El 'Ecce Homo' de Caravaggio desvela sus secretos y ya puede verse en el Museo del Prado
- El cuadro tendrá una instalación individual especial del 28 de mayo hasta el mes de octubre
- El Ecce Homo es la quinta pintura de Caravaggio que se puede contemplar en España
Jesús coronado de espinas, la mirada baja, con gotas de sangre que se deslizan por su rostro y una caña en sus manos atadas. A su espalda, un joven soldado, le sujeta el manto carmesí. En primer plano, Poncio Pilatos, ataviado de negro, muestra este hombre a la multitud. Es el Ecce Homo, pero no es uno más. La restauración permite apreciar la viveza de los colores, detrás de las pinceladas sueltas está el maestro del tenebrismo, Caravaggio.
Michelangelo Merisi da Caravaggio tuvo una vida de leyenda y las peripecias de este cuadro, que el Museo del Prado expone en una sala individual desde el 28 de mayo hasta el mes de octubre, no le van a la zaga. El Caravaggio perdido, pintado hacia 1606 - 1609, formó parte de la colección privada del rey Felipe IV, perteneció a Godoy y a la Academia de Bellas Artes de San Fernando y, tras siglos en manos de la familia Pérez de Castro, reapareció en la casa de subastas Ansorena hace tres años.
El Ecce Homo se atribuyó inicialmente a un discípulo de José de Ribera, pero el Museo del Prado alertó al Ministerio de Cultura, que lo declaró inexportable en menos de 24 horas. La Comunidad de Madrid le otorgó el mayor grado de protección como bien de interés cultural. A juicio del director de la pinacoteca, Miguel Falomir, "pocas veces se ha actuado con mayor eficiencia y mayor eficacia".
Un coleccionista anónimo
De un precio de salida de 1.500 euros, el lienzo se revalorizó hasta unos 36 millones, al ser atribuido a Caravaggio. Su nuevo propietario, un británico, afincado en España, que desea permanecer en el anonimato, cede la obra al Prado por un periodo inicial de nueve meses que podría alargarse más.
El óleo representa uno de los momentos más dramáticos de la Pasión, el gobernador romano Poncio Pilato señala a Cristo con las palabras "ecce homo" (“he aquí el hombre”), ante el pueblo judío, escena recogida en el Evangelio según San Juan (19:5). La espléndida madurez de Caravaggio se revela en la composición que presenta una escena tridimensional y dinámica totalmente innovadora dentro de los límites de una tradición iconográfica arraigada.
El Ecce Homo es uno de los mayores descubrimientos recientes de la historia del arte y cuenta con un amplio consenso para su autentificación. Cuatro expertos en Caravaggio coinciden en que se trata de una obra maestra del artista italiano: Maria Cristina Terzaghi (catedrática de Historia del Arte Moderno en la Universidad Roma Tre), Gianni Papi (historiador del arte), Giuseppe Porzio (profesor de Historia del Arte en la Universidad de Nápoles L'Orientale) y Keith Christiansen (comisario del Metropolitan Museum of Art).
Tras un diagnóstico realizado por Claudio Falcucci —ingeniero nuclear especializado en el estudio científico y técnico para conservar el patrimonio cultural—, el cuadro ha sido restaurado por el especialista Andrea Cipriani y su equipo bajo la supervisión de expertos de la Comunidad de Madrid.
Caravaggio: El Ecce Homo desvelado
La exposición va acompañada de la publicación Caravaggio: El Ecce Homo desvelado, en la que los expertos analizan las circunstancias del descubrimiento del lienzo, la procedencia, los aspectos estilísticos, técnicos e iconográficos de la obra, su fortuna crítica y el legado dejado por el maestro en Nápoles. Además de revelar los pormenores de la restauración y del estudio radiográfico.
Por las características del mercado del arte en España, Falomir no descarta más descubrimientos en el futuro: "Mi experiencia es que los propietarios ignoran lo que tienen porque los lienzos, a lo mejor, están en la familia desde hace 200 o 300 años y, ni siquiera hablan de sí mismos como coleccionistas, sino simplemente de los cuadros de la familia". Y cita como ejemplo El vino de la fiesta de San Martín de Pieter Brueghel el Viejo, adquirido en 2010 por el Museo del Prado procedente de un particular.
Hasta octubre, el Ecce Homo tendrá su propia sala, a partir de esa fecha ocupará su lugar en la colección de pintura naturalista del Prado durante otros cuatro meses. De ahí en adelante, el Museo debe negociar con el propietario. Este ya ha expresado su voluntad de que el cuadro permanezca expuesto al público. Otro posible destino es la gran retrospectiva de Caravaggio que se inaugurará en Roma en el Palacio Barberini en marzo de 2025.
Preguntas sin respuesta
Más allá de la certeza de su autor y que se trata de una obra de madurez, el cuadro sigue dejando preguntas sin respuesta. No se sabe quién lo encargó, dónde fue pintado o en qué fecha lo realizó Caravaggio. Quizás lo completó en Roma antes de su huida, o pudo concebirlo en Nápoles o en Malta. La tumultuosa vida del pintor no ayuda a esclarecer el misterio de un "trabajador, orgulloso, terco y siempre dispuesto a participar en una discusión o a enfrascarse en una pelea, por lo que es difícil llevarse bien con él", según su contemporáneo, el pintor flamenco Floris Claes van Dijk.
Caravaggio tuvo que abandonar la capital italiana en 1606, tras infligir una herida mortal en una pelea a Ranuccio Tomassoni. Para evitar la pena de muerte, el pintor se fue a Nápoles. Tras varios encargos exitosos, viajó a Malta en 1607 para convertirse en caballero de la orden de San Juan. Un año más tarde, Caravaggio huyó de prisión, tras haberse descubierto su homicidio, y huyó de la isla. De allí fue a Sicilia, y de nuevo a Nápoles, esperando recibir un indulto.
Durante este periodo turbulento de su vida pintó el Ecce Homo, que refleja la tensión de un fugitivo trabajando a salto de mata, rogando el perdón para regresar a Roma. Muestra cómo su obra tardía evolucionó hacia un estilo más rápido y sintético que el de sus obras más tempranas, pero sin renunciar a la precisión en los detalles.
Experiencia vital traumática
El jefe del departamento de Pintura Italiana del Prado, David García Cueto, explica que el mayor conocimiento teórico de Caravaggio "le lleva a hacer un estilo más simple, más intenso, más lleno de expresividad y dramatismo, en el que también proyecta sus vivencias vitales traumáticas".
Una vida de aventura se merece un gran final. En el caso de Merisi, el que fuera "el pintor más famoso de Roma" murió sin regresar a la ciudad eterna. Falleció en Porto Ercole, a los 38 años, el 18 de julio de 1610, víctima de unas fiebres. Una investigación reciente de un cadáver de la localidad toscana, de un varón del siglo XVI entre 35 y 40 años de edad y 1,65 metros de altura, cuyo genoma es compatible con personas que se apellidan Caravaggio, determinó que murió por una infección por estafilococo, tras una herida de arma blanca.
Los otros caravaggios que se pueden ver en España
El Ecce Homo es el quinto cuadro de Caravaggio que se puede contemplar en España. El Museo del Prado posee otro lienzo de Michelangelo Merisi, un espléndido David vencedor de Goliat, fechado en torno al año 1600, que puede admirarse en la sala contigua.
Sin salir de Madrid, el Museo de las Colecciones Reales expone Salomé con la cabeza del Bautista, en el cuadro la bandeja con su macabro botín está en el centro mientras el verdugo envaina la espada y una mujer mayor se asoma detrás de la figura principal: todo está en calma, solo queda la conciencia del horror.
También en la capital de España, en el Museo Thyssen-Bornemisza, se puede apreciar Santa Catalina de Alejandría, un óleo de la etapa romana de Caravaggio, que le fue encargado por el cardenal Francesco Maria del Monte. La modelo de la santa fue Fillide Melandroni, una célebre cortesana, que vestida de gala y arrodillada sobre un cojín, mira al frente. El cuadro refleja los instrumentos de su martirio: la rueda con los cuchillos, la espada que la decapitó y la palma.
El último caravaggio en territorio español descansa en la Abadía de Montserrat, en Cataluña. Se trata de San Jerónimo penitente. El santo aparece con el torso desnudo, contempla una calavera y entre sus piernas cae un manto rojo. La comparación de los pliegues de este ropaje con los que muestra el Ecce Homo, han servido para corroborar la autoría del pintor italiano.