Los sudafricanos votan en unos comicios que pueden dejar al Congreso Nacional Africano sin mayoría 30 años después
- Sudáfrica se enfrenta a sus séptimas elecciones desde el final de la segregación racial
- Puede ser la primera vez que el partido del expresidente Mandela pierda la mayoría absoluta en el Parlamento
Los 27 millones de ciudadanos sudafricanos votan este miércoles en las séptimas elecciones desde la final de la segregación racial del apartheid. Con los fantasmas de la corrupción del expresidente Jacob Zuma, el panafricanismo del partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF) o la presencia de un candidato blanco de la minoría afrikáner en el partido de la oposición, la opinión pública ha denominado como vitales estas elecciones. Pueden ser los primeros comicios en los que el Congreso Nacional Africano (ANC), el partido del expresidente Nelson Mandela, no logre sacar una mayoría absoluta en el Congreso.
¿Qué se vota en estas elecciones?
Los mayores de 18 años deberán elegir los 400 representantes de la Asamblea Nacional que, posteriormente, escogen al presidente del país para un mandato de cinco años. Tras las elecciones multirraciales de 1994, donde por primera vez se pudieron presentar formaciones con candidatos negros, el ANC ha conseguido siempre resultados por encima del 50%, lo que les otorga la mayoría absoluta.
Con el mismo sistema de representación, también se votarán a los candidatos que se presentan a las nueve asambleas regionales. Ocho de estas provincias son presididas por el ANC. La única que no gobiernan es la de Cabo del Este, que cambió en las elecciones de 2019 por el partido Alianza Democrática (DA).
El partido de centroderecha fue el grupo principal de la oposición durante los últimos gobiernos del apartheid del Partido Nacional. Muchos votantes sudafricanos siguen considerándolo como un partido del pasado racista del país. En estos comicios, se han llamado a las urnas a 27 millones de personas, todo un récord en la historia de Sudáfrica. También se superará el número de partidos y candidatos presidenciales.
¿Qué partidos y candidatos se presentan?
El Congreso Nacional Africano (ANC) acude con Cyril Ramaphosa. La formación nació en 1902 y su misión principal fue la conquista del derecho al voto para la población negra en una Sudáfrica gobernada por el supremacismo blanco del appartheid. Su vida institucional arrancó en 1994, cuando se presentó a las elecciones generales de la mano de Nelson Mandela. Antes de eso, a los miembros del ANC se les relacionaban con las huelgas sindicales y la lucha por la representación negra en varios espacios de la sociedad sudafricana. El partido se ubica en el centroizquierda. Es una formación socialdemócrata que pertenece a la Internacional Socialista.
Cyril Ramaphosa nació y vivió en Johannesburgo hasta que su familia fue forzada a mudarse al gueto de Soweto. Estudió Derecho y fue durante su formación cuando se acercó a los movimientos de concienciación negra. Fue detenido en dos ocasiones en los años 70. Ramaphosa fue uno de los fundadores del Sindicato Nacional de Mineros Negros (NUM), el más grande de Sudáfrica. Sonó como vicepresidente para la fórmula presidencial de Nelson Mandela, pero se le encomendó la tarea de ser líder de la Asamblea Constituyente que redactó la nueva constitución de 1996.
Tras una etapa como directivo de la empresa británica Lonmin, en 2012 volvió a la política como uno de los hombres más ricos de Sudáfrica. Fue elegido vicepresidente del ANC y, posteriormente, como número dos del presidente Zuma. Asumió el liderazgo del país tras la dimisión por los diferentes casos de corrupción que salpicaron al gobierno de Zuma en 2017. En el discurso de investidura auguró "un nuevo amanecer" para Sudáfrica que parece que no termina de llegar.
Tras el anuncio del expresidente Frederik de Klerk, último presidente blanco del país, de empezar las negociaciones para una transición que permitiera entrar al sistema a la mayoría negra, el Partido Demócrata anunció su intención de participar en los comicios.
En el año 2000, la formación se disolvió para crear un frente común con el Nuevo Partido Nacional y la Alianza Federal de cara a las elecciones municipales. La fórmula fue todo un éxito, consiguiendo un 22,1% de los votos. Desde ese momento, la DA se ha convertido en la oposición a los gobiernos de mayoría absoluta del ANC.
Steenhuisen nació en la localidad de Durban, al este del país. De ascendencia afrikáner, se matriculó en una licenciatura de Política y Derecho en la Universidad de Sudáfrica que no llegó a terminar nunca. Con 19 años empezó su carrera política como activista del Partido Democrático. Ocupó varios puestos como concejal de Durban hasta que consiguió su escaño en la Asamblea Nacional en 2011.
Un año antes tuvo que dimitir como líder de la DA tras una polémica en relación con su vida privada. Su infidelidad con la esposa de un compañero de partido derivó en su divorcio. En 2019 se hizo con el liderazgo del partido tras la dimisión del entonces líder de la formación, Mmusi Maimane, primer dirigente negro del partido, que lamentó que la AD era incapaz de incorporar a todos los sudafricanos.
A pesar de abanderar la lucha por ser la única formación que aúna los votos de negros y blancos, muchos votantes ven a Steenhuisen como "un hombre privilegiado" pero "inconsciente de la realidad vivida por la mayoría de los sudafricanos".
Por su parte, el Partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF) se postula con Julius Malema. Este líder tomó la decisión de escindirse del Congreso Nacional Africano y fundar su propia fuerza política. La formación mantiene posturas de extrema izquierda y se les conoce por sus políticas panafricanistas y populistas. Su programa electoral se basa en la intención de expropiar tierras y nacionalizar los recursos del país. Ha incentivado en varias ocasiones proyectos en la Asamblea Nacional para rediseñar el urbanismo o la arquitectura de las ciudades sudafricanas que "se han visto contaminadas por las ideas coloniales".
Julius Malema nació en la región de Limpopo, al norte de Sudáfrica. Ha sido considerado por varios políticos, como el expresidente Zuma, o el mandatario de la región de Limpopo, como el "futuro líder" del país. En varias ocasiones, sus contrincantes políticos se han referido a él como un líder peligroso con el potencial de crear conflictos raciales en Sudáfrica.
¿Qué temas marcarán estos comicios?
Elevada criminalidad: puede ser la cuestión más importante de cara a estas elecciones, como demuestran las numerosas veces que la oposición se ha referido a este tema. "Vamos a contratar más policías" ha dicho Malema. El año pasado se perpetraron más de 27.000 asesinatos en el país africano, lo que equivale a 45 personas muertas por cada 100.000 habitantes.
Desigualdad y desempleo: según un informe del Banco Mundial publicado en 2022, Sudáfrica es el país más desigual de todo el mundo, ya que el 10% de la población más rica recoge el 80,6% de los activos financieros de todo el país. A esta desigualdad hay que sumarle las consecuencias del apartheid que, incluso habiendo pasado 30 años, sigue haciendo mella en la sociedad sudafricana. El desempleo también se presenta como uno de los temas que más preocupan a los votantes. Con una tasa de paro rondando el 33% y un 45% de paro juvenil, este problema se plantea como un desafío para el Ejecutivo que salga de las urnas el próximo domingo.
Corrupción: con la salida de Zuma del gobierno en 2017, el gobierno del ANC ha intentado erradicarla regenerando el Ejecutivo con caras nuevas. Aun así, sigue estando en boca de todos y ocupa un puesto principal entre los problemas de Sudáfrica. "Durante una década, personas en los niveles más altos del Estado conspiraron con particulares para apoderarse y usar empresas estatales, organismos encargados de hacer cumplir la ley y otras instituciones públicas" afirmó Ramaphosa en un discurso sobre el estado de la nación el pasado 8 de febrero.
Crisis eléctrica: los apagones llevan sucediéndose en Sudáfrica desde hace años. Cuando Ramaphosa llegó al Gobierno prometió que acabaría con este problema. La situación precaria se centra en la compañía pública Eskom, que se ocupa del 90% de la producción nacional. El presidente expresó que la "mejora sostenida" que había sufrido la empresa vaticina "el fin de los cortes de suministro".
Conflicto israelí-palestino: el Gobierno sudafricano denunció el pasado 16 de mayo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que la "impunidad institucionalizada" de Israel está permitiendo la "aniquilación" de los palestinos en la Franja de Gaza, y pidió exigirle "de forma claramente explícita" el cese de sus actividades militares en la Franja. El ACN siempre se ha posicionado a favor de la causa palestina y la ha comparado con su lucha contra el apartheid. Sin embargo, la Alianza Democrática (AD) no apoyó la decisión del partido del presidente de demandar a Israel ante la CIJ el pasado diciembre. Tradicionalmente, este partido ha mostrado su apoyo al Estado de Israel, aunque desde que comenzó la guerra, su postura ha cambiado y se ha posicionado en la neutralidad.
Está claro que Sudáfrica se enfrenta a unos resultados nunca antes vistos. Los ciudadanos tendrán que demostrar si siguen confiando en el Congreso Nacional Africano y otorgarles una mayoría absoluta que, según los sondeos, se prevé que no vuelva repetirse. La Alianza Democrática tendrá la oportunidad de ver como su relevancia en la Asamblea Nacional crece, permitiéndole ejercer con más fuerza oposición al Congreso Nacional Africano que lleva 30 años sin tener que negociar con otras fuerzas políticas para poner en marcha sus políticas en un país cada vez más desigual.