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Amnistía Internacional denuncia que las autoridades rusas utilizan a menores para combatir la disidencia antibélica

  • Los familiares reciben amenazas sobre retirarles la patria potestad e incluso de internar a los niños en instituciones
  • Esta persecución se perpetra a través de las instituciones educativas con medios represivos

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Imagen de archivo de la Plaza Roja de Moscú
Imagen de archivo de la Plaza Roja de Moscú

Amnistía Internacional ha advertido que las autoridades rusas han tomado represalias contra los niños y las niñas, en particular contra quienes se oponen a la agresión rusa de Ucrania.

“Pese al discurso del Kremlin acerca del valor de la familia, para aplacar la disidencia se recurre con descaro a explotar el propio vínculo de los niños y las niñas con sus progenitores", declara Oleg Kozlovsky, investigador de Amnistía Internacional.

El último informe de la organización, titulado como Your children will go to an orphanage: Children and the Crackdown on Protest, expone que las autoridades rusas niegan la libertad de expresión de niños y niñas, y persiguen tanto a los menores como a sus familias por discrepar contra la guerra. De esta forma, las autoridades utilizan a los menores como instrumento para presionar a las personas adultas. Por ejemplo, les amenazan con retirarles la patria potestad e incluso internando a los menores en instituciones.

Esta persecución se perpetra a través de las instituciones educativas con medios represivos, como la institucionalización, las detenciones arbitrarias, los registros y el encausamiento penal de menores. "Las escuelas adoctrinan a los menores con narrativas falsas impuestas por el gobierno y denuncian directamente a la policía y a los servicios de seguridad”, explica Kozlovsky.

Consecuencias físicas y mentales, además de penales

Esta situación tiene graves secuelas sobre la salud física y mental de niños y niñas, en concreto trastornos derivados del estrés y traumas. Además, la economía familiar se ve afectada cuando los progenitores o tutores son objeto de persecución. Puede provocar apuros monetarios y la interrupción de la educación infantil.

“Quienes expresan su disidencia contra la guerra son especialmente vulnerables a las amenazas de separación familiar forzada o privación de la patria potestad. El riesgo de tales represalias, aún remoto, es lo suficientemente aterrorizador como para disuadir a muchas personas de alzar la voz”, señala Oleg Kozlovsky.

Algunas familias se ven obligadas a abandonar el país para evitar el encausamiento penal o la separación forzada respecto a sus hijos. Amnistía Internacional ha recogido diversos casos particulares sobre estos ejercicios.

En 2022, la organización relata que una niña de 10 años, Varvara (Varya) Galkina, fue interrogada por la policía sobre su foto de perfil de WhatsApp, en la que aparecía un dibujo de estilo anime en apoyo de Ucrania. La policía amenazó a su madre y registró su domicilio. Y finalmente, tuvieron que huir por temor a una mayor persecución.

Otro dibujo también fue caso de seguimiento. Una niña de 12 años, Maria Moskalyova, fue separada de su padre e internada en un orfanato tras casi un año de persecución contra su familia por un dibujo antibelicista que hizo en la escuela. El padre, soltero, fue primero multado y luego condenado a dos años de prisión por “desacreditación reiterada de las Fuerzas Armadas rusas” a causa de sus comentarios en redes sociales. Por otra parte, la hija pudo finalmente irse a vivir con otros familiares gracias a una protesta pública.

Por su parte, Yegor Balazeykin, cuando tenía 16 años, tiró botellas de gasóleo y aguarrás contra dos centros de reclutamiento militar, una forma de protesta muy común en Rusia contra la guerra. Y diez meses más tarde, un tribunal militar lo condenó a seis años de prisión. Sus hechos no causaron ningún daño, pero se calificaron como "atentados terroristas".

Insta a las autoridades rusas a respetar los derechos de los menores

Por todos estos casos, Amnistía Internacional insta a las autoridades rusas a respetar y proteger los derechos de los menores de libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica.

Por lo que pide que las autoridades de Rusia dejen de juzgar a civiles, especialmente niños y niñas, en tribunales militares y así no utilizar el sistema judicial para perseguir a la disidencia. En este sentido, pide la liberación de las personas encarceladas por ejercer sus derechos de forma pacífica y solicita también retirar los cargos de terrorismo infundados contra personas como Yegor Balazeykin.