El papa Francisco pide perdón por hablar de "mariconeo" en la Iglesia y asegura que "hay sitio para todos"
- La Santa Sede asegura que el pontífice "nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homófobos"
- Sin embargo, no se niega la posición del papa de no admitir a homosexuales en los seminarios
El Vaticano ha tardado menos de un día en pedir disculpas por las palabras del papa Francisco difundidas por los medios este lunes en las que aseguraba que "ya había mucho 'mariconeo' en los seminarios". En concreto, durante la reunión con los obispos italianos el pasado 20 de mayo utilizó un término italiano considerado vulgar e insultante para los homosexuales: frociaggine, mariconería en español. La oficina de prensa del Vaticano ha asegurado este martes que el pontífice "nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homófobos, y pide disculpas a quienes se sintieron ofendidos".
"El papa Francisco conoce los artículos publicados recientemente sobre una conversación, a puerta cerrada, con los obispos de la Conferencia episcopal italiana (CEI) y como afirmó en varias ocasiones: '¡En la Iglesia hay lugar para todos, para todos! Nadie es inútil, nadie sobra, hay sitio para todos. Tal como somos, todos nosotros'", se lee en la nota del Vaticano, una disculpa con muy pocos precedentes.
El comunicado de prensa de la Santa Sede no confirma que el papa argentino utilizara realmente el término, sino que simplemente hace referencia a los artículos de prensa en los que fue citado.
Sin embargo, en la nota publicada este martes no se niega la posición del papa de no admitir a homosexuales en los seminarios. Francisco, aunque reiteró como siempre la necesidad de acoger a todos, se mostró muy rígido al respecto, confirmando su negativa a admitirlos, como ya ha repetido la Iglesia en varias ocasiones.
Según el diario La Repubblica, que cita varias fuentes anónimas que concuerdan en su versión, el papa bromeando dijo que "ya había mucha mariconería" en los seminarios. Corriere della Sera explica que según los presentes consultados "más que vergüenza, la frase fue recibida con algunas risas incrédulas" y que "era evidente que el papa no era consciente de lo ofensiva que resulta esa palabra en italiano".
La prohibición inamovible de permitir homosexuales en los seminarios
El papa quiso así recalcar la posición de la Iglesia con una instrucción del dicasterio del Clero que en 2005, con Benedicto XVI, y confirmada en 2016 con Francisco, que establecía que "la Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir en el seminario y en las Sagradas Órdenes a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay".
Una negativa que choca con las palabras que el propio Francisco ha tenido en numerosas ocasiones, mostrándose partidario de abolir las leyes que penalizan la homosexualidad en el mundo, a las que ha calificado de "injustas".
"Ser homosexual no es un delito", ha dicho reiteradamente el pontífice. "No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito, pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo", dijo en una entrevista el año pasado.