La reina Letizia en 20 años de moda: claves de un estilo elegante y glamuroso que no tiene rival
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6 de noviembre de 2003. Letizia Ortiz, hasta ahora conocida por presentar los informativos de TVE, se presentaba ante el mundo como la prometida del príncipe Felipe de Borbón. Tras la sorpresa inicial llegó la hora de hacer la radiografía de la futura princesa de Asturias y futura reina de España. Ese día, muy bien aconsejada, llevó un sencillo sastre de blazer y pantalón, un lienzo en blanco sobre el que escribiría su propia historia, y la moda es una de las protagonistas.
Aquel traje de Giorgio Armani fue una apuesta segura, ya que el italiano es el icono de la elegancia sin estridencias, de ese lujo medido que ahora llaman lujo silencioso, un estilo que ha marcado su armario. Han pasado 20 años y el libro de estilo de la reina crece cada día. Revisarlo es repasar la moda de las dos últimas décadas, pero también de la evolución de los hábitos en el vestir de la sociedad. De 2004 a 2024 España se ha vuelto más sostenible: ahora, repetir un vestido se considera un gesto de buen gusto y reutilizar lo que hay en el armario, el personal o el de alguien cercano, es toda una declaración de intenciones. Doña Letizia ha recurrido en varias ocasiones al archivo de la reina Sofía, customizando vestidos y conjuntos que su suegra llevó en los años 70 y 80.
Pero volvamos a 2004. ¿Fue un error acudir a Giorgio Armani y no a un diseñador español? No. Eran otros tiempos y la casa real, como las otras casas reales europeas, solía vestir de firmas de lujo internacionales para los eventos relevantes. La reina Sofía ha llevado muchas creaciones de Valentino y la infanta Elena hizo suyo el estilo barroco y sofisticado de Christian Lacroix. Para la cena previa a la boda de su hermano, la infanta Elena llevó un espectacular vestido de aires goyescos de Lorenzo Caprile, y no cabe duda de la influencia que ella tuvo sobre Letizia Ortiz cuando pisó por primera vez una alfombra roja ‘real’.
La boda de Federico y Mery de Dinamarca fue su presentación en sociedad y no desperdició la oportunidad, desplegando su aura elegante, de celebridad. Rompió moldes y, de un plumazo, eclipsó a sus rivales: ninguna otra royal tenía su charme, su ‘estilazo’ y, sobre todo, su poderío, acentuado con los constantes guiños a la cultura española: todos los tejidos eran españoles y también los complementos, desde los zapatos a los abanicos. Lorenzo Caprile le hizo vestidos propios de una actriz de Hollywood, entre ellos el rojo con cola con el que acaparó todos los flashes y portadas. Además, al no tener que llevar condecoraciones ni bandas, pudo lucir mucho mejor el diseño del modista. Fue su gran baza y la prensa llegó a publicar frases como “Ha nacido una estrella”, “Doña Letizia se corona en Copenhague”, “Letizia Ortiz, la reina de la elegancia”.
Desde entonces hemos sido testigos de su evolución y del proceso de creación de un armario con personalidad, haciendo suyas piezas diseñadas o confeccionadas por otros. Ha tenido una notable transformación, ya que ha ido probando y descartando lo que no le gusta o no le favorece, hasta llegar a un estilo propio, muy definido y sobre todo reconocible. Atrás han quedado los tejidos demasiado elaborados, las medias negras y los peep toes, los zapatos abiertos por la parte delantera, con ligera plataforma, que la prensa bautizó como “Letizios”.
En su armario conviven las etiquetas nacionales con las internacionales, y en más de una ocasión ha hecho guiños al país que visita vistiendo de diseñadores locales. Tras años llevando los vestidos de Felipe Varela optó por abrir el abanico de firmas y modistas españoles, que celebran cada una de sus salidas en las redes sociales. Entre ellos, Teresa Helbig, The 2nd Skin Co., Duyos, Juan Vidal y Moisés Nieto.
Su apoyo a la moda de España es evidente y nadie olvida su visita a la pasarela madrileña para saludar y conversar con los creadores que participan en ella. "Esa reunión fue muy relevante", dice Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME). "En todas las intervenciones que hizo se notaba que conocía el informe que hacemos cada año sobre las cifras del sector de la moda en España. ¡Y ese es el gran apoyo que hace a nuestra moda!". Pepa Bueno es consciente del interés que despiertan los looks de doña Letizia, y no le resta valor. "Es una embajadora, claro está, como otras reinas y princesas europeas, y como lo fue Michelle Obama".
Hay una clara separación entre el estilo que lleva en los compromisos de día y los eventos nocturnos. El traje sastre de pantalón es su gran aliado y casi siempre en tonos suaves, tranquilos y lisos. Se aprecia cierto aire de intelectualidad, que destierra cualquier asomo de esa frivolidad que desprende el mundo de la moda, y que encaja perfectamente con el discurso que tienen tanto su cargo como su forma de ser. Se aprecia además una feminidad contenida y una masculinidad sugerida: una fórmula que resulta muy eficaz.
La falda recta es otro de sus básicos, que alterna con vestidos y faldas ligeramente evasé, siempre con siluetas y volúmenes sencillos. Blanco y rojo son dos de sus colores preferidos, aunque utiliza casi toda la paleta cromática, tanto los tonos empolvados como los fuertes. No suele llevar mezclas potentes de colores o estampados, y prefiere el total look a los arriesgados contrastes.
Cuando cae el sol, la reina eleva el glamur
En los eventos nocturnos hace gala de ese "estilazo" que tanto alaba la prensa y que ha remarcado incluso la diseñadora Victoria Beckham. La reina lleva vestidos acordes a su figura y a los lugares a los que acude. Vemos que lleva tejidos nobles, como gasas y sedas, con acabados ligeramente brillantes: rasos y sedas en azul noche, rojo duquesa, gris perla… El negro es otro de sus tonos preferidos y lo utiliza tanto en vestidos rectos o pegados al cuerpo como en otros que llevan volúmenes más caprichosos, pero siempre elegantes. En las bodas y cenas de gala que celebran las casas reales europeas, suele lucir llamativos tocados y sombreros, detalles que completan el look, siempre con riesgo y acierto.
La mayoría de edad de la infanta Leonor marca un punto de inflexión. Son muchos los que dicen que la reina ha dado un paso atrás para dejar más protagonismo a su hija, la heredera. Quizá sea así, un gesto generoso que no solemos ver en los royals. La fractura que ha sufrido en el dedo ha hecho que descarte los zapatos y lleve zapatillas deportivas, y esto ha influido en sus looks: vemos que lleva chaquetas en tweed, lisas y con cuadros, y pantalones cómodos: prendas confortables para resolver su agenda con comodidad. En estas dos décadas, ha ido moldeando su estilo y reforzando su figura, y ha logrado mantenerse en el pódium de las listas de la elegancia. “Es mi musa definitiva”, dijo Victoria Beckham.
Maquillaje natural y tacones bajos
La reina Letizia ha ido perfilando el mensaje que transmite con su vestuario. Su agenda está repleta de actos institucionales y otros de carácter humanitario. Es su trabajo y se viste como muchas mujeres lo hacen para ir a la oficina o a su despacho. Los trajes sastres cambian de registro cuando se llevan con zapato plano y, para completar ese look, recurre a maquillajes y peinados muy naturales: poco color en el rostro y el pelo suelto o recogido de forma sencilla. El maquillaje cambia en las tardes y las noches, llegando incluso a sorprender con tonos atrevidos: smoky eye (ojo ahumado) y labios rojos.
En las últimas apariciones la hemos visto con un aire más casual, siempre sin salirse de su estilo. Los pantalones de pinzas y cintura, a veces en cuero, sustituyen a las faldas. Le gusta llevar piezas bien cortadas y bien cosidas, prendas que llaman la atención por su buena factura y que le permiten presumir del buen hacer de la moda de autor. Sin estampados, sin bordados, sin aplicaciones... la reina ha abrazado el minimalismo, haciendo suya la máxima 'menos es más'. Y ha vuelto a acertar.
Cada salida se mira con lupa, diseccionando su outfit para destacar los aciertos y citar los errores, que cada vez son menos. En estos años, ha ido descubriendo las características que tienen que tener las prendas que elige con la ayuda de su estilista, y una de las más importantes es que "fotografíe bien 360º". Es decir, que el look quede bien fotografiado independientemente del ángulo desde el que dispare el fotógrafo; y por eso prescinde de piezas complicadas, con patrones arriesgados y tejidos peligrosos.
Repasar estos veinte años de apariciones en público da una idea clara de la forma en la que ha hecho su evolución estética y, por qué no, ética, virando su armario hacia lo sostenible y apostando por firmas emergentes o poco conocidas que tienen su base en distintos puntos de la geografía española. Sus prendas, juntas, son un buen ejemplo de lo que España ofrece en términos de moda, de costura, de artesanía y de tradición textil. La reina es la mejor embajadora en el mundo de esta parte de la cultura e industria del país.
El armario de Don Felipe
Los mismos 20 años han pasado para el rey Felipe. Su cargo, y por razones de protocolo, marcan su vestuario, que salta de los trajes de corte clásico a los uniformes de gala y los de corte militar. Por eso se valoran tanto las apariciones en los veranos de Mallorca, momentos en los que el monarca rebaja el estilo y lleva prendas más cómodas, como la guayabera. Esta es una de las piezas que más usa en citas que no están regidas por el protocolo y en momentos de ocio durante los meses de verano. Las usa en tono blanco o azul, siempre con pantalón cómodo y zapato confortable. También las combina con pantalones vaqueros, aunque solo en momentos de ocio.
Los trajes que lleva son lisos, en azul marino o gris, y a veces cambia los tejidos lisos por la elegante raya diplomática. Las corbatas con de corte clásico, igual que las camisas que tienen siempre colores tranquilos y sin connotaciones políticas o religiosas. A veces, para dar un aire más relajado, prescinde de la corbata y desabrocha los botones superiores.