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Toque de queda en Nueva Caledonia (Francia) a causa de la revuelta contra la reforma del censo electoral

  • Se plantea el cambio del censo que no permite a una quinta parte de la población ejercer su derecho al voto
  • Nueva Caledonia ha realizado ya tres consultas para su independencia de Francia

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Manifestantes en Numea, capital de Nueva Caledonia
Manifestantes en Numea, capital de Nueva Caledonia

Uno de cada cinco personas que viven en Nueva Caledonia no salen reflejados en los datos del censo, lo que ha llevado al Gobierno francés a revisar la Constitución y los acuerdos firmados en 1998. Parte de la población de la isla, en su mayoría, jóvenes independentistas de la etnia canaco han protagonizado disturbios en contra de la dicha revisión. Según los partidarios de las revueltas, esto supone una menor representación de la minoría en las instituciones legislativas en París.

La revuelta ha dejado a 54 agentes heridos, la quema de medio centenar de fábricas y viviendas y la imposición del toque de queda desde las 18:00 del martes, hora local, hasta el miércoles a las 06:00 de la mañana. Los manifestantes han incendiado por varios puntos de la isla automóviles, viviendas y fábricas. Varios locales de la capital han sufrido saqueos y, según fuentes oficiales, los manifestantes se han enfrentado con armas a las fuerzas de orden público.

Gobierno francés pide que vuelva la calma a la isla

Tras lo sucedido, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin ha pedido que vuelva la calma al territorio de ultramar y ha denunciado que los gendarmes desplegados en el territorio de ultramar se están enfrentando a "disparos con armas de gran calibre, con carabinas de caza". Más de 50 agentes han sido heridos, "algunos de ellos de gravedad". Los manifestantes también han dirigido las protestas a los domicilios de los policías instalados en Numea, cuyas familias han sufrido acoso durante los dos últimos días. "Algunos han tenido que abandonar sus domicilios tras haber sido blanco de disparos", ha indicado Darmanin.

El alto comisionado de la República, Louis Le Franc, representante del Gobierno en Nueva Caledonia ha afirmado que al menos unas 50 fábricas han sido incendiadas y otros tantos comercios de la isla. También ha anunciado que se prohíben las concentraciones en Numea, la tenencia de armas y la venta de alcohol, imponiendo la ley seca, a la vez que ha aprobado el toque de queda para los 270.000 habitantes. La metrópolis ha mandado cuatro escuadrones de antidisturbios para reforzar los ya desplegados.

Por su parte, el Gobierno autónomo de Nueva Caledonia ha pedido la calma de la población y "responsabilidad a los ciudadanos y a los representantes políticos, institucionales, tribales, religiosos, asociativos y familiares", en clara referencia a la etnia autóctona. Las autoridades han agregado que "ningún motivo de descontento, de frustración o de cólera justifica que se destruya lo que el país ha construido durante décadas y se hipoteque su futuro".

El origen independentista de las revueltas

La reforma constitucional arrastra el problema independentista en la región francesa de ultramar. Los registros del censo electoral caledonio fueron aceptados y aprobados en 1998, en los mismos acuerdos en los que se prometió la celebración de tres referéndums para la independencia de la isla. Aunque el cambio ha traído el descontento de la población autóctona, la propuesta para la revisión constitucional vino por parte de la población residente en el archipiélago, que al proceder de la metrópolis, el bloqueo del censo les priva del voto.

Con los Acuerdos de Numea, se abordaba nuevamente la problemática independentista que en 1987 se había cerrado con los resultados del primer referéndum celebrado. El 98,30% de la población caledonia votó a favor de permanecer en Francia. Los acuerdos suponían el último paso para la descolonización de la región, siendo transferidos al Gobierno autónomo varias competencias a excepción de las de defensa, seguridad, justicia y moneda.

Los plebiscitos fueron celebrados en 2018, 2020 y 2021. El primero de ellos dejó claro como la cuestión de una independencia estaba muy viva, llegando a un 43,33 % de los votos la intención de separarse de Francia. Las otras dos consultas se vieron afectadas por la pandemia de la Covid-19. El realizado en 2020 supuso el crecimiento del sentimiento francés, ganando la pertenencia a la metrópolis con un 55,74%. El más polémico de los tres fue el del 2021, donde las fuerzas independentistas pidieron a sus votantes que no ejercieran su derecho, alegando que no se pudo hacer una campaña política debido a la pandemia.