La UE afronta la campaña con una creciente violencia política: el odio salta de las redes a las agresiones en la calle
- El ataque a Fico fue el primero contra la vida de un jefe de Estado o de Gobierno en Europa desde 2003
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La Unión Europea afronta una campaña electoral enrarecida por las descalificaciones personales entre políticos, en la que violencia política y el malestar se han vuelto comunes en algunos países miembros.
El ataque contra el primer ministro eslovaco, Robert Fico, fue el primer atentado contra la vida de un jefe de Estado o de Gobierno europeo desde 2003, cuando el primer ministro serbio Zoran Djindjic fue asesinado de dos disparos en el pecho.
Un hombre de 71 años disparó a Fico hasta en cinco ocasiones en un ataque que refleja la creciente polarización en todo el continente y que ha horrorizado a los líderes de la región, que han hecho un llamamiento a la calma en un ambiente político cada vez más tenso.
El intento de asesinato del primer ministro eslovaco es parte de los ataques cada vez más numerosos contra candidatos, funcionarios públicos y activistas en varios países europeos. “Hay un creciente nivel de polarización en el discurso político”, comenta a RTVE.es la investigadora sénior del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB) especializada en la Unión Europea, Carme Colomina. “Estamos asistiendo a un endurecimiento de la retórica verbal”, añade.
En la misma línea, la investigadora sénior del German Marshall Fund en Madrid, Kristina Kausch, asegura que es “preocupante que el discurso político se haya vuelto cada vez más crudo en Europa”. “Es poco profesional y no conduce a encontrar soluciones políticas”, señala esta investigadora, quien opina que no se debe defender que los políticos tienen la culpa de que “un loco le pegue un tiro” a otro político cuando le “critiquen o insulten”. “Otra cosa es que inciten directamente a sus seguidores a la violencia hacia esa persona”, subraya.
El salto del odio de las redes a la arena política
En un significativo número de países europeos existe una sensación general de descontento en una sociedad que todavía lidia con los efectos de la resaca de la pandemia, la guerra en Ucrania y una economía globalmente volátil.
Antes de la celebración de unos comicios pueden aumentar las tensiones, pero cada vez son mayores debido a los comentarios agresivos difundidos por las redes sociales y las divisiones fomentadas por la retórica de políticos populistas.
“Con los ataques físicos nos preocupa que se haya pasado la raya de un clima de discursos de odio y hostigamiento a los políticos que está generalizado en las redes sociales, donde se expresa sin filtro la polarización y las divisiones”, afirma a RTVE.es el director de la Oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), José Ignacio Torreblanca. “Nos habíamos malacostumbrado a vivir en ese tipo de esferas. Lo que estamos comprobando es que eso puede saltar a la arena política en determinados momentos de tensión”, recalca.
En la misma línea, Kausch afirma que “el odio digital ha aumentado mucho en los últimos años”. “El creciente discurso de odio digital que se fomenta en las redes al final salta y se comete violencia en la calle”, asevera.
Ejemplo de ello es Alemania, donde las agresiones que causan lesiones físicas contra políticos han aumentado. Según la Oficina Federal de Policía Criminal, en lo que va de año se han registrado 22 casos, frente a los 27 que hubo en todo 2023. Además, los ataques verbales y físicos contra políticos en el país se han más que duplicado desde 2019, según datos del Gobierno.
El caso más reciente es el del principal candidato de los socialdemócratas alemanes a las europeas, Matthias Ecke, quien fue atacado por cuatro personas mientras pegaba carteles electorales en Dresde y por lo que tuvo que ser sometido a una operación quirúrgica.
En el plazo de menos de un mes, otros dos políticos de Alternativa para Alemania (AfD) fueron agredidos físicamente en Stuttgart, y Franziska Giffey, del Partido Socialdemócrata (SPD), también fue atendida en un hospital después de recibir golpes en el cuello y en la cabeza.
La situación es similar en Francia, donde el Ministerio del Interior registró 2.387 ataques de violencia política solo en 2023.
“En Francia hay un movimiento desde hace más de un año de alcaldes franceses que denuncian los niveles de violencia que sufren. Más del 50% de los alcaldes dice que ha sido víctima de comportamientos incívicos”, detalla Colomina.
Tras el ataque a Fico, el primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó haber recibido amenazas. En Suecia también se han registrado actos violentos de la extrema derecha contra políticos locales.
Difícil que se rebajen el tono y los ataques
Uno de los motivos por los que la política se ha ido polarizando con el paso de los años en algunos países europeos ha sido la forma de actuar de algunos políticos que emplean una retórica más incendiaria que nunca.
Tan solo unas horas después del ataque contra Fico, varios ministros de su partido señalaron a la oposición y a los medios de comunicación por ello. En Alemania, el SPD culpó del ataque a Ecke a los seguidores del partido de extrema derecha AfD. La ministra del Interior, Nancy Faeser, advirtió de que “los extremistas y populistas están provocando un clima de violencia creciente”.
Los expertos consultados por RTVE coinciden en que, aunque los grupos políticos deberían relajar el tono, no creen que “vayan a tener mucho éxito”. “La mayoría de estos mundos son mundos autorreferenciales y burbujas. Hay también actores que alimentan y están interesados en alimentar ese tipo de discurso y ese tipo de violencia”, asegura Torreblanca.
“Hay una evolución en la política que condena el disenso y a la vez no entiende la política y los consensos como acuerdos y discusiones entre rivales, sino que hay un proceso de deshumanización del otro. Eso ha calado en una parte muy importante del discurso”, recalca Colomina.
La solución, denunciar a quienes incitan a la violencia
Tras el ataque contra el candidato de los socialdemócratas alemanes al Parlamento Europeo, los políticos en campaña están tomando sus propias precauciones.
Además, la ministra del Interior germana ha anunciado su intención de aumentar las penas legales por los ataques a políticos y activistas, así como trabajar para que tengan una mayor protección policial.
Para ayudar a rebajar la violencia política, la investigadora del CIDOB cree que lo primero que deben hacer los políticos es denunciar. “Hay unas líneas rojas que no se quieren cruzar. Cada vez hay una voluntad mayor de señalar a aquellos que comprometen el sistema democrático. La democracia se basa precisamente en la confrontación de ideas, pero en una confrontación en positivo”, comenta Colomina.
Según la investigadora, hay diferentes frentes: “Uno es establecer los límites de la política y otro actuar allí donde las acciones rayan lo delictivo”.
Por su parte, Kausch cree que los políticos “tienen que tomar medidas y trabajar aún más contra la propagación de la violencia en las redes sociales”. “Tenemos que evitar apoyar ese discurso de que estos ataques equivalen a una proliferación de violencia generalizada porque no es el caso”, añade.
La violencia política en la UE, no comparable con otras
Con todo, la violencia política en Europa no es comparable con la de otros países, especialmente en América Latina. En México, que celebra elecciones el 2 de junio, ya han sido asesinados más de 20 candidatos, según las cifras del Gobierno. Sin embargo, las organizaciones defensoras de derechos humanos elevan la cifra a 40, a la que hay que sumar al menos 11 secuestros y cientos de amenazas.
En las elecciones presidenciales celebradas en 2023 en Ecuador el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado a tan solo 10 días de los comicios. Agustín Intriago, antiguo alcalde de Manta, y Rider Sánchez, candidato a la Asamblea Nacional, también fueron asesinados a tiros.
“En nuestras democracias es muy excepcional que se produzcan ataques contra políticos y, por lo tanto, cualquier cantidad por encima de cero ya es relevante políticamente”, comenta Torreblanca. “Vivimos en una Europa donde no hay violencia política como tal”, detalla.
Al mismo tiempo, el director de la Oficina en Madrid del ECFR señala que “una definición de violencia política que sea rigurosa no pone en la misma categoría la violencia verbal, los insultos y la crispación con lo que es de verdad la violencia política. Consiste en el asesinato, el secuestro, la intimidación…”, añade.
Tanto Colomina como Kausch coinciden en que la violencia política en Europa no es comparable a la de otras zonas del mundo. “Los que la quieren comparar con otras regiones del mundo donde hay cárteles de droga aterrorizando a la población tienen un discurso populista que no corresponde a la realidad”, subraya.