendida aludiendo a que concurría en doble militancia. Legalidad que no recuperó hasta 2021. De esto o de una inhabilitación al candidato, se derivaría en que los tres partidos que apoyan a González Urrutia deberían buscar otro candidato entre los que ya están inscritos. 

Incertidumbres el margen, de momento la noticia de esta precampaña es que haya una candidatura de la principal plataforma opositora, aunque sea un candidato inesperado, y que esta vez hayan superado sus diferencias internas priorizando la unidad.