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Emad Ismail, gazatí en España: "No puedo decirle a mi hijo que aquí hay verdura porque en Gaza es un lujo"

  • El gazatí, que vive en Linares, ha reclamado desde hace meses que repatrien a su familia, que se encuentra en la Franja de Gaza
  • Lamenta que los ataques de las fuerzas armadas de Israel vayan a convertir Gaza en "el cementerio más grande del mundo"

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - Emad Ismail, gazatí: "Lo que están haciendo es sobrevivir, esto no es vida"

En el municipio jienense de Linares vive Emad Ismail, un gazatí que también tiene el pasaporte español y que lleva varios meses reclamando la evacuación de su mujer y sus tres hijos, que se encuentran en la Franja de Gaza y sufren los ataques de las fuerzas armadas israelíes sobre la región. "Hablé con la embajada de España porque en la rueda de prensa del ministro de Asuntos Exteriores, dijeron que se había evacuado a todos los españoles", reclama. Su esposa, junto a dos de sus hijos, se encuentran en el norte de la Franja, incluso después de las órdenes de Israel a las poblaciones de abandonar la zona para desplazarse al sur, mientras que su hija mayor, periodista de profesión, se encuentra en la frontera de Ráfah.

"Llamé a la embajada y me dijeron que están moviendo los papeles, no sé a qué se refieren con eso, si han presentado la documentación al Estado de Israel para que puedan dejarlos salir de Gaza, pero el problema es que ellos están en la zona del norte y no pueden trasladarse a la zona del sur, a Ráfah", lamenta Ismail.

Comenta que la situación "ha mejorado un poco" en el terreno aunque le han explicado que "los precios están por las nubes por el cierre de las fronteras". "Hoy en día ya pueden beber agua, por lo menos, comer un trozo de pan, que antes no podían, pero están durmiendo al sonido de los bombardeos y se despiertan con lo mismo", dice. También expresa el dolor que siente cuando habla con su hijo de ocho años, que además es su tocayo. "No puedo decirle que en Linares hay verdura porque para ellos es un lujo, allá un tomate, una cebolla, es un lujo es muy grande", dice.

Un campo de refugiados palestinos abandonado en la frontera de Rafah, en la franja de Gaza.

Un campo de refugiados palestinos abandonado en la frontera de Rafah, en la franja de Gaza. Eyad Al-Baba / AFP

De hecho, la angustia de las diligencias de repatriación provocaron que sufriera un infarto hace poco más de un mes. "Todo esto es porque mis hijos están afuera", apunta, destacando que, igual que su mujer, "son linarenses". "La gente me dice que tengo que calmarme, pero quiero reclamar a los cuatro vientos que mis hijos estén a mi lado; no se puede controlar cuando se trata de tus hijos", subraya, agradeciendo la ayuda de amigos y vecinos con la plataforma "Linares por Palestina", que recauda dinero para mandarlo a la gente de Gaza.

Al mantenerse en contacto con su familia y otros conocidos que se encuentran en Gaza, Ismail los describe como "héroes, porque lo que están aguantando es inaguantable". "Lo que están haciendo es sobrevivir, porque eso no es vida", denuncia. "Antes decían que la Franja de Gaza era la cárcel más grande del mundo; pues ahora será el cementerio más grande del mundo".

Sobre el anuncio del reconocimiento de España del Estado palestino, dice que se alegró "muchísimo". "Ya hay al menos tres países europeos que quieren reconocer que existimos como personas, que hay mucha gente que está fuera de sus casas, como yo, que nací en Gaza, pero que tengo la nacionalidad española y mis hijos han nacido aquí", manifiesta, aunque recuerda que "Palestina existe, tienen que reconocerlo como Estado, como personas, por lo menos".