Iglesias y Montero relatan ante el juez "el miedo y la angustia" que soportaron de su acosador
- Ambos han descrito la situación de "estrés" que sufrieron a diario con insultos a diferentes horas del día
- La Fiscalía pide para el acusado tres años de cárcel por dos delitos continuados de injurias graves y un delito de acoso
El exvicepresidente del Gobierno y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, y la exministra de Igualdad y candidata de la formación morada a las elecciones europeas, Irene Montero, han relatado este lunes ante los juzgados cómo se sintieron acosados y llegaron a sentir miedo del acusado de acosarles e injuriarles en su casa de la localidad madrileña de Galapagar, ya que fue allí en numerosas ocasiones, grabó la vivienda y les insultó, por lo que creyeron que "podía llegar a hacer cualquier cosa" e incluso atentar contra ellos. Una situación de "angustia" y "estrés" que sufrían a diario con insultos a diferentes horas del día.
A su llegada a los Juzgados de lo Penal, la pareja ha sido increpada por un grupo de personas de extrema derecha que acompañaban al acusado, al grito de "miserables" y "asquerosos" y se han vivido momentos de tensión en los que el expolítico se ha llegado a encarar a una persona que le gritaba "asqueroso" tras una valla sin cesar. Ante los insultos, Montero ha salido del recinto de los juzgados, les ha replicado que eran "unos acosadores fascistas" y ha pedido, sin éxito, según recoge Efe, que se llamase a la Policía.
Ante los medios, el exvicepresidente ha recalcado a su llegada al juzgado que a través de la estrategia "del acoso y la violencia trataron de que dejaran este país y la política", el acoso se produjo durante meses: "Ojalá no haya impunidad y no vuelva a ocurrir. Si fueran ministros del PP y PSOE no hubiera ocurrido", ha dicho. Montero por su parte ha dicho que el acusado es "el instigador del acoso que sufrieron durante meses en su propia domicilio" y que se trata de la "punta de lanza de una violencia sin precedentes contra una formación política para impedir avances sociales".
El Juzgado de lo Penal número 14 de Madrid celebra este lunes el juicio a Miguel Ángel F.D., que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de tres años de cárcel por dos delitos continuados de injurias graves con publicidad, un delito de acoso y un delito de descubrimiento de secretos, y dos multas por valor total de 13.800 euros. El Ministerio Público también solicita que no se acerque a los afectados durante dos años.
"Una situación angustiosa" y "desagradable"
Pablo Iglesias, que al igual que Irene Montero ha contestado a las preguntas de todas las partes, ha explicado que el acusado es una persona destacada de la extrema derecha que acudió en numerosas ocasiones a su vivienda durante siete meses de 2020, en plena pandemia, cuando tanto él como su pareja tenían responsabilidades de Gobierno y no podían coger una baja laboral. La actitud del acusado les causó estrés, miedo, y les obligó a cambiar sus hábitos.
Así, según su relato, su familia vivió "una situación angustiosa" y "desagradable" porque muchas personas se concentraban frente a su casa por las tardes, y ha relatado cómo el acusado instigaba esas protestas y llegó a subirse a una piedra y grabó el interior del recinto, y de hecho él le grabó porque le vio.
Iglesias ha relatado que el día de su cumpleaños Miguel Ángel F.D. logró acercarse y llamarle "hijo de puta" delante de sus hijos.
El exvicepresidente del Gobierno ha precisado que al hablar con el jefe de sus escoltas, un servicio que tenían por ser miembros del Gobierno, les explicó que no tenían que temer que se tratara de un grupo organizado, pero sí de "un loco" que, dada su conducta y su "pasión", podría llegar a perpetrar una agresión física contra ellos, incluso un "atentado".
Esta actitud les obligó a cambiar sus rutinas personales y también laborales y les causó miedo, como también ha explicado Irene Montero, quien ha relatado que sufrieron "un estado de estrés y nervios permanente" ya que cada día el acusado "daba un paso más" o "cruzaba una línea roja más". Según Montero, era "evidente" que podía llegar a hacer "cualquier cosa".
El acusado niega ser el organizador ni el instigador de las caceroladas
Por su parte el acusado, Miguel Ángel F.D., ha sostenido que no tenía intención de amenazarles ni acosarles, sino que acudió en varias ocasiones a la vivienda en 2020, junto a otras personas, en lo que era "una protesta política en plan mofa, en plan burla por las contradicciones del señor Iglesias", ya que éste había defendido que se hicieran caceroladas y escraches a personas como el rey.
Miguel Ángel F.D. ha sostenido que no organizó las caceroladas ni era su instigador, ya que él se incorporó cuando se hacían frente a la casa de los políticos desde hacía dos meses, y que el motivo de las mismas fue que Pablo Iglesias "había pedido que se hiciera una cacerolada contra el rey" y por lo tanto querían poner de relieve su "hipocresía".
El acusado ha hecho hincapié en que él no quería amenazar o amedrentar a Montero e Iglesias, sino que se trataba de "una protesta política, en plan guasa, en plan mofa" y él nunca desobedeció las órdenes de la Guardia Civil ni entró dentro del recinto de la vivienda, y una vez se subió a una roca y grabo un muro pero sin ver el interior de la casa.
Además, ha negado que llamara "hijo de puta" a Iglesias, y ha destacado que, a la vez que él y otras personas se manifestaban en contra de Iglesias y Montero, también había muchas personas que lo hacían a favor de los políticos, que también ponían música muy alta y les insultaban a ellos. "El que ha recibido un acoso mediático he sido yo", ha sostenido.