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El verano de 2023 fue el más caluroso en el hemisferio norte en los últimos 2.000 años, según un estudio

  • Los científicos han demostrado este récord analizando los anillos de árboles milenarios 
  • Los resultados revelan que en el hemisferio norte ya se ha incumplido el Acuerdo de París de 2015

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El verano de 2023 fue el más caluroso en el hemisferio norte en los últimos 2.000 años, según un estudio
En los últimos 60 años, el calentamiento global está provocando que fenómenos como El Niño se vuelvan más fuertes, incidiendo en que los veranos sean más calurosos. GETTY

El verano de 2023 fue el más caluroso en el hemisferio norte en los últimos 2.000 años, casi 4 grados más cálido que el verano más frío del mismo período. Los incendios forestales arrasaron el Mediterráneo, las carreteras se agrietaron en Texas y las olas de calor sobrecargaron las redes eléctricas en China. Un nuevo estudio ahora reconfirma los peores presagios y da una explicación a las situaciones extremas que se están volviendo cada vez más frecuentes durante los veranos.

Pese a que ya se había informado que el 2023 ha sido el año más caluroso registrado, la evidencia instrumental solo se remontaba a 1850, en el mejor de los casos, además de a ciertas regiones. 

Por este motivo, científicos de la Universidad de Cambridge (Londres) y de la Johannes Gutenberg (Alemania) han demostrado lo excepcional que fue el verano de 2023 por medio de la información climática del pasado procedente de anillos de árboles milenarios. Los resultados han sido publicados este martes en la revista Nature y demuestran que en el hemisferio norte ya se ha incumplido el Acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.

Incluso teniendo en cuenta las variaciones climáticas naturales a lo largo de cientos de años, el 2023 siguió siendo el verano más caluroso desde el apogeo del Imperio Romano, superando los extremos de la variabilidad climática natural.

"Cuando se analiza el largo recorrido de la historia, se puede ver lo dramático que es el reciente calentamiento global", explica el coautor y profesor del Departamento de Geografía de Cambridge, Ulf Büntgen.

"Esta tendencia continuará a menos que reduzcamos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero", ha añadido el catedrático.

Anillos de árboles, los nuevos registros climáticos

Büntgen explica que parte de los debates sobre el cambio climático están ligados a una temperatura de referencia de mediados del siglo XIX. Un dato que puede no ser exacto al tener en cuenta que nos encontramos ante un clima en constante cambio.

"Solo cuando analizamos las reconstrucciones climáticas podremos dar cuenta mejor de la variabilidad natural y poner en contexto el reciente cambio climático antropogénico", ha defendido.  

Los anillos de los árboles pueden proporcionar ese contexto, ya que contienen información resuelta anualmente y fechada sobre las temperaturas del verano pasado. El uso de cronologías de anillos permite a los investigadores mirar mucho más atrás en el tiempo, sin la incertidumbre asociada con algunas mediciones instrumentales tempranas. 

El estudio ha comparado los primeros datos instrumentales con un conjunto de datos de anillos de árboles a gran escala, descubriendo que la temperatura de referencia del siglo XIX utilizada para contextualizar el calentamiento global es varias décimas de grados Celsius más fría de lo que se pensaba.

Al recalibrar esta línea de base, los investigadores han calculado que las condiciones del verano de 2023 en el hemisferio norte fueron 2,07 °C más cálidas que las temperaturas medias del verano entre 1850 y 1900. 

Períodos fríos y cálidos

Los datos recopilados revelan que la mayoría de los períodos más fríos de los últimos 2.000 años, como la Pequeña Edad del Hielo Antigua en el siglo VI y la Pequeña Edad del Hielo a principios del siglo XIX, fueron provocadas por grandes masas de "nubes volcánicas" ricas en azufre. Estas erupciones arrojan enormes cantidades de aerosoles a la estratosfera, provocando un rápido enfriamiento de la superficie.

De hecho, el verano más frío de los últimos dos mil años fue en 536 d.C., tras una erupción de este tipo, y fue 3,93 °C más frío que el verano de 2023. 

La mayoría de los períodos más cálidos cubiertos por los datos de los anillos de los árboles pueden atribuirse al patrón climático de El Niño. Este afecta al clima en todo el mundo debido al debilitamiento de los vientos alisios en el Océano Pacífico, y a menudo, provoca veranos más cálidos en el hemisferio norte.

 Si bien los pescadores notaron por primera vez los  eventos de El Niño en el siglo XVII, se pueden observar en los datos  de los anillos de los árboles mucho más atrás en el tiempo.

Fenómenos extremos cada vez más fuertes 

Sin embargo, en los últimos 60 años, el calentamiento global, provocado por la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero, está provocando que fenómenos como El Niño se vuelvan más fuertes, dando como resultado veranos más calurosos. Se espera que el actual episodio continúe hasta principios del verano de 2024, por lo que es probable que este verano vuelva a batir récords de temperatura. 

"Es cierto que el clima siempre está cambiando, pero el calentamiento en 2023 se verá amplificado adicionalmente por las condiciones de El Niño, por lo que terminaremos con olas de calor más largas y severas, además de períodos prolongados de sequía", ha afirmado el autor principal y profesor de la universidad alemana Jan Esper.

Este también ha querido recalcar la importancia de que se reduzca la emisión de gases de efecto invernadero para luchar contra el panorama general que estamos viviendo.

Los investigadores señalan que, si bien sus resultados son sólidos para el hemisferio norte, es difícil obtener promedios globales para el mismo período para el sur, ya que los datos son escasos. Este último también responde de manera diferente al cambio climático al estar mucho más cubierto de océanos frente al hemisferio norte.