El Parlamento de Georgia anula el veto presidencial a la ley sobre agentes extranjeros y permite que siga adelante
- Un total de 84 diputados de los 104 presentes votaron a favor de la normativa
- Decenas de ciudadanos se han congregado frente al Parlamento para protestar contra la votación
El Parlamento de Georgia ha anulado el veto presidencial a la ley sobre agentes extranjeros, rechazada por la oposición debido a su parecido con la normativa rusa que persigue la disidencia, y pese a las advertencias de represalias de la Unión Europea y Estados Unidos.
Un total de 84 diputados de los 104 presentes votaron a favor de la normativa, lo que ha negado el veto impuesto el 18 de mayo por la presidenta del país, la europeísta Salomé Zurabishvili.
En medio de acaloradas discusiones y una protesta de los detractores de la norma al frente del edificio del Legislativo con pancartas en las que se podían leer "no a la ley rusa" y "traidores", los congregados han cargado contra los miembros del gobernante Sueño Georgiano, en el poder desde 2012, y que están a favor de la medida.
Los participantes en la manifestación han portado banderas de Georgia acompañadas por las de la Unión Europea y han asegurado una "estrepitosa derrota" del partido oficialista en las elecciones parlamentarias de octubre si la ley se aprueba definitivamente.
Según los principios de la norma, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación independientes ubicados en Georgia y que reciban más del 20% de su financiación de donantes extranjeros tendrán que registrarse como organizaciones “que defienden los intereses de una potencia extranjera”. Según las autoridades, el 80 % del dinero que financia medios y ONG en Georgia es poco transparente y puede ser destinado a acciones de desestabilización con vistas a los próximos comicios.
Esta medida ya se llevó a cabo en Rusia en 2012 y ha terminado con una persecución sistemática de medios independientes y contrarios a la línea política del Kremlin.
La presidencia propone un referendo sobre la nación
Salomé Zurabishvili, ha propuesto celebrar un referendo sobre el futuro europeo de la nación caucásica, poco después de que el Parlamento georgiano superara su veto a la ley sobre agentes extranjeros.
"Recopilen firmas a favor del referéndum y llévenlas a mi administración. Estoy con ustedes, yo soy ustedes", ha declarado en un mensaje por vía telemática a los miles de manifestantes que se reunieron en la céntrica avenida Rustaveli de la capital georgiana.
Zurabishvili ha señalado celebrar el referéndum el 26 de octubre, el mismo día de las elecciones parlamentarias. "Hay que decidir si Georgia elige al camino a Europa o a Rusia. Será algo que decidiremos todos y no los 84 diputados que hoy votaron en contra del veto presidencial", ha zanjado.
La Constitución georgiana establece que el presidente tiene la potestad de convocar un referéndum a solicitud del Parlamento, el Gobierno y de al menos 200.000 electores 30 días después de que reciba la correspondiente solicitud.
La UE amenaza con medidas
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha señalado que la Unión puede adoptar medidas contra Georgia si se aprueba definitivamente la ley de agentes extranjeros. La UE ha instado al país a “revertir la tendencia” y ha considerado que tendrá un “impacto negativo” en el camino del país para su integración en la UE.
“La UE y sus Estados miembros están estudiando todas las opciones para reaccionar ante estos acontecimientos”, ha indicado el alto representante comunitario para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, en un comunicado firmado junto a la Comisión Europea. "Hemos empezado a considerar la respuesta más apropiada de la UE en el caso de que se apruebe y tomar decisiones en el próximo Consejo de Asuntos Exteriores de junio", ha asegurado.
A este respecto, el diputado del partido oficialista, Sueño Georgiano Irakli Kadagishvili ha advertido que "hablar con Georgia con un lenguaje de chantaje y sanciones es contraproducente". Según el parlamentario, "la medida no amenaza a la asociación estratégica con Estados Unidos ni a las relaciones con la UE".
Mientras, el presidente del mayor partido opositor, el Movimiento Nacional Unido, Leván Jabeishvili, ha afirmado que la polémica normativa "aleja a Georgia de Europa" y es "un encargo del Kremlin", que busca convertir el país caucásico en una "provincia rusa".
Si después de la votación y en un plazo de cinco días la presidenta se niega a firmar la ley, podrá hacerlo el jefe del Parlamento, según la normativa vigente.