Una boda marcada por el recuerdo del 11M y blindada con 18.000 agentes: 20 años del enlace de los reyes de España
- Felipe VI y Letizia Ortiz contrajeron matrimonio el 22 de mayo de 2004, dos meses después de los atentados de Atocha
- El enlace se celebró con unas medidas de seguridad sin precedentes, entre ellas la suspensión temporal del Tratado de Schengen
- En directo, revive de nuevo la boda real de Felipe y Letizia
Este miércoles 22 de mayo se cumplen 20 años del enlace matrimonial entre don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, los actuales reyes de España. Aquella fue la primera boda de Estado que se celebró en nuestro país en casi un siglo, desde la de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg el 31 de mayo de 1906, y estuvo marcada por el recuerdo de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, ocurridos apenas dos meses antes de la ceremonia.
Aunque España ya había celebrado recientemente las bodas de la infanta Elena con Jaime de Maricharlar (Sevilla, 1995) y de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin (Barcelona, 1997), el enlace de los entonces príncipes de Asturias supuso un acontecimiento de enorme trascendencia para la historia de nuestro país y de "importancia máxima" para la "continuidad de la Monarquía parlamentaria", según escribió en un artículo en El País Gregorio Peces Barba, destacado político de la transición y uno de los 'padres' de la Constitución.
Desde que el 1 de noviembre de 2003 la Casa del Rey anunció el compromiso entre el príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón y Grecia, y la periodista de TVE Letizia Ortiz Rocasolano, la ceremonia se diseñó al detalle, especialmente en lo referente a la seguridad. Un punto que, tras los atentados de Atocha, pasó a ser de máxima prioridad.
En el período transcurrido entre el anuncio del compromiso y la ceremonia se produjo un cambio de Gobierno tras la llegada a la Presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien confió la cartera de Interior a José Antonio Alonso. A su equipo le tocó en suerte poner en marcha un dispositivo sin precedentes: cerca de 20.000 agentes se desplegaron en Madrid, incluyendo policías nacionales y locales, guardias civiles y reales de varias provincias e incluso alumnos de la Academia de Policía Nacional de Ávila. Todo ello con un coste en torno a los siete millones de euros.
Despliegue de seguridad sin precedentes
La importancia de los invitados al enlace hizo que se tomaran decisiones sin precedentes, como la suspensión temporal de la libre circulación de viajeros de los países firmantes del Tratado Schengen entre el 15 y el 24 de mayo, así como la puesta en marcha de una zona de exclusión aérea de 50 millas alrededor de Madrid que prohibía el tránsito de avionetas, ultraligeros, globos y otros artefactos de vuelo bajo en torno a la capital.
Entre otras medidas, se retiraron unas 2.000 papeleras ubicadas en el recorrido de la comitiva real y un día antes se cerró al tráfico privado el acceso al centro de Madrid.
Sobre los tejados de los edificios ubicados en el trayecto se situaron unos 200 francotiradores, mientras varios helicópteros policiales, un F-18 y un avión AWACS de la OTAN vigilaban desde el aire.
Aunque la jornada transcurrió sin incidentes, años después el entonces ministro de Defensa José Bono contó que el CNI estuvo en "máxima alerta" tras el robo de unos ultraligeros, ante la posibilidad de que se hubiera detrás una trama terrorista. El rey Juan Carlos estaba enterado de la situación pero no se lo comunicó al príncipe Felipe: "Era su día", señaló Bono.
Este blindaje al milímetro permitió que la boda se celebrara según lo previsto, aunque deslucida por la intensa lluvia que cayó en Madrid durante la mañana del enlace y que obligó a doña Letizia a realizar el recorrido entre el Palacio Real y la catedral de La Almudena a bordo de un Rolls Royce en lugar de a pie, como estaba previsto.
En ese mismo vehículo, don Felipe y doña Letizia, ya convertidos en marido y mujer, iniciaron un recorrido por las calles de Madrid escoltados por la Sección de Motos de la Guardia Real primero, y la escolta a caballo del Escuadrón de Escolta Real después.
La comitiva pasó por delante del entonces llamado 'Bosque de los Ausentes' -hoy 'Bosque del Recuerdo'-, construido en memoria de las víctimas del 11-M, antes de depositar un ramo de flores en la Basílica de Atocha, desde donde regresaron al Palacio Real, lugar en el que se sirvió el almuerzo a los invitados.
Amplia representación nacional e internacional
Entre los 1.200 invitados a la boda figuraron miembros de más de treinta casas reales, una amplia representación de jefes de Estado y de Gobierno de varios países extranjeros y destacados miembros de la vida económica, social y cultural de la España de hace dos décadas.
También asistieron los principales miembros de una clase política española en la que José Luis Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno y Mariano Rajoy, líder de la oposición. Junto a ellos, los expresidentes Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar y figuras hoy desaparecidas como Alfredo Pérez Rubalcaba, José Antonio Alonso, Enrique Múgica, Loyola de Palacio o Rita Barberá.
Y, por supuesto, una Familia Real a la que hoy costaría reunir en una imagen como la de 2004, con el rey emérito con residencia en Abu Dabi desde 2020 por la presunta irregularidad de sus negocios particulares y las separaciones matrimoniales de las infantas Elena y Cristina. En este último caso, con el agravante de ver a la hermana del rey sentada en el banquillo por el caso Nóos, por el que su exmarido, Iñaki Urdangarin, fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por varios delitos de corrupción.
A pesar de estos reveses familiares, el reinado de Felipe VI -quien fue proclamado el 19 de junio de 2014- se ha visto libre de escándalos y, junto a la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la princesa Sofía, ha mejorado la imagen de la Corona entre los españoles.
La jura de la Constitución de la princesa Leonor en el Congreso de los Diputados al cumplir la mayoría de edad no ha hecho sino consolidar su posición como heredera y certificar la continuidad de la Corona española.