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Análisis

La guerra en Gaza divide a la Unión Europea: nuevos reconocimientos, dilema alemán y extrema derecha

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Manifestantes en París el 27 de mayo para protestar contra un ataque israelí contra un campamento en Ráfah
Manifestantes en París el 27 de mayo para protestar contra un ataque israelí contra un campamento en Ráfah Gettyimages

El reconocimiento del Estado palestino por parte de España, Irlanda y Noruega centró buena parte de la campaña electoral europea este martes, tanto en España como a nivel internacional. Desde hace ocho meses, la reactivación del conflicto palestino-israelí ha acentuado las fuertes divisiones en Europa respecto a la guerra en Gaza, tanto entre los 27 países miembro como dentro de las instituciones comunitarias.

De un lado, la presidenta de la Comisión Europea se ha mostrado "suave con Benjamín Netanyahu" frente a un discurso más contundente y crítico del presidente del Consejo Europeo o del alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores. Pero esto no es novedad: “La Unión Europea, a nivel de Estados miembros, nunca ha tenido una posición unificada, siempre ha estado tremendamente dividida en todo lo que se refiere a Israel y Palestina”, explica la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter Irene Fernández Molina

La posición oficial tras la firma en 1993 de los Acuerdos de Oslo es el apoyo a la solución de los dos Estados como "única forma de resolver el conflicto". La UE ha condenado la ocupación israelí en Cisjordania y la imposición de asentamientos. “Pero ha sido una posición formal, de mínimos, que no siempre ha coincidido con la política práctica de la Unión Europea y de sus Estados miembros”, agrega Fernández Molina. En noviembre de 2012, la Asamblea General de la ONU aprobó en su resolución 67/19 la entrada de Palestina como Estado observador no miembro y en aquella ocasión los países europeos votaron de una forma fraccionada. 

Se agudizan las tensiones geográficas

Hungría, Polonia, República Checa, Bulgaria, Chipre, Eslovaquia y Rumanía ya reconocían a Palestina desde antes de formar parte de los Veintisiete. Suecia lo hizo hace diez años, una vez que ya era Estado miembro. Y este martes, España e Irlanda se sumaron, junto a Noruega, a los más de 140 países que ya reconocen a Palestina como Estado soberano. La fecha no es baladí, coincide con la campaña electoral. “De cara a las europeas, sitúa a España en el lado correcto”, explica Fernando Luengo, especialista en dinámicas europeas.

El paso se produce a menos de dos semanas de la elección de los representantes que formarán el Parlamento Europeo y, según el director del Proyecto Europeo de Oriente Medio (EuMEP), Martin Konecny, va a tener impacto en la campaña. “Está abriendo debates políticos en otros países, como Bélgica o Luxemburgo. Y también pone sobre la mesa la pregunta de si realmente llevará a algún país a seguirlo, ya sabemos que Eslovenia lo hará en los próximos días”, explica el director de este grupo de expertos independiente con sede en Bruselas, que señala que Eslovenia no se lo plantearía sin el paso de España e Irlanda. 

Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre se han agudizado todas las tensiones geográficas en la región y el foco ha vuelto a exponer la tradicional división este-oeste dentro de la Unión Europea. “Tenemos Estados de Europa central y oriental, miembros recientes de la UE, que reconocen a Palestina como Estado desde 1988”, retoma Fernández Molina. Pero se trata de países que al mismo tiempo han ido estrechando sus vínculos con Israel, especialmente por afinidad política. Por ejemplo, “la extrema derecha en Hungría se ha llevado muy bien con Netanyahu”, apunta. Los nuevos reconocimientos, asegura, mantienen una cierta dicotomía centro periferia. “No son Francia ni Alemania, a los que en esencia se les ha considerado el corazón de la Unión Europea”, matiza.

El dilema alemán

El caso de Alemania es particular porque Berlín hizo del apoyo a Tel Aviv una piedra angular de su política exterior después de la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes siempre han evitado molestar a Tel Aviv. Incluso en estos momentos críticos, “dentro de los socialdemócratas, los alemanes están lastrando bastante frente a los socialdemócratas franceses o italianos, que tienen una posición mucho más clara”, explica Gabino Gutiérrez, analista de Cámara Cívica y jurista especializado en Unión Europea. 

“Los alemanes están divididos entre su compromiso con Israel, por un lado, y su compromiso con el respeto del Derecho Internacional. Y chocan en este momento”, señala Konecny. En Bruselas observan cómo la posición alemana está siendo cada vez más crítica con Israel gracias, sobre todo, a las peticiones de detención por el fiscal de la Corte Penal Internacional. “La pregunta que nos hacemos es si esta postura irá más allá de la retórica, porque lo que está claro es que no están pensando en el reconocimiento de Palestina en este momento”, señala. 

Y esta posición se extiende en parte a países de Europa central y oriental donde se persiguió y se llevó a cabo el exterminio de buena parte de la población judía. Además, hay que tener en cuenta que en todos estos países hay una colonia judía muy importante. No obstante, los expertos recuerdan que la población árabe-musulmana ha ido creciendo en Europa y que, por tanto, puede ser contraproducente “esta adhesión al Estado de Israel de forma tan inquebrantable, irracional y contra todo principio cuando se transgreden tantas líneas rojas como actualmente”, matiza. Por supuesto que hay una sociedad civil que se posiciona y se manifiesta. De hecho, los movimientos en las universidades y las manifestaciones se han propagado rápidamente por el continente. 

La extrema derecha comulga con Netanyahu

En Alemania se han registrado más de un centenar de altercados durante las protestas. “También en Francia o en Italia, donde se ha prohibido la bandera palestina o el pañuelo al considerarse un símbolo antisemita”, recuerda Gutiérrez.

Los gobiernos han tomado estas medidas con la vista puesta en la campaña. De hecho, en Francia se ha validado la lista Demócratas Musulmanes Franceses, que nace para presionar principalmente en el tema de Palestina. “Este tipo de movimientos está extendiendo en el resto de Europa. En Bélgica, los partidos que apoyan las sanciones contra Israel están viendo cómo su partido gana en intención de voto entre los colectivos de migrantes árabes y musulmanes”, añade el analista de Cámara Cívica. 

La otra cara es el auge de la extrema derecha, que ha reforzado su apoyo al gobierno de Netanyahu. Fernández Molina arguye que los partidos se postulan a la derecha del centro, pues ahora “están sometidos a las mayores contradicciones en una tensión enorme por la situación sin precedentes y que evidencia la hipocresía entre los valores y principios que proclaman”.

La distancia entre Von der Leyen y Borrell

Tras los atentados de Hamás, Ursula von der Leyen, viajó a Israel para expresar su solidaridad con un país que había sido objeto de un ataque terrorista. Sin embargo, fue criticada por no aludir al derecho internacional como “límite a la respuesta” de Israel frente a Hamás, como sostiene la posición oficial de la Unión Europa fijada por los Veintisiete. “Fue por libre, fue una iniciativa personal transgrediendo los cauces institucionales de la Acción Exterior”, explica Fernández Molina.

Los expertos coinciden en que la postura de Von der Leyen choca bastante con la del máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell. “Ella ha estado completamente en silencio en los últimos días con la invasión de Ráfah”, apunta el director del Proyecto Europeo de Oriente Medio. En debate electoral los demás candidatos le preguntaron qué haría ante una invasión y ella respondió que sería completamente inaceptable. Ante la insistencia de sus rivales, reconoció que su reacción sería "sentarnos a hablar". 

Y por otro lado, Borrell o el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantienen una línea muy crítica con Israel. El pasado viernes, el primero admitió que la UE "tendrá que elegir entre apoyar el derecho internacional o Israel" tras la orden de la Corte Internacional de Justicia de poner fin a la ofensiva militar sobre Ráfah. “Su postura no representa necesariamente a todos los Estados miembros”, matiza Fernández Molina. Borrell, con todo, tiene un margen de maniobra limitado. La mayor parte de lo que hacen son declaraciones retóricas, lo cual es útil porque creo que está salvando la reputación de la Unión Europea en el mundo”, señala Konecny. Se refiere a una imagen que queda “gravemente dañada por su respuesta a Gaza”, sobre todo en la parte sur del globo. 

Otro elemento que ha puesto la guerra en Gaza en campaña es la movilización de los estudiantes en las distintas universidades europeas. ¿Qué pasa con los movimientos civiles pro palestinos a la hora de decidir el voto? El jurista de Cámara Cívica considera que, salvo los partidos a nivel nacional, no va a haber grupos parlamentarios que se muevan, a favor o en contra. “Por ejemplo, la decisión de Sánchez está forzando que la sociedad española se posicione”, arguye. 

El consenso en Ucrania contrasta con la división por Gaza 

La UE afronta estas elecciones con dos guerras que centran la atención internacional, pero hay más consenso con Ucrania que con Gaza. Aunque hay líderes díscolos, como Hungría, las divisiones se presentan más a nivel político de partidos que a nivel nacional, donde destaca la postura crítica del grupo de Los Verdes y la izquierda con el suministro de armas. “Pero en posiciones oficiales no hay la misma división que existe con Israel y Palestina”, explica la analista en la Universidad de Exeter

La guerra en Oriente Medio queda lejos y, por tanto, no se percibe un temor físico. Además, los países tienen distintas tradiciones en cuanto a sus posiciones sobre Israel y Palestina. “Se refleja en la forma en que sus medios cubren el tema. En un lugar como la República Checa será diferente a la de España en general. En los países de la parte oriental de la UE, se presta más atención a lo que está sucediendo en Ucrania”, explica el director del Proyecto Europeo de Oriente Medio. Pero todos saben lo que está pasando en Gaza.

Esta división complica la toma de decisiones unánimes en la política exterior europea. “Lo que puede hacer es muy limitado porque, para muchas cosas, necesitan un acuerdo de todos los Estados miembros y están divididos”, señala el director de EuMEP. Uno de los motivos que mejor explica esta falta de unanimidad es la existencia de acuerdos comerciales, que se cierran a nivel supranacional y "requieren de un consenso enorme" dentro de la UE, apunta Konecny.

Pese a todo, el paso dado por Irlanda y España para reconocer el Estado palestino es "importante porque fuerza a otros países a posicionarse y a no escudarse en que están siendo vetados”, considera Gutiérrez, pero falta más impulso de otros países como Francia, Alemania o Italia. De ahí que los expertos coincidan en destacar la complejidad para acordar decisiones sobre Gaza en la próxima legislatura: "La acción exterior europea pasa por la unanimidad en el Consejo y eso es una faena", concluye Gutiérrez.