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Carga mental, menopausia y exceso de responsabilidad: ¿por qué duermen peor las mujeres que los hombres?

  • Según datos de Sanidad, el 59% de las mujeres en España duerme peor que los hombres
  • Los trastornos del sueño oscilan en las mujeres en una edad que va de los 45 a los 65 años

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La influencia del género en la calidad del sueño

Según el último estudio del Ministerio de Sanidad, en concreto de la Sociedad Española de Neurología, el 59% de las mujeres duerme peor que los hombres. También toman más antidepresivos y ansiolíticos que ellos.

Las mujeres se medican más que los hombres para dormir

"Se medican más por varias razones. En primer lugar, hay una gran influencia de las hormonas sexuales, que regulan el sueño. Las mujeres tienen varios periodos de la vida en los que les afectan: la menstruación, en la que tienen cambios hormonales y, por tanto, cambios de sueño; posteriormente, en el embarazo y por último, en la menopausia. En esa última etapa, existen varias enfermedades del sueño como la apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas que les afectan más a ellas", asegura Irene Caro, directora de la Unidad del Sueño en el Hospital Ramón y Cajal.

Pastillas para dormir, una opción que cada vez consumimos más y que puede generar adicción

Maternidad, estrés y preocupación

A partir de los 45 años se acentúa el insomnio en ellas. "Los periodos de la menopausia y la perimenopausia conllevan una serie de alteraciones, por ejemplo, la baja producción de estrógenos y progesterona. Esto va a incidir en la baja calidad del sueño, porque son hormonas que afectan a los centros que utilizamos al dormir", explica Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología de Universidad de Murcia. "Para lograr dormir necesitamos enfriar nuestro cerebro. Si esta eliminación de calor no ocurre adecuadamente, el cerebro no se enfría y no podemos dormir bien", añade.

En la menopausia, hay una bajada del estrógeno y la progesterona

Raquel Santos, paciente con dificultades para dormir, explica que sus problemas para conciliar el sueño coincidieron, sobre todo, con su maternidad. "Empecé con mis problemas, cuando nació mi hijo, como me imagino que todas las madres y muchos padres. Ya sabemos que, cuando nace un bebé, cada hora o cada dos horas se despierta, para mamar, para cambiarle... Y no existen noches ni días, sino que se te desbarajusta todo tu ritmo de sueño porque va acompañando a las necesidades del bebé", afirma.

Además, a Raquel Santos también vio como su insomnio aumentó con el divorcio, que supuso un incremento de su carga de estrés y preocupación.

La sociedad del mal dormir

"Se ha normalizado el insomnio. Poca gente viene a consulta pidiendo dormir mejor, pero al final el sueño es fundamental. Una de las primeras preguntas que hacemos en consulta en la primera entrevista es cómo comes, qué estilo de vida llevas, y cómo duermes", afirma Lucía Boto, psicóloga sanitaria, y subraya que "dormir bien garantiza que podamos estar bien el resto del día".

Se ha normalizado el insomnio. Poca gente viene a consulta pidiendo dormir mejor

Las mujeres suelen rumiar más psicológicamente que los hombres, lo que se traduce en darle más vueltas a la cabeza sobre las cuestiones que les preocupan. "Cuando mi hijo cumple ya dos o tres años y duerme toda la noche del tirón, yo sigo durmiendo mal porque mi cuerpo, mi ritmo de sueño, se han desorganizado. También lo achaco a toda la preocupación, todas las cosas pendientes, que una cuando es madre está continuamente planificando, organizando, pensando en lo que tiene que hacer mañana", cuenta Raquel Santos.

Achaco mi insomnio a la preocupación, a pensar en planificar, en organizar, en resposabilizarme

El problema se soluciona, el insomnio sigue

Otra clave es que, aunque se solucione el problema en cuestión, la mala calidad del sueño sigue. "Si la persona ha pasado por una situación problemática, puede que a partir de ese momento inicie un trastorno del sueño. Puede haber resuelto ese problema, pero que el trastorno del sueño se perpetúe", asegura Boto.

Se soluciona el problema pero el transtorno de sueño se perpetúa

Para Boto es fundamental hablar con nuestras neuras mentales y aplazar la resolución de problemáticas porque, por la noche, se tiende a tener más pensamientos catastrofistas y dicotómicos, que nos crean mayor ansiedad y angustia.

Le digo a mi obsesión: Hablaré contigo por la mañana, ahora no te puedo atender

"Esa obsesión que, durante el día, no me la puedo permitir porque estoy a cien mil cosas y no tengo espacio para darle cabida, se cuela por la noche en mi dormitorio cuando, justamente, yo me voy a dormir. Entonces parece que es ahí cuando yo tengo que resolverla. Si yo le digo: 'Vete de aquí', probablemente esa preocupación lo que va a hacer es estar de forma más fuerte. Le tengo que decir: 'Hablaré contigo y te resolveré, en un momento determinado, por la mañana. Incluso les recomiendo a los pacientes que anoten la frase en un cuaderno que tengan en la mesilla", concluye esta psicóloga sanitaria y profesora universitaria.

Soluciones para el insomnio

Para conciliar el sueño, la experta recomendaría seguir una rutina de buenos hábitos saludables, con horarios regulares de sueño y limitando le uso de pantallas sobre todo por la noche. "Yo me volví muy adicta, porque para desconectar tendía a mirar el móvil. Sin darme cuenta, llevaba dos horas mirando el móvil. Últimamente, duermo mejor", recuerda Raquel Santos, que lleva cinco años en tratamiento y explica que ha mejorado gracias a tomar conciencia sobre la necesidad de repartir los cuidados. "Me ha servido asumir que no puedo con todo, que no todo me corresponde a mí, y soltar cargas, confiar, y saber que no soy una superwoman y que hay otra parte en el cuidado de mi hijo -que lo hará mejor o peor- pero que le corresponde a él".

No soy una superwoman. Hay una parte del cuidado de mi hijo que le corresponde a mi ex

En conclusión, podemos decir que las mujeres duermen peor que los hombres en España, sobre todo a partir de los 45 años. Ellas se medican más con antidepresivos y ansiolíticos que ellos. Por otra parte, la menopausia y perimenopausia son periodos clave en la vida de una mujer en los que el insomnio aumenta por alteraciones hormonales. Otras causas del mayor insomnio femenino son la sobrecarga mental, la mayor dedicación a los cuidados de hijos, los mayores, y la casa, y la tendencia a dar más vueltas a los problemas, preocupaciones, y ansiedades.