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Análisis

Qué significa el reconocimiento de Palestina: "Encarna la aceptación de su derecho a la autodeterminación"

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Reconocimiento del estado de Palestina: qué consecuencias tiene
Archivo: manifestación pro-palestina en Barcelona.

El reconocimiento oficial del Estado de Palestina por parte de España, Irlanda y Noruega, que va a producirse este martes, tendrá poco resultado sobre el terreno, pero servirá para legitimar internacionalmente a los palestinos y su derecho a la autodeterminación, y aumentará la presión sobre Israel a favor de la solución de dos Estados, según las fuentes consultadas por RTVE.es.

El gesto de los tres países llega cuando Israel ha matado a más de 36.000 palestinos en la Franja de Gaza en su operación militar iniciada el 7 de octubre tras un ataque de Hamás.

"Es importante porque esto encarna el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación —considera Ihsan Adel, abogado y presidente de Law for Palestine, una ONG basada en Suecia y Reino Unido— pero seguro que no es suficiente para avanzar hacia la implementación de este derecho".

"España se une como un gran país europeo, lo que añade peso a la opinión de que los palestinos como pueblo tienen derecho a un Estado que funcione en igualdad de condiciones con los demás", considera Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Smith cree que el reconocimiento subraya un "principio moral" pero no espera "resultados drásticos" a corto plazo, aunque "contribuye a la presión para tratar de encontrar un acuerdo".

Legitimación de los palestinos ante las instituciones internacionales

Reconocer a otro país significa otorgarle un estatus legal, en este caso, la "estatalidad". Se trata de una decisión política, que por sí misma no crea ese Estado, ni le garantiza su soberanía o integridad. Palestina es una prueba de ello. Hasta ahora, 143 de los 193 países miembros de la ONU reconocen al Estado palestino, que tiene la consideración de observador no miembro en la ONU. Pero eso no ha ayudado a los palestinos ni a su causa, no ha ralentizado la colonización israelí de Cisjordania ni ha impedido la masacre que estamos viendo en Gaza.

Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que este reconocimiento, además de un carácter simbólico, puede ayudar a los palestinos a sumar legitimidad para su causa ante las instituciones internacionales.

"Hay ciertas normas internacionales, como el derecho a la autodeterminación, que imponen obligaciones legales no solo a Israel sino a toda la comunidad internacional", explica Sonia Boulos, profesora de derecho internacional de la Universidad Nebrija en Madrid, y coeditoria de Palestine/Israel Review.

La profesora argumenta que reconocer a Palestina como Estado dentro de las fronteras de 1967 (con Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este), supondrá que las violaciones del derecho internacional que se produzcan en esos territorios, como la colonización, no serán negociables, e Israel tendrá que ponerles fin. "Es más problemático e incluso vergonzoso para la comunidad internacional reconocer al Estado palestino en las fronteras de 1967 y no tomar ninguna medida para poner fin a la ocupación israelí", apostilla.

Boulos destaca también la importancia "simbólica" del paso dado por Oslo, Dublín y Madrid". "Durante los últimos 70 años, Israel ha destruido la posibilidad de que los palestinos desarrollen cualquier forma de autodeterminación. El mero reconocimiento de la estatalidad, incluso si es limitada y no demuestra ser efectiva, es, de una manera, un obstáculo más en el proyecto colonial de Israel".

Ihaan Adel cree que el movimiento de España y los otros países europeos contrapone "una perspectiva basada en el derecho" con la idea según la cual Israel expande su colonización mientras al mismo tiempo pretende condicionar la creación de un Estado palestino a unas negociaciones que nunca llegan.

Por su parte, Maya Sion-Tzidkiyahu, directora del programa sobre Relaciones Israel-Europa en el Instituto Israelí para las Políticas Exteriores Regionales (Mitvim) cree que este puede ser "un paso más" en la dirección de la solución de dos Estados, pero "sin ningún impacto significativo sobre el terreno", a menos que se unan aquellos que constituyen la "mayoría moral" de los Estados democráticos del mundo (Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos). "Podría crearse una dinámica política, que presione a más y más países para que reconozcan al Estado palestino", insiste.

Sion sí cree que afectará negativamente a las relaciones bilaterales. De hecho, Israel ha llamado a consultas a sus embajadores en Madrid, Oslo y Dublín, ha presentado una protesta ante los embajadores de estos países en Tel Aviv y ha ordenado impedir el servicio consular a los palestinos en el consulado de España en Jerusalén.

La analista del Mitvim cree que hubiera sido "más prudente" condicionar el reconocimiento del Estado palestino a la realización de reformas por parte de la Autoridad Nacional Palestina, como la lucha contra la corrupción o el funcionamiento del sistema judicial y policial, y a una "desradicalización" tanto de la sociedad como del sistema educativo y de los medios de comunicación.

No obstante, considera que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no tiene razón cuando asegura que reconocer el Estado palestino supone recompensar el terrorismo y a Hamás. "Es exactamente lo contrario", dice Sion, que destaca que tanto Hamás como su principal aliado, Irán, están en contra de reconocer a Israel. "Así que tener una solución de dos Estados significa que los palestinos reconocen el derecho de Israel a existir", apunta.

El problema de las fronteras

El de las fronteras del Estado palestino es un problema importante para su reconocimiento. Pedro Sánchez se ha referido explícitamente a las fronteras de 1967, en referencia a las líneas del armisticio de 1949, que se mantuvieron hasta la victoria israelí en la Guerra de los Seis Días. El presidente español espera que la Autoridad Palestina dirija algún día un "gobierno unificado en Gaza, Cisjordania, con Jerusalén Este como capital".

Pero, como recuerda Dan Smith, estas fronteras están lejos de la realidad que Israel ha creado desde 1967. "Si miras el mapa, se revela un archipiélago, un caos de asentamientos israelíes y zonas palestinas en Cisjordania y, aparte, un enclave con 2,2 millones de personas en Gaza. Es difícil ver eso, honestamente, como un Estado viable", comenta el director del SIPRI.

Sonia Boulos subraya que el reconocimiento del Estado debe ir necesariamente acompañado del reconocimiento explícito de sus fronteras, porque en el caso de Palestina, reconocer sin fronteras significa facilitar la continuación de la colonización israelí.

Para Ihsan Adel, en cambio, no es un problema. "Israel tiene el reconocimiento de la mayoría de los Estados del mundo sin reconocer sus fronteras. Es totalmente posible reconocer un Estado aunque sus fronteras no estén claras", asegura.

Las propias instituciones internacionales se han encontrado con el mismo problema, y lo han abordado considerando que los "Territorios Ocupados palestinos" incluyen Cisjordania, con Jerusalén Este, y la Franja de Gaza. Así se ha codificado en resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (como la 242) y de la Asamblea; en el Tribunal Internacional de Justicia (por ejemplo en la opinión sobre la construcción de un muro en Cisjordania, 2004) y en la Corte Penal Internacional (por ejemplo, en una decisión de la Sección Preliminar del 5 de febrero de 2021).

Siguientes pasos: sanciones y cambios en la UE

Una vez que se produzca el reconocimiento, ¿cuál será el siguiente paso?

Para Ihsan Adel, deberían producirse sanciones y un cambio en la política exterior de la Unión Europea.

"Las sanciones que hemos visto ahora solo afectan a los colonos, cuando las colonias en sí mismas son ilegales bajo la ley internacional, necesitamos ver sanciones contra el Estado de Israel, contra las colonias, incluyendo detener el comercio de armas". Adel recuerda que este tipo de sanciones, incluso sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, se han tomado contra Rusia por la invasión de Ucrania.

"En segundo lugar, creo que España, junto con otros países de la UE como Irlanda, podría provocar un cambio en la política exterior europea hacia Palestina, del statu quo que ha existido durante décadas a una perspectiva basada en el derecho, de nuevo como hemos visto en el caso de Ucrania y Rusia".

Hay que tener en cuenta que hasta ahora solo Suecia y Chipre habían reconocido el Estado palestino después de su entrada en la UE (Noruega no forma parte de la UE). Los países de Europa del Este que hoy forman parte de la Unión Europea reconocieron a Palestina cuando formaban parte del bloque soviético. Pero países como Francia o Alemania, aunque se manifiestan a favor de la solución de dos Estados, se oponen a un reconocimiento sin negociación previa.

Sion-Tzidkiyahu no espera un cambio en el ámbito europeo. "La UE está de hecho protegiendo a Israel, no mediante operaciones activas, sino porque es una autoridad supranacional y tiene la competencia del comercio, y un país o un grupo de países no pueden cambiar eso", explica.

"Diría que España, a través de la UE, junto con Irlanda y tal vez con otros, podría presionar a Alemania hacia una posición diferente en relación con Israel", considera Dan Smith, que cree posible que este impulso tenga cierta influencia en otros foros internacionales e incluso en Estados Unidos antes de las elecciones de noviembre.