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La batalla entre PSOE y PP, el voto de "castigo" y una menor movilización: claves de las elecciones europeas

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Claves de las elecciones europeas
Imagen de archivo de un centro electoral en Almería en las elecciones de mayo de 2019 EFE / Carlos Barba

España entra de nuevo en campaña y esta vez sí vuelve a ser en todo el país. Los ciudadanos votan a sus representantes en el Parlamento Europeo el próximo 9 de junio en unas elecciones europeas que se celebran cada cinco años, con condicionantes muy específicos, aunque muy pegadas a la arena política nacional. Se trata de los primeros comicios en los que las urnas vuelven a cada comunidad y cada ciudad desde las elecciones generales del 23 de julio de 2023, que ganó el PP, pero tras las que gobernó el PSOE en coalición con Sumar. Desde esa cita la crispación en política ha alcanzado sus cotas más elevadas en esta nueva legislatura de Pedro Sánchez, que no ha cumplido ni un año.

Los españoles elegirán el 9 de junio a 61 eurodiputados de los 720 que se deciden en toda Europa, pero cuando se vota en estos comicios no se piensa tanto en el Parlamento europeo y en los asuntos concretos que allí se tratan, y el debate de la política nacional lo suele invadir todo. Por las primeras horas de la campaña y lo vivido en precampaña no parece que esta cita vaya a ser una excepción, pero la carrera no ha hecho más que empezar con todos los líderes lanzados a la carretera de nuevo llamando al voto y en busca de movilizar a su electorado.

"Se vota en clave doméstica. En el debate público priman los asuntos nacionales y en las elecciones europeas es más habitual un voto de cabreo, un voto de castigo, un voto gamberro. Se vota más en base al malestar", explica a RTVE.es la politóloga Cristina Monge, que añade que la percepción de los ciudadanos es que se trata de unas elecciones "de segundo grado". Apunta como los grandes ejes de la campaña la batalla entre PSOE y PP y su pelea por ver quién gana y, sobre todo, con cuánta distancia; la pugna (otra vez) entre Sumar y Podemos, y cómo queda Vox en medio de un escenario de auge de la ultraderecha en toda Europa.

Coincide el politólogo Pablo Simón en que "tradicionalmente" el ciudadano las percibe como elecciones de "segundo orden" y de "menor importancia porque no se elige gobierno" y en que "la gente hace un voto más sincero y menos útil". "En la mayoría de países el voto es más propenso a castigar el gobierno", apunta a RTVE.es.

"El primer sentir general ante las elecciones europeas es la lejanía y, por tanto, se vota menos. Vemos a la UE como institución lejana y la participación baja con respecto a otros procesos", añade la politóloga Ana Salazar.

La sombra de la abstención

Los tres coinciden en que la sombra de la abstención es alargada en los comicios europeos. El dato de participación de la pasada cita de 2019 es poco 'real' porque se celebraron en un superdomingo electoral junto con municipales y autonómicas, y eso hizo que la participación subiese más de 18 puntos, hasta el 64,3%, un porcentaje nada habitual en estas elecciones. La referencia anterior, de 2014, con comicios europeos en solitario, es de una participación de algo más del 45%, porcentaje en el que sí se mueve habitualmente esta cita con las urnas.

"Por el periodo electoral ya no permanente, sino constante que vivimos, y en medio de la tensión política creciente, puede haber una mayor movilización", apunta a RTVE.es Salazar, que cree también que se votará en clave partidista e ideológica sin pensar en asuntos claves de la UE.

En el momento político actual, el examen al que se somete cada formación y cada líder es constante, sea este el proceso electoral que sea. Tras las elecciones gallegas, vascas y catalanas- estas últimas aún sin resolver y todo apunta a que no se hará hasta después de las europeas- los partidos vuelven a situarse en otra competición, con nuevos elementos, en este caso más similares al de unas elecciones generales, y con estrategias ya claras y mensajes que se van a repetir en las próximas dos semanas de campaña hasta la cita del domingo 9 de junio.

PSOE y PP plantean dos relatos: votar contra la ultraderecha o contra Sánchez

La madre de todas las batallas electorales siempre la libran los dos grandes partidos de España: PSOE y PP. Y en este caso cada uno quiere plantear estos comicios con un relato bien distinto y en modo de plebiscito. El PSOE plantea unas elecciones para "plantar cara a la derecha y la ultraderecha" y el PP las propone como un plebiscito contra Pedro Sánchez. A nadie se le escapa que los partidos harán una lectura nacional, más o menos, según convenga, eso sí, y según el resultado.

Todo ello en medio de un clima político encendido con decisiones en plena campaña como el reconocimiento del estado palestino por parte de España el próximo martes, el coleo de la crisis diplomática abierta con Argentina por los ataques de su presidente, Javier Milei, contra el presidente y su mujer, Begoña Gómez; y en medio de las comparecencias por el 'caso Koldo' con el PP llamando al presidente del Gobierno a comparecer en el Senado.

El PSOE llega a las elecciones confiando en que el triunfo de Salvador Illa en Cataluña sirva de impulso y tratando de movilizar el voto y combatir la abstención con la idea de contener, frenar y parar el "auge de los discursos populistas" con la ultraderecha en su diana. Está siendo ya el tema clave de sus mítines y discursos electorales. Sánchez, que hace exactamente un mes estaba reflexionando sobre si dejar o no la Presidencia del Gobierno, hace paralelismos y dice que "igual que España salió en masa" en las elecciones generales para que el PP y Vox no sumasen mayoría, ahora debe salir para que "retroceda la coalición PP-Vox en España y en Europa". El líder socialista apoyará a su candidata y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en al menos cinco mítines durante los próximos días.

Más activa aún será la presencia en campaña del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que tendrá una caravana paralela a la de su candidata, Dolors Monserrat, casi concebida como la de unas elecciones generales por el volumen de actos. El PP busca convertir las europeas en un examen a Sánchez y busca espolear a la movilización con el rechazo a la ley de amnistía, que precisamente la próxima semana quedará aprobada definitivamente en el Congreso, y la "dependencia" del Gobierno de los independentistas. Los 'populares' salen además a comerse la poca tarta que le queda a Ciudadanos y frenar el ascenso que auguran las encuestas de Vox.

En este punto, la campaña ha arrancado con polémica ya que el PP europeo se ha abierto a pactos con la extrema derecha, a pesar de su tradicional coalición con los socialistas en la Comisión Europea, y el propio Feijóo, justo en el arranque de campaña, generó polémica al decir que la formación de la primera ministra italiana, Georgia Meloni, no es homologable a otros de ese ámbito político, ante el planteamiento de con qué fuerzas podría pactar el Partido Popular Europeo.

La propia presidenta de la Comisión Europea y candidata por el Partido Popular Europeo (PPE) no fue clara en el debate comunitario y evitó confirmar si pactará con la extrema derecha.

La politóloga Cristina Monge cree que Sánchez se enfrenta por primera vez a una votación en toda España y es una "primera evaluación" de este nuevo mandato. "El PSOE además hace una fuerte apuesta por el trabajo de la UE, así que son unas elecciones importantes", afirma. En el caso de Feijóo, cree que "ha ido cultivando una expectativa de que ganaría de lejos al PSOE y si no hay mucha distancia, no lo podrá vender como éxito". Cree, además, que el marco de la campaña se ha colocado principalmente en el crecimiento de la ultraderecha y que el PP tratará de llevarlo a la amnistía, los negocios de la mujer de Sánchez y sus relaciones con los independentistas.

"Sería el momento de hablar de pacto migratorio, del pacto verde, de la política agraria común, de las relaciones de la UE con el resto del mundo..., pero la conversación no va a ir por ahí", augura la experta.

Ana Salazar cree que el PSOE tratará de "internacionalizar" más la campaña y pone como ejemplo la decisión en plena contienda electoral de reconocer el estado palestino. Coincide Pablo Simón: "El PP tratará de nacionalizar y convertirla en un 'Sánchez sí, Sánchez no', mientras que el PSOE la llevará más al asunto de Palestina, la crisis con Milei, temas de energía en los que Ribera es fuerte y vender el aumento del peso de España en la UE".

¿Qué dicen las encuestas?

El promedio de sondeos de DatosRTVE apunta a una victoria del PP, que pasaría de 13 a 24 escaños; seguido del PSOE, que bajaría de 21 a 19; con el ascenso de Vox de quinta a tercera posición, pasando de cuatro a seis representantes. Obtendrían escaño en el Parlamento europeo Sumar, con 4; Ahora Repúblicas (3), Podemos (2) y un diputado para Junts UE, CEUS y Se acabó la fiesta, respectivamente. El CIS publicado esta semana, sin embargo, da la victoria al PSOE con 3-4 escaños de ventaja. 

Las otras claves: el ascenso de Vox y la pelea de Sumar con Podemos

Vox encara la campaña para las elecciones con unas perspectivas favorables, ya que las encuestas pronostican una subida, aunque tampoco muy elevada, y lo hace de nuevo con el europarlamentario Jorge Buxadé como cabeza de lista. La campaña ha arrancado después de la convención Europa Viva 24, que Vox celebró para marcar el pistoletazo de salida a la precampaña europea con los de Santiago Abascal tratando de exhibir músculo ante su público y hacer gala de sus alianzas internacionales, con figuras destacadas de su espacio de extrema derecha como Viktor Orban, Marinne Le Pen, Mateusz Morawiecki o Giorgia Meloni. 

Sumar y Podemos, una vez más, compiten por separado, estrategia que no les ha funcionado en absoluto en las elecciones autonómicas celebradas. La formación de Yolanda Díaz espera revertir la tendencia de las derrotas y se juega la viabilidad de un proyecto que, desde que se estrenó en las generales del año pasado, no ha hecho otra cosa que ir perdiendo fuelle en el espacio a la izquierda del PSOE. Para este objetivo ha elegido a una candidata muy desconocida, Estrella Galán, que ha estado al frente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y que tendrá que medirse con sus antiguos socios de Podemos, cuya candidatura encabeza la exministra de Igualdad, Irene Montero, con un alto grado de conocimiento.

A Podemos estas elecciones le pilla en un momento más que delicado y en una situación que nada tiene que ver con la que vivió hace justo una década, cuando irrumpió en la política estrenándose precisamente en las europeas de 2014 con cinco diputados, por sorpresa y casi sin estructura. Montero, vetada por Sumar en la lista de las generales, es la última bala y busca la revancha.

En el caso de Ciudadanos, ninguna encuesta le da representación y puede pasar de ser ahora mismo la tercera fuerza española en el Parlamento europeo a su desaparición total. El europarlamentario Jordi Cañas se resiste a creer los sondeos, mientras ve como antiguos miembros de su partido como el exsecretario general y actual jefe de la delegación naranja en Bruselas, Adrián Vázquez, concurre ahora con el PP. Si no obtienen escaño, se podrá certificar la muerte de Cs.

Aún quedan más batallas en estas elecciones. En plena resaca de las catalanas y con ERC en medio de una crisis interna por los malos resultados, el partido concurre a las europeas en la coalición Ahora Repúblicas junto a EH Bildu, BNG y Ahora Mès. Aunque esa unión de partidos hace que los resultados no se puedan comparar, en Cataluña se mirará quién gana esta vez la contienda: si los republicanos, con la eurodiputada Ana Riba, o Junts UE, que concurre con Toni Comín, la mano derecha de Carles Puigdemont, y que, como el expresident, hará campaña desde Bruselas, Francia y otros puntos de Europa, a la espera de volver a Cataluña cuando entre en vigor la ley de amnistía.

Y, mirando al País Vasco, si EH Bildu compite con Ahora Repúblicas, el PNV lidera Coalición por una Europa Solidaria (CEUS), en la que tiene como socio principal, al igual que en 2019 y desde que Junts decidió ir en solitario, a Coalición Canaria, además de Geroa Bai (la coalición navarra en la que está integrada el PNV) y el minoritario PI de Baleares. El objetivo es mantener el escaño con Oihane Agirregoitia.

Así las cosas, este fin de semana la campaña coge impulso con todos los líderes nacionales y candidatos recorriendo de punta a punta el país para pedir el voto en las europeas.