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Más de 2.000 personas sepultadas en una avalancha en Papúa Nueva Guinea: "Son movimientos repentinos"

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Las autoridades cifran en cerca de 2.000 sepultados en la avalancha de Papúa Nueva Guinea

A los rescatistas que siguen intentando encontrar a sus familiares desaparecidos, 72 horas después del desastre, los pies se les hunden en el barro. Cerca de 2.000 personas quedaron sepultadas bajo una avalancha de rocas que irrumpió sobre la localidad de Kaokalam, en Papúa Nueva Guinea, en plena madrugada. Esta aldea, a unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby, ha desaparecido bajo una capa de entre seis y ocho metros de rocas y piedras.

El deslizamiento de tierras ha afectado a una zona de más de 200 kilómetros cuadrados. Aquí mismo se encuentra la carretera que, a lo largo de 150 kilómetros, recorre la provincia que conecta con la gran mina de oro de Porgera, una de las más importantes del mundo, ubicada a tan sólo 34 km del lugar del desastre.

La orografía dificulta las labores de rescate y de ayuda a los supervivientes, puesto que solo se puede llegar a la zona en vehículos todoterreno o en helicóptero. Hasta el momento, Naciones Unidas reconoce que habría al menos 670 muertes por el alud.

Además, el Centro Nacional de Desastres estima que "más de 2.000 personas quedaron enterradas vivas" por el "masivo desprendimiento" ocurrido en la provincia de Enga. Según el comunicado de la agencia, la catástrofe "provocó una gran destrucción de las casas, los jardines y ha generado un gran impacto en el sustento económico del país".

El responsable de la Organización Internacional para las Migraciones en el país, Serhan Aktoprak, ha dicho en la televisión estatal australiana ABC, que la zona del desastre en Kaokalam sigue siendo muy peligrosa por el riesgo de nuevas avalanchas, lo que está dificultando mucho las labores de evacuación de unos 1.250 supervivientes.

Cómo se ha producido la avalancha en Papúa Nueva Guinea

Desde un punto de vista geológico, Papúa Nueva Guinea está situada en un límite de múltiples placas tectónicas. Además, es una región situada al suroeste del Pacífico con un clima tropical, donde la media anual de precipitaciones se acerca a los 4.000 mililitros al año.

Los aldeanos buscan entre un deslizamiento de tierra en la aldea de Pogera

Los aldeanos buscan entre un deslizamiento de tierra en la aldea de Pogera MOHAMUD OMER/ ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES

La geóloga, especialista en movimientos del terreno y jefa del departamento de Riesgos Geológicos y Cambio Global del CSIC, Rosa María Mateos explica a RTVE.es que "parece que el desastre se ha desencadenado por las lluvias. Las avalanchas de roca son movimientos rapidísimos difíciles de prevenir. No suelen tener indicios previos. Son repentinas y mortales, si hay población aguas abajo".

Imágenes satelitales el 27 de mayo de 2024 y el 27 de junio de 2023 de la aldea de Yambali en Enga, Papúa Nueva Guinea

Foto combinada de imágenes satelitales el 27 de mayo de 2024 y el 27 de junio de 2023 de la aldea de Yambali en Enga, Papúa Nueva Guinea AFP/ IMAGEN SATÉLITE

En la montaña se ha producido una rotura vertical por la que se ha desprendido una gran cantidad de de roca y barro. "Hay una especie de matriz que está muy saturada en agua por el clima tropical. Esa masa de roca tiene mucha arcilla y al empaparse de agua, se empieza a mover como un bote de miel, que hace que avance y todos los bloques queden flotando", ha explicado la geóloga. Además, añade que entre las partes de roca hay mucho barro, lo que determina que el movimiento siga avanzando, al quedar la piedra "flotando" sobre un barro muy saturado en agua. Mateos incide en lo reveladoras que resultan las imágenes en las que se aprecia que a los hombres se les hunden los pies en el barro al intentar llegar hasta sus seres queridos.

La corresponsal de TVE en Asía-Pacífico, Yolanda Álvarez, ha confirmado que tanto el Gobierno como las autoridades prevén que haya nuevos desplazamientos en la zona por la fuerte inestabilidad del terreno y el agua acumulada en el subsuelo. Mateos, por su parte, ha explicado que es difícil predecir si habrá nuevos movimientos de tierra y apunta a que sería necesario hacer "una buena cartografía de las zonas que han deslizado, caracterizando muy bien esas áreas". Papúa Nueva Guinea es como una columna vertebral que tiene en el centro de la isla una cadena montañosa volcánica. "Junto al clima tropical, esta zona es una bomba de relojería", añade la experta.