Varias ONG piden revisar, de manera urgente, el procedimiento disciplinario del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla
▪️ Las entidades han elevado una queja al Defensor del Pueblo y ACNUR por la expulsión de un residente del CETI con problemas de salud mental
▪️ El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones confirman que le dieron de baja del Sistema de Acogida “por ausencia sin notificar”
Abdel, nombre ficticio para garantizar su seguridad, es un joven magrebí que intentó entrar a Melilla saltando la valla en 2024. No lo consiguió. Después lo intentó a nado, entró a la ciudad, pidió protección internacional y accedió al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) a finales de marzo. Días después, fue expulsado y actualmente está en situación de calle. Es uno de los casos en los que han puesto el foco distintas organizaciones sociales que acompañan a personas migrantes y solicitantes de asilo en Melilla, como Geum Dodou, la Asociación Mec de la Rue o Solidary Wheels. Denuncian públicamente una falta de transparencia en los mecanismos de funcionamiento del CETI y exponen que no existe una normativa clara y transparente sobre los protocolos y procedimientos del centro.
Los CETI son centros públicos que acogen, de manera provisional, al colectivo de personas migrantes y solicitantes de asilo en Melilla y Ceuta, mientras se estudian sus expedientes y se les traslada a la península. Algunos de los servicios que se ofrecen a quienes residen allí incluyen asistencia social, psicológica, sanitaria, y jurídica, así como actividades educativas y recreativas. Están gestionados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a través de la Dirección General de Protección Internacional y Atención Humanitaria (al frente de la que se encuentra Amapola Blasco).
El CETI, según el Ministerio, acoge actualmente a 430 personas entre las que se encuentran más de 60 menores, más de 100 mujeres y alrededor de 70 familias. A diferencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), las personas alojadas en los CETI no están bajo privación de libertad. Es decir, pueden entrar y salir libremente, siempre que respeten una serie de normas de convivencia establecidas.
Normas de convivencia
Cuando las personas son acogidas en el CETI, según el Ministerio de Inclusión, se les entrega un díptico en su idioma denominado ‘Normas Básicas de Convivencia’. A preguntas de RTVE, desde el Ministerio contestan por escrito que este documento “no es otra cosa que aplicar el sentido común para asegurar la convivencia entre las personas acogidas entre las que hay diferentes sexos, razas, edad, vulnerabilidades, etc. Está basado en el Protocolo de Ingreso en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta y Melilla (diciembre 2016)”. Pero para las ONG esto es insuficiente.
“Es fundamental garantizar que (...) las expulsiones, estén respaldadas por una justificación clara y se ajuste a la normativa y al respeto de los derechos humanos“
La portavoz de Solidary Wheels, Alba Domínguez, manifiesta que es “fundamental” garantizar que las medidas tomadas en el centro, como las expulsiones, “estén respaldadas por una justificación clara y se ajuste a la normativa y al respeto de los derechos humanos”. En este sentido, añade, “las expulsiones, la falta de claridad y las decisiones que parecen tomarse al azar generan una absoluta inseguridad jurídica y una desprotección a las personas solicitantes de asilo”.
Cuando Abdel entró al CETI, según apuntan desde la Dirección General de Atención Humanitaria y del Sistema de Acogida de Protección Internacional (responsable del centro), le hicieron varias atenciones psicológicas y días después lo trasladaron al hospital. El servicio sanitario del centro contactó con el personal del hospital, según el Ministerio de Migraciones, "para conocer su situación". La información que proporcionó el hospital fue que Abdel se había marchado “unas horas después” de acudir a Urgencias y que no había regresado. Ante la falta de noticias de Abdel, después de que pasaran “más de 3 días”, el Ministerio confirma que “se procede a darlo de baja en el Sistema de Acogida por ausencia sin comunicar, retirándose por ello las condiciones de acogida del sistema”.
Demandas de las entidades
Las ONG piden que se revise de manera “urgente” el procedimiento disciplinario del CETI. Especialmente, dicen, cuando la salud mental está de por medio. Maite Echarte, portavoz de la Asociación Mec de la Rue y una de las personas que lleva el caso de Abdel, lamenta que “en lugar de cuidarlo, le dijeron que se fuera a la calle porque había estado tanto tiempo fuera”.
“No hay nadie que pueda alegar si esos criterios de no accesibilidad se han cumplido o no“
Los colectivos sociales inciden en que, si no hay una resolución por escrito de los motivos por los que no se permite el acceso al CETI, se está creando “una situación de indefensión, de falta de transparencia y de mayor riesgo, al ser además un problema de salud mental” porque “no hay nadie que pueda alegar si esos criterios de no accesibilidad se han cumplido o no”, dice Fernando Moreno, educador social en la ONG Geum Dodou.
Desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones señalan que a Abdel le han retirado las condiciones de acogida del sistema de protección internacional por estar incluido en uno de los casos recogidos en la “diferente normativa” como es: “cuando la persona solicitante abandone el lugar de residencia asignado sin informar a la autoridad competente o, en caso de haberlo solicitado, sin permiso”.
Legislación aplicable
La normativa que hace referencia a las condiciones de acogida del sistema de protección internacional, apuntan desde la Dirección General de Atención Humanitaria y del Sistema de Acogida de Protección Internacional, es la siguiente:
● Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria (artículo 33).
● Real Decreto 220/2022, de 29 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento por el que se regula el sistema de acogida en materia de protección internacional (artículo 32).
● Orden ISM/922/2023, de 6 de julio, por la que se desarrolla el régimen disciplinario del sistema de acogida en materia de protección internacional (artículo 7 y 8).
● Manual de gestión del Sistema de Acogida de Protección Internacional, actualización 2020 (apartado G).
● Protocolo de Ingreso en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta y Melilla (diciembre 2016). Anexo IV Normas del Centro.
Consecuencias de las expulsiones
En el mes de abril, al menos cinco personas solicitantes de asilo aseguraban que habían sido expulsadas del CETI. La Dirección General de Protección Internacional y Atención Humanitaria informa de que la “retirada temporal de las condiciones de acogida” es una de las sanciones que se contemplan por el incumplimiento de las normas. Puntualizan que “el personal vulnerable prima ante todos aquellos que puedan alterar gravemente la convivencia pacífica o poner el riesgo la integridad y la salud del personal y residentes”.
“Las sanciones se aplican en función de la gravedad de ese incumplimiento, si existe reincidencia, vulnerabilidad“
Las sanciones, explican desde el Ministerio, se aplican “en función de la gravedad de ese incumplimiento, si existe reincidencia, vulnerabilidad” y añaden que pueden ser: “reprensión verbal; servicios a la comunidad, colaborar en el comedor, jardinería, etc.; retirada de tarjeta personal del CETI, es decir, la persona no puede abandonar el centro y si voluntariamente lo hace, no puede volver a entrar hasta cumplir la sanción; o retirada temporal de las condiciones de acogida, máximo un mes”.
Las personas que aseguran haber sido expulsadas, explican a RTVE que se vieron obligadas a vivir debajo de un puente sin acceso a comida ni a agua potable durante semanas. Las ONG sostienen que, al no haber una alternativa habitacional en Melilla, medidas como la expulsión “vulneran los derechos fundamentales de las personas solicitantes de asilo y las deja en una situación de precariedad y peligro y sin acceso al descanso con lo que supone la posibilidad de descansar para la salud mental”, dice Fernando Moreno, educador social de la ONG Geum Dodou. En este sentido, consideran que se opta por la expulsión sin atender las circunstancias individuales de cada caso.
“No se tienen en cuenta las rutas migratorias, las historias, ni las mochilas que cargan“
Para Marisa Maro, portavoz de la asociación, “no se tienen en cuenta las rutas migratorias, las historias, ni las mochilas que cargan” las personas que migran. En paralelo, Maro propone que las medidas que se apliquen en el CETI se hagan con una mirada integral para “comprender” los comportamientos de determinadas personas y así “actuar en consecuencia”.
Situación actual de Abdel
Casi dos meses después de su expulsión del CETI, Abdel sigue viviendo en la calle. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones defiende la actuación del centro basándose en la normativa vigente pero las organizaciones sociales, como la Asociación Mec de la Rue o Geum Dodou, consideran insuficientes estas justificaciones. Las entidades han elevado una queja al Defensor del Pueblo y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para que Abdel sea reincorporado al sistema de acogida temporal y pueda regresar al CETI. Mientras insisten en la necesidad de revisar los protocolos de actuación en el centro, asegurando que cualquier medida disciplinaria esté fundamentada en una normativa clara y respetuosa, especialmente cuando la salud mental está en juego.