El cambio climático aumenta la bacteria que destruye olivos en el Mediterráneo
- El cambio climático es clave en el impulso y distribución de las enfermedades en las plantas de todo el mundo
- La bacteria conocida como el “ébola del olivar”, la Xylella fastidiosa, es la principal amenaza para los olivos españoles
La bacteria Xylella fastidiosa, causante de enfermedades mortales, ya ha aniquilado millones de plantas al obstruir sus conductos y tejidos vegetales. Un parásito se está beneficiando del cambio climático.
El Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC), junto al centro mixto del Consejo de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha estudiado mediante una nueva técnica la propagación de este microbio durante los últimos 20 años para conocer cómo será su futuro en los diferentes escenarios que plantea el calentamiento global. En esta investigación también han colaborado personal del Instituto de Física de Cantabria (IFCA), del centro mixto del CSIC y de la Universidad de Cantabria.
En los resultados se describen cómo un aumento de más de 3 °C de temperatura media del planeta sería un "punto de inflexión en el riesgo" de que esta bacteria afecte a vegetación como olivos, almendros y viñedos de los países mediterráneos. También, se llegará a expandir más al norte de Europa.
El clima determina el área en la que pueden ocurrir estas enfermedades, de ahí que una buena temperatura potencie el desarrollo de brotes epidémicos. "El cambio climático es clave en el impulso y distribución de las enfermedades en las plantas de todo el mundo", ha considerado el científico del IFISC-CSIC-UIB y autor de la investigación, Manuel Matías.
La bacteria Xylella fastidiosa llegó a Europa en 2014
Hace 10 años que se detectó por primera vez la bacteria Xylella fastidiosa en Europa. Hasta el siglo XXI se consideraba que este patógeno solo se encontraba en el continente africano.
“Las plantas infectadas pasan a producir pocos frutos y de poca calidad“
En Estados Unidos, este parásito causa la enfermedad letal de Pierce en la vid. Esto supone muchas pérdidas millonarias en el sector de la vitivinícola -cultivo de la vid- anualmente. Las plantas infectadas pasan a producir pocos frutos y de poca calidad. Sus hojas se acaban decolorando, gangrenan y se caen. Además, las cepas pueden llegar a morir en pocos años.
Con respecto a los brotes europeos que se analizaron para la investigación, se observa a los insectos del grupo de los cicádidos -como las cigarrillas o chicharras-, concretamente los invertebrados del grupo de los Philaenus spumarius, como el principal y único vector transmisor. Su rápida propagación de la enfermedad ya ha provocado la destrucción de cultivos en Italia, y también es la culpable de que se hayan tenido que arrancar miles de almendros en zonas de las Islas Baleares y en Alicante.
Dicha exploración recoge cómo el aumento de las temperaturas expande la distribución de esta bacteria por regiones del sur de Europa y especialmente en el Mediterráneo. Francia, Italia y Portugal son los países más afectados. La investigación señala también una disminución del insecto P. spamarius, aunque marginal en algunas zonas, tal como buena parte de España, que aumentaría ligeramente su nicho ecológico en las zonas europeas más continentales o montañosas.
La denominación de origen no se escapa de esta bacteria
Según los investigadores, uno de los mayores retos para la política agrícola de la Unión Europea es el cambio climático. De ahí aseguran que saber que va a suceder en ciertas regiones servirá para tomar mejores decisiones a futuro y prevenir el posible impacto de la enfermedad en los cultivos. Por este motivo, los científicos han cuantificado el riesgo de infección de X. fastidiosa a distintas escalas espaciales; a nivel de país, denominaciones de origen y plantaciones vinícolas conocidas.
Basándose en un análisis de la superficie en riesgo por país, los científicos han cotejado cómo, en un escenario inicial que proyecta un aumento de temperatura de 1,5 °C, Portugal y Grecia se enfrentan al mayor riesgo de contagio, con un 12% y 2% más, respectivamente. Un ambiente que, con 4 °C, se elevaría a un “sorprendente” riesgo, admiten, del 47% y 63%. Los autores describen cómo en este escenario el país galo y la península itálica también experimentarían un riesgo “relevante”, aunque menor. En el caso de España, el segundo mayor productor de vino, aclaran que el riesgo se mantendría parecido a los niveles actuales.
Esta situación se contrasta con las zonas con denominación de origen, donde un aumento de más de 2 °C pondría en serio riesgo los cultivos vinícolas, como están al sureste de Francia, el Penedés en España, la Bairrada portuguesa o la Toscana, entre otros.