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Elecciones en México

El cerco a la libertad de prensa, legado de López Obrador: señalamiento, descalificación y desinformación

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El cerco a la libertad de prensa, legado de López Obrador
Fotografía cedida por la presidencia de México que muestra al mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa en Palacio Nacional este jueves en Ciudad de México (México)

El 1 de diciembre de 2018, desde el Zócalo de la Ciudad de México, con la banda presidencial ya al hombro, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió que "se respetará la libertad de expresión; nunca el gobierno aplicará censura a ningún periodista o medio de comunicación", en el minuto 90 de su primer discurso a la nación. Más adelante, en el 98, insistió en que "se garantizará la libre manifestación de ideas y de creencias religiosas y la libertad de prensa. Estamos por el diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos".

Casi seis años después, el presidente de Morena ha incumplido sus promesas, pues ha normalizado los señalamientos, la burla y la descalificación a periodistas críticos. Este domingo más de 98 millones de mexicanos están llamados a las urnas tras una campaña electoral marcada por la violencia y en la que la libertad de prensa es una de las principales víctimas. Las organizaciones defensoras del derecho a la información recriminan a López Obrador su falta de esfuerzo, ya que México sigue siendo el país sin guerra más peligroso para ejercer el periodismo.

Al menos 37 profesionales de la información han sido asesinados desde 2019. "El sexenio de AMLO acaba en octubre, pero hasta ahora hemos registrado una agresión cada 14 horas", señala el director regional de Artículo 19, Leopoldo Maldonado. La organización contabiliza 3.408 agresiones entre el 1 de diciembre de 2018 al 31 de marzo del 2024. 

Organizaciones como Artículo 19 o Reporteros Sin Fronteras coinciden en que los asesinatos de periodistas no han aumentado en estos seis años, pero se han disparado en un 62% las amenazas, los ataques físicos, los allanamientos o el acoso judicial. Un escenario, denuncian, que ha sido propiciado desde la tribuna pública. "Las campañas de desprestigio, desacreditación y la estigmatización han sido un sello particular de este Gobierno que ha sido imitado por gobernantes a nivel local e incluso de otras siglas políticas", asegura Maldonado. Se han dado agresiones con las que "el crimen organizado trata de mandar un mensaje y esto solo puede enmarcarse en este contexto de disputa política que tiene que ver con las elecciones, este proceso electoral de 2024 está siendo sumamente violento", apunta.

La Mañanera, un acto de propaganda lejos de la rendición de cuentas

Una de las cuestiones que identifican el mandato de López Obrador es su Mañanera, una conferencia de prensa matutina que da a diario desde el Palacio Nacional. "Sobre el papel, la idea al principio no era mala. Se trataba de hacer un ejercicio de transparencia en el que un líder diariamente se exponía a ser cuestionado e interpelado por los periodistas", explica el excorresponsal de RTVE en México Íñigo Herráiz. Pero con el tiempo esta idea se ha ido "desvirtuando". "Se ha convertido en un ejercicio más cercano a la propaganda que a la rendición de cuentas", matiza. Un espacio en el que se ha denostado cualquier crítica contra la gestión del Gobierno, las investigaciones periodísticas o para refutar los datos oficiales. "Se ha hecho muy famosa su frase de 'yo tengo otros datos', una forma de rebatir cualquier cosa que contradice al discurso oficial", explica Herráiz. 

Los profesionales coinciden en que la Mañanera ha propiciado el amedrentamiento y la autocensura. Por otro lado, ha tenido la función de marcar la agenda. "Ha sido muy eficaz para hacer un control mediático marcando lo que se cubre todos los días", argumenta el director regional de Artículo 19. La cobertura periodística se centra en los titulares que da el presidente y en muchas ocasiones no se contrastan, lo que ha fomentado la desinformación. Según el informe Desinformación pública y comunicación social que estudió durante dos años las declaraciones de López Obrador, el 86% de las aseveraciones del presidente eran de cuestionables a falsas. "Es una tribuna para el linchamiento de los críticos al Gobierno", denuncia Maldonado. Ha demostrado, añade, que entre los adversarios del Palacio Nacional está la prensa y él mismo ha reiterado en varias ocasiones que la "prensa tiene que tomar partido"

"Ha abierto la posibilidad en la red de replicar el modelo de comunicación estigmatizante, acribillando a los periodistas en las diferentes entidades federativas. Algo que no ayuda socialmente a construir una sociedad empática con el trabajo periodístico en nuestro país", denuncia Lucía Lagunes Huerta, periodista y socióloga mexicana. En marzo de 2021, Artículo 19 fue señalado por el presidente López Obrador en su conferencia de prensa. Desde entonces la organización no ha dejado de sufrir ataques y hostigamiento. Según un estudio de la Universidad Jesuita en Guadalajara, se publicaron 200.000 tuits el día del ataque. "Yo tan solo en mi cuenta personal recibí 80.000, lo cual habla de una maquinaria de avasallamiento y de inhibición bastante aceitada y coordinada", zanja Leopoldo Maldonado. 

Las periodistas ante tanta violencia digital  

Estas conferencias de prensa son muy típicas de los personajes autocráticos. "Se señala a la prensa para crear un caldo de cultivo que al final pagan los periodistas más vulnerables", arguye la vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras, Edith Rodríguez Cachera. Atacar a figuras consagradas en los medios o voces significativas sirve como “onda expansiva de silenciamiento para el resto de periodistas”, coincide Lagunes Huerta. 

A ella le preocupa especialmente la violencia digital que ha aumentado en este último proceso electoral y que se vierte especialmente contra las mujeres. "El espacio digital hace gala de una misoginia terrible", denuncia. De hecho, son frecuentes los insultos a periodistas con alto reconocimiento y reputación nacional e internacional y esto alimenta el temor en las periodistas locales. "Nos vemos ante una situación de miedo en la que no podemos expresar nuestra opinión, al ver la horda de trolls afines al gobierno que se desatan para intentar destruir la reputación y la carrera de una periodista", concluye. Esto hace que las mujeres no se atrevan a levantar la voz para disentir u opinar sobre la gestión política por miedo a ser atacadas. 

La normalización de la violencia preocupa especialmente en los territorios más conflictivos en aquellos estados donde la violencia es el pan de cada día. Allí los periodistas locales son los más vulnerables porque están en el punto de mira. Artículo 19 recuerda que una cada dos agresiones son cometidas por funcionarios públicos, el 46%, mientras el 8% está en manos del crimen organizado que está involucrado con los homicidios más violentos contra la prensa. "Es un dato que evidencia la falta de salud de nuestra democracia", señala Maldonado. 

Y en este clima de violencia se ha producido un efecto cascada en el que cualquier alcalde, gobernador o funcionario local se siente con la autoridad de señalar, obstaculizar, empujar e incluso golpear a periodistas. "Se ha generado más hostilidad hacia los medios. Y si el presidente del país se permite determinados ataques, eso a nivel local se reproduce con mucha más virulencia. Es totalmente impune atacar a la prensa local, que está mucho más expuesta", afirma el excorresponsal de RTVE en México. "El que convive a diario con el verdugo en un ambiente mucho más hostil, más asfixiante, está en una localidad pequeña y en medio de una gran precariedad", matiza. 

La falta de defensa del periodismo como un actor de servicio público ha provocado que siga habiendo estados asolados por el crimen y convertidos en "auténticos agujeros negros informativos", denuncia RSF. De hecho, estas elecciones se caracterizan por la creciente violencia que “no se había visto en procesos anteriores”, explica la periodista y socióloga mexicana, un clima que tampoco propicia la participación política. "La inseguridad ha llevado a renuncias masivas de candidaturas. Pone en peligro la vida del candidato y la de su familia", lamenta.

Matar al mensajero no tiene consecuencias 

Matar al mensajero en este país de América Central no tiene consecuencias, ya que el 95% de los crímenes contra periodistas han quedado completamente impunes. En México hay un mecanismo federal de protección a periodistas que es para todo el país, pero una docena de Estados aplica su propia normativa. “Pero durante el mandato de AMLO no se han reforzado el Federal y al final esos mecanismos quedan obsoletos”, alega Rodríguez Cachera. 

El 95% de los crímenes contra periodistas han quedado completamente impunes.

"Es el país más letal a nivel de las Américas y uno de los más letales a nivel mundial", apunta Maldonado.  Aunque la cifra de asesinatos de periodistas disminuyó en 2023, México cerró el año con un aumento en las agresiones contra comunicadores, la mayoría ligadas al contexto electoral, lo que auguraba un 2024 “sumamente violento”. “Cada vez que se abre un proceso electoral en México se reproduce esta violencia electoral, sobre todo en lugares remotos donde son más indefensos”, explica Herráiz.

“Hay una frontera muy difusa entre las autoridades y el crimen organizado en muchas zonas del país”, asegura. Al menos 30 candidatos han sido asesinados, además de centenares de operadores políticos y militantes. Pero las organizaciones de derechos humanos denuncian que el Palacio Nacional evade toda responsabilidad. "En este sexenio hasta la fecha se han producido 167.000 homicidios, no hay ninguna estrategia para prevenir la violencia, menos en el marco electoral", asegura el director de Artículo 19.

En los últimos 24 años, 163 periodistas fueron asesinados por su trabajo. "En ningún país del mundo hay 34 periodistas desaparecidos como los que hay en México del 2000 a la fecha. Es una cifra espeluznante. Y ya nadie los busca, eso es un hecho: no los buscan las autoridades, ni las familias, porque tienen miedo", concluye Leopoldo.