Enrique Ayala: “En Ucrania, ninguno de los dos puede ganar”
- Analizamos con Enrique Ayala, analista de la Fundación Alternativas y general de Brigada en la reserva, la actualidad de la guerra de Ucrania.
PREGUNTA: ¿Cómo interpreta el cambio que se ha producido en el Ministerio de Defensa de Rusia?
RESPUESTA: Se ha sustituido a Shoigu, que es el hombre que dirigió la invasión de Ucrania en el año 2022, por un tecnócrata como Beloúsov, que ha sido viceprimer ministro hasta la última reorganización gubernamental después de las elecciones. Putin ha puesto al frente del Ministerio de Defensa a un hombre que sea capaz de promover y acelerar la industria y la tecnología rusas de la defensa, para dotar al ejército ruso de suficientes recursos y equipos ante una prolongación de la guerra que se adivina larga. Este hombre ha demostrado ser un buen gestor, un buen economista, que va a tener a cargo la logística de la defensa, pero no la dirección de la guerra, que seguirá estando en manos de Gerasimov, el máximo responsable militar.
P: ¿Cree que Rusia asume que la guerra va para largo, para más allá de este año?
R: Sí, yo creo que ellos han comprendido que el apoyo occidental a Ucrania va a permitir a Ucrania no ganar, pero sí resistir. Y, por tanto, aunque últimamente Rusia está teniendo ciertos avances en el frente como consecuencia del retraso en la llegada de nuevas armas a Ucrania, yo pienso que el Kremlin asume que no va a ser posible obtener una victoria rápida y por tanto la guerra se va a prolongar durante mucho tiempo.
P: ¿Cómo definiría la actual situación en el frente?
R: Ahora mismo Rusia ha aprovechado el retraso en la llegada de nuevas armas a Ucrania, que se ha producido por el retraso del Congreso de los Estados Unidos, de la Cámara de Representantes, concretamente, en aprobar el último paquete de ayuda por valor de más de 60 mil millones, finalmente ha sido aprobado. Ese retraso en la recepción de nuevas armas ha debilitado la defensa ucraniana y Rusia ha aprovechado ese bajón, esa situación de carencia de recursos, para hacer ciertos avances, tanto en la provincia de Donetsk, en la región del Dombás, como ahora, más recientemente, en una ofensiva limitada que ha lanzado en la región de Járkov. Creo que este ataque parece tener más por objeto diversificar los esfuerzos de Ucrania para debilitarla en la zona que más interesa a Rusia, que sigue siendo el Dombás, que en una intención real de avanzar en esa zona y conquistar Járkov, que sería un objetivo que por el momento estaría fuera del alcance de las fuerzas rusas.
P: ¿Sería una maniobra de distracción?
R: Desde luego, mantener el frente norte supone debilitar las defensas ucranianas. Estamos hablando de un frente de mil kilómetros. Y claro, Ucrania difícilmente puede atender a todos los puntos. Por tanto, es posible que, en el norte se mantenga la presión, pero no con la intención de tomar Járkov, que por el momento sería un bocado demasiado grande para Rusia.
P: En el Dombás, las fuerzas rusas han avanzado desde la toma de Avdivka. ¿La batalla del Dombás está en un punto clave?
R: Sin duda. El objetivo es Kramatorsk. Si cae Kramatorsl, cae toda la provincia de Donetsk, y por tanto prácticamente el Dombás entero, que no debemos olvidar que, desde el principio, es el objetivo prioritario de Rusia. Están en un punto muy delicado. Un mayor avance ahora mismo en la zona de las fuerzas rusas podría poner en peligro las ciudades más importantes que quedan en manos ucranianas en la provincia de Donetsk y por tanto, en el Dombás.
P: ¿Es posible un colapso de la línea defensiva de Ucrania?
R: Es difícil. Los avances rusos son muy pequeños y como está claro que Ucrania va a recibir nuevo armamento, lo está recibiendo ya y en el futuro seguramente va a ser mucho mayor, pues es muy posible que Ucrania consiga resistir y los avances rusos sigan siendo limitados.
P: ¿Usted cree que la guerra podría acabarse en Kramatorsk o Sloviansk, que fue donde comenzó en 2014?
R: No. La guerra no se acabará porque Ucrania no cederá. Puede ceder algo de territorios si no tiene suficiente fuerza. Puede ceder la parte que controla de la provincia de Donestk. Pero eso no significa que la guerra termine ahí, o que Rusia vaya a tener una gran victoria, o Ucrania una gran derrota, en tanto en cuanto Ucrania siga recibiendo el apoyo occidental como hasta ahora, o en mayor medida incluso.
P: ¿Cabe imaginar un conflicto congelado con Rusia ocupando las conquistas que mantiene desde 2022 pero sin ningún ganador claro?
R: Claro. Ninguno de los dos puede ganar. Es decir, Ucrania no va a ganar a Rusia. Y yo creo que ese es un aspecto fundamental que deberíamos tener en cuenta de cara al futuro. Y Rusia tampoco estará en condiciones de vencer a Ucrania mientras Ucrania tenga el apoyo occidental. Por tanto, nos enfrentamos seguramente a un bloqueo de la situación a una guerra larga de desgaste salvo que se encuentre una solución diferente. Es decir, salvo que se encuentre un acuerdo de paz o por lo menos un alto el fuego que permita detener las hostilidades y llegar a acuerdos políticos.
P: ¿A Ucrania le pesa la falta de soldados tanto o más que la carencia de armas y municiones?
R: Sin duda. Si hablamos de la carencia de armas de Ucrania, está claro que el país depende del apoyo occidental para sus equipos y armas en la guerra. Pero su principal problema no es ese. Su principal problema es el personal. Hay combatientes que llevan más de dos años en el frente sin apenas haber tenido descansos. Están agotados. Y están en parte desmoralizados. Hay que hacer un nuevo reclutamiento. Hay una nueva de reclutamiento, pero parece insuficiente para corregir este problema. Y este es el problema más grave que ha afrontar Ucrania durante los próximos meses. Hay que relevar a las fuerzas que están en el frente. Hay protestas en la población porque la nueva ley de movilización no incluye la desmovilización de las personas que llevan mucho tiempo en el frente. Es una cosa que se ha dejado para una ley posterior y la población también está bastante desmoralizada y está intentando eludir a los equipos de reclutamiento que se han puesto en marcha porque no ven un futuro claro a la guerra. La población de Ucrania está agotada. Hay que considerar que por mucho armamento que Occidente envíe a Ucrania, al final sólo son los soldados ucranianos los que están allí. Y con sólo los soldados ucranianos no se puede derrotar a Rusia.
P: ¿Cree usted que por eso Macron planteaba que no había que descartar el envío de tropas francesas o europeas a Ucrania?
R: Eso es una salida de tono. Yo creo que se trata de una apuesta de póker o de un envido más, para los que sepan jugar al mus. Es decir, es una guerra psicológica que tiene quizá más que ver con la situación interna de Francia que con la realidad sobre el terreno de operaciones. Enviar tropas combatientes europeas a Ucrania implicaría probablemente una escalada de consecuencias imprevisibles que podría dar lugar a una guerra mundial, incluso nuclear. Hay elementos de la OTAN ya en Ucrania, pero naturalmente no en el frente, sino en labores secundarias de asesoramiento, logísticas o de enlace. Pero no creo que en ningún caso, ningún país europeo o de la OTAN, vaya a enviar tropas a Ucrania, porque eso es un escenario que sería catastrófico y que, en realidad, ningún país contemplado.