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Marruecos, Túnez y Mauritania usan fondos de la UE para abandonar migrantes en el desierto, según un informe

  • Un consorcio de periodistas asegura que la UE financia el "sistema" contra la migración de los países del norte de África
  • Las autoridades los venden a traficantes de personas y a bandas que los torturan para pedir rescate

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Un nuevo informe denuncia que Marruecos, Túnez y Mauritania usan fondos de la UE para detener a migrantes y dejarlos en el desierto

Marruecos, Túnez y Mauritania han desarrollado un "sistema" contra la migración en el que "miles de personas de piel negra son detenidas, secuestradas y abandonadas en zonas desérticas", según una investigación de un consorcio internacional de periodistas que han publicado este martes varios medios.

"La Unión Europea lo sabe y financia a los responsables", ha afirmado la revista alemana Der Spiegel, que ha participado en una investigación periodística junto a la ONG neerlandesa Lighthouse Reports y otros ocho medios de comunicación de varios países.

Según el informe del consorcio, durante años la UE ha entregado grandes sumas de dinero a los países del norte de África para la “gestión de la migración”, con el objetivo de reducir el número de personas que intentan llegar a Europa.

"La UE afirma públicamente que supervisa cómo se gasta este dinero y que no contribuye a abusos de los derechos humanos contra las personas a las que pretende impedir que migren. Pero la realidad es diferente", recoge el documento.

La UE, a través de la comisaria europea para Asuntos de Interior, Ylva Johansson, ha rechazado toda responsabilidad en estas acciones,

Vendidos a traficantes de personas y a bandas

Los refugiados y migrantes, pero también otras personas que tenían estatus legal en dichos países, "son detenidos en función del color de su piel, introducidos en autobuses y conducidos en medio de la nada, a menudo a zonas áridas y desérticas"

"Allí, se quedan sin asistencia, agua ni comida, dejándolos en riesgo de secuestro, extorsión, tortura, violencia sexual y, en los peores casos, la muerte", dice el informe de Lighthouse.

"A otros los llevan a zonas fronterizas donde, según informes, las autoridades los venden a traficantes de personas y a bandas que los torturan para pedir rescate. Los expertos legales dicen que estas prácticas constituyen claras violaciones de derechos humanos", agrega el documento.

La investigación presenta sus acusaciones apoyada en los testimonios de medio centenar de personas, incluido un ciudadano estadounidense afroamericano, de nombre Timothy Hucks, de 33 años de edad.

Hucks, que ahora vive en España, fue detenido por agentes de la Policía marroquí a pocos metros de su casa de Rabat y llevado contra su voluntad, junto a un grupo de migrantes subsaharianos, a la ciudad marroquí de Beni Melal, a cientos de kilómetros de la costa marroquí, desde donde parten las pateras con dirección a España. En esa ciudad fue abandonado y pudo volver a su casa.