'Furiosa: de la saga Mad Max', según Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth y George Miller: la leyenda se revisa en Cannes
- RTVE.es entrevista en el Festival de Cannes al equipo de la nueva entrega de la saga de acción
Chris Hemsworth está acalorado, aunque la costa Azul está encapotada y cae lluvia fina. El aire acondicionado del Hotel Marriott de Cannes enfría incluso más el ambiente. Pero en la suite en la que el actor australiano concede entrevistas los focos le están achicharrando. “Lo siento, tío”, se disculpa antes de empezar, mientras se pone en pie y agita su camiseta para refrescarse. A su lado, Anya Taylor-Joy parece no sentir ni padecer. Vestida de blanco permanece estática, con su punto de enigma. En cualquier caso, están más confortables que durante el largo rodaje en el desierto australiano de Furiosa: de la saga Mad Max.
- “La verdad es que es un honor estar en el festival. Es la primera vez para ambos”, dice Hemsworth.
- “Segunda”, corrige Taylor-Joy.
- “¿De verdad? Me matas”.
- “¡Gané un premio!” (el trofeo Choppard en 2017 por Split), cierra con humor la actriz.
La entrevista tiene lugar un día antes de que hoy tomen la alfombra roja. Su película es uno de los eventos del festival, rendido habitualmente al cine visionario de George Miller. Por primera vez, el realizador australiano mira hacia atrás en la saga para explicar los orígenes de Furiosa, el personaje de Charlize Theron en Mad Max: Furia en la carretera (2015). Si en cada entrega de Mad Max el espectador era arrojado a un universo de pura acción sin más explicación, esta vez Miller quiere contexto para su obra más emblemática.
En uno de los primeros planos, la cámara desciende desde el espacio exterior hasta Australia por si alguien había olvidado dónde estaba la "tierra baldía". Repasemos: Mad Max (1979) todavía era una película que hacía enorme virtud de un limitado presupuesto y descubrió a Mel Gibson (entonces 23 años) como un héroe policial que defendía a su familia en un hostil mundo lleno de pandilleros. Mad Max 2 (1985), un auténtico western punk, fijó ya la estética apocalíptica pasada de rosca de todo lo que estaba por venir. Con Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno (1985) la saga entraba en los grandes presupuestos y subrayaba su mensaje ecologista. Y treinta años después Mad Max: furia en la carretera disparó su imaginario incluyendo una heroína, Furiosa, junto al tradicional warrior (Tom Hardy relevando a Gibson).
En 2015, Mad Max: furia en la carrera se llevó el Festival de Cannes por delante y por eso la expectación en 2024 era máxima. La primera impresión es que con Furiosa: de la saga Mad Max por primera vez la serie se revisa a sí misma, esclareciendo asuntos que antes eran sobrentendidos, y, aunque esencialmente sigue siendo el mejor cine de persecuciones, de pronto brota un tono más romántico y reflexivo. Ya no hay factor sorpresa, pero tampoco decepción alguna.
La película se inicia con el rapto de Furiosa, una niña arrancada del único vergel de la tierra baldía por los hombres de Dementus, un salvaje líder de guerreros al que da vida Chris Hemsworth como un actor a una prótesis nasal pegado. ¿Necesitaba afearse para ser un villano? “Puedo ser siniestro con la ropa que llevo ahora”, dice entre risas mientras Taylor-Joy asiente. “George quería que representase algo muy diferente a lo que había hecho antes. Tras cuatro horas diarias de maquillaje, no me reconocía en el espejo”, reconoce el actor.
Miller se inspiró para Dementus en la antigua Roma. “Viendo imágenes de emperadores romanos, estatuas con narices de puente ancho, pensó que este personaje, que se ve a sí mismo como alguien de gran valor y piensa que es un conquistador o un emperador, podía imitarles. Era parte del puzzle que pensábamos que encajaba con la energía de este personaje extravagante”. Pero Dementus no es el principal canalla de la tierra baldía, sino que rivaliza con Inmortan Joe, cuyo ascenso también se explica.
Por su parte, Anya Taylor-Joy solo carecía de un detalle para parecer natural de la tierra baldía. “Todavía no tengo carnet de conducir, así que lo primero que he aprendido a hacer en un coche son escenas de acción para la película” dice. “Voy a ser una conductora muy divertida en el futuro”.
La actriz se trasladó a Australia un año antes de rodaje para familiarizarse con coches, motos y comenzar el entrenamiento físico de una película que requiere un nivel de acción por encima de cualquier media. “Para George era realmente importante que hiciera todo lo que fuera capaz de hacer. Y me encantó. George trata como un maestro al departamento de especialistas, que son la gente más guay y encantadoras que te puedas encontrar”.
Taylor-Joy recuerda con cariño su experiencia en Marrowbone (2017). “Fue maravillosa y adoro a Sergio G. Sánchez”, dice cambiando al español la actriz criada en Argentina y con una abuela zaragozana. “Me encantaría volver a rodar en español”. Hemsworth entiende algo de lo que dice su compañera, “aunque no sé tanto español como me gustaría”. Su mujer, Elsa Pataky, tiene un pequeño papel como una de las aguerridas mujeres del pueblo de Furiosa.
De héroe a heroína
El mundo no necesita a otro héroe era una frase recurrente de las primeras películas. Theron y Hardy compartían protagonismo, pero con la nueva (y previa) Furiosa el centro la saga se desplaza definitivamente a la heroína.
“Realmente la aparición de Furiosa fue accidental, pero también era lo más apropiado para estos tiempos”, dice Miller. Taylor-Joy añade: “No creo que sea buscado, pero obviamente me gusta que es una mujer y un personaje fuerte. Pero George quiere contar historias de gente que tiene un dilema moral”. ¿Cuál sería? “Si puedes ser todavía una buena persona en una tierra baldía donde te vas a morir. ¿Es más importante sobrevivir o mantenerte puro?”, dice la actriz.
Hemsworth aprovecha la explicación para, sino salvar, entender a su personaje. “Solo trata de sobrevivir como todos en ese lugar, solo que al contrario que Furiosa, tiene otro tipo de responsabilidad y fuerza”
El actor británico Tom Burke interpreta a Praetorian Jack, que hereda el papel de los antiguos warriors, pero con un peso menor. “Mel Gibson y Tom Hardy estaban en algún lado, por ahí detrás, pero prefería no pensar mucho en ellos, porque era aterrador”, confiesa Burke.
Miller, profeta de la lucha contra el cambio climático
El cambio climático no estaba en el centro de los debates sociales cuando Miller concibió un mundo abrasador con escasez de recursos, pero su mensaje es ahora más que evidente.
“Absolutamente”, dice Taylor-Joy. “En mi primera conversación con Miller, me preguntó por una justificación para hacer la película. Y le contesté que todas las películas anteriores eran entretenimiento, pero también un cuento que te apelaba: es divertido ver la tierra baldía en la pantalla, pero no conozco a ninguno de sus personajes que quieran vivir allí”.
Hemsworth coincide: “Representa una potencial dirección que el planeta puede tomar si no corregimos el rumbo. Habla de resiliencia de la especie humana en tiempos desesperada. Las historias de Miller son alegóricas y mitológicas y están abiertas a interpretaciones”.
La incasable búsqueda cinematográfica de Miller
Miller explica que quizá el cine mudo sea el origen de su cine puramente visual. “Buster Keaton me influyó cuando empecé a interesarme en el cine y en tratar de entender realmente su nuevo lenguaje, que solo tiene 120 años y los niños pueden comprenderlo antes de conocer su propia lengua. Keaton no solo era completamente expresivo con su cara y especialmente sus ojos, sino un director increíble. El maquinista de la general me apela. Su cine es progresión y acción, pura música visual”.
Y desarrolla su pasión por los orígenes de las imágenes: “Cuando el público vio por primera vez un primer plano cerrado de una persona que giraba su cabeza gritaron porque pensaron que era un decapitado sin cuerpo moviéndose. Es un nuevo lenguaje que hemos aprendido”.
A sus 79 años, la curiosidad del doctor Miller está intacta. Es un cineasta ecléctico y lento, pero lleno de retos. “Podrías estar haciendo cine durante siglos y nunca llegarías a dominarlo. Hay muchas variables, involucra a todos los sentidos, todas las experiencias humanas. La tecnología cambia, los espectadores cambian. Siempre está en evolución. Llegar a entenderlo es una labor increíble que nadie puede hacer y que me hace seguir queriendo hacer películas”.