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Inteligencia artificial: el futuro del sueño tecnológico europeo también pasa por las urnas

  • La UE ha sido pionera a nivel mundial en establecer reglas para la implantación y el uso de esta tecnología
  • No se espera que los resultados del domingo alteren la política comunitaria adoptada en este campo

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OpenAI es la empresa más representativa en el actual despliegue de la inteligencia artificial.
OpenAI es la empresa más representativa en el actual despliegue de la inteligencia artificial. AP PHOTO / M. DWYER

La inteligencia artificial también se ha colado en las elecciones europeas del próximo 9 de junio, y la mayor parte de los partidos políticos que concurren a los comicios hacen referencia a esta nueva tecnología en sus programas electorales. En principio, no se espera que los resultados del domingo alteren de manera significativa la política comunitaria desarrollada hasta ahora en este campo, que han convertido a la Unión Europea en pionera, ya que ha sido el primer actor a nivel mundial en establecer reglas para la implantación y el uso de la inteligencia artificial en sus 27 Estados miembros.

Bruselas aprobó definitivamente el pasado 21 de mayo la Ley de Inteligencia Artificial, que se aplicará de forma progresiva hasta el año 2026. A grandes rasgos, el objetivo de la nueva regulación es limitar los riesgos de esta tecnología, además de potenciar sus beneficios sociales y económicos, pero sin que esto suponga un obstáculo para la innovación en este campo.

A pesar de que es una herramienta que lleva décadas gestándose, ha sido en los últimos meses cuando el desarrollo de la inteligencia artificial parece haber explotado, principalmente de la mano de compañías estadounidenses, que representan la punta de lanza de una revolución tecnológica con capacidad para repercutir prácticamente en todos los ámbitos de la vida humana. En este punto de inflexión, se han escuchado cada vez con mayor insistencia voces que han reclamado el establecimiento de líneas rojas para una tecnología tan prometedora como potencialmente invasiva.

La Unión Europea recogió muy pronto el testigo de estas inquietudes, aunque debido a sus mecanismos internos de negociación ha tardado varios años en materializar el primer marco regulatorio del mundo. Bruselas creó en 2018 un grupo interdisciplinar de alto nivel para abordar la regulación de la inteligencia artificial, redactando más tarde su Informe sobre Inteligencia Artificial en la Era Digital, que debía marcar las líneas maestras de la nueva normativa. En 2021 publicó su primer borrador de la ley, pero no ha sido hasta mayo de 2024 cuando por fin ha sido aprobada, y aún habrá que esperar a 2026 hasta su completa aplicación.

"La Unión Europea ha demostrado en estos últimos años que quiere liderar la regulación de la economía digital en su conjunto. A pesar de que el proceso ha sido muy largo, y de algunos inevitables desacuerdos, creo que en lo relativo a inteligencia artificial hay un consenso bastante sólido que va más allá de lo ideológico", expresa a RTVE.es Teresa Rodríguez de las Heras, profesora de Derecho Mercantil en la Universidad Carlos III e integrante de los grupos de expertos que asesoran a la Comisión Europea en áreas relacionadas con inteligencia artificial, plataformas y protección de datos. "Vaticino, y así lo deseo también, que va a haber poca ruptura, independientemente de cómo se conforme el Parlamento después de las elecciones. Creo que se va a mantener el consenso frente a la inteligencia artificial en el núcleo duro de la Unión Europea con el mismo posicionamiento", adelanta esta especialista.

Posibles efectos en el mercado europeo

Rodríguez de las Heras define la nueva Ley de Inteligencia Artificial como "muy ambiciosa, muy oportuna y pensada para adaptarse a los cambios futuros, a los nuevos usos que puedan aparecer". Sin embargo, también recuerda que se trata de un reglamento "con una fuerte carga regulatoria, ya que fundamentalmente lo que hace es imponer obligaciones", por lo que "siempre está la duda de qué efecto va a tener en la innovación, en la competitividad del mercado europeo". "Todo reglamento trae ese lastre consigo, que es en qué medida ha logrado el equilibrio entre proteger derechos fundamentales, algo que en este caso se lleva a cabo con absoluto acierto, y por otro lado, qué implicaciones puede tener de costes en el mercado", valora.

Para Ulises Cortés, catedrático de Inteligencia Artificial en la Universitat Politècnica de Catalunya, y responsable científico del grupo de Inteligencia Artificial del Centro Nacional de Supercomputación, el nuevo marco regulatorio no debería entorpecer el despliegue en Europa de esta tecnología. Este especialista se pregunta si "acaso se ha dejado de innovar en el sector farmacéutico, o en la industria aeronáutica, donde la regulación es cada vez más estricta". "Los nuevos colonizadores del mundo prefieren que este proceso se haga rápido, aunque se rompan cosas, y la idea que se persigue con esta regulación es reeducar a la gente para que el desarrollo de la tecnología basada en inteligencia artificial se haga de forma responsable", apunta a RTVE.es.

No obstante, Teresa Rodríguez de las Heras recuerda que existe un factor diferenciador a su juicio muy importante, y es que "el reglamento de la inteligencia artificial no impacta en un único sector, sino que es totalmente transversal", por lo que "no es tan fácil decidir los ámbitos de riesgo" como cuando se hace, por ejemplo, en un sector como el aeronáutico, donde "existe un riesgo clarísimo, y se pueden explotar de manera vertical las fuentes de riesgo que surgen". "En el caso de la inteligencia artificial, prácticamente es observar la economía y la sociedad en su conjunto, y por eso creo que tiene más peligro. Hay que ser cauteloso con lo positivo que tiene el reglamento, que sin duda es la mayor parte, pero también debemos ser conscientes de que puede tener efectos indeseados", enfatiza.

Ejemplo para otros países

La Unión Europea podría convertirse a partir de ahora en ejemplo para países que se encuentran en la misma situación de incertidumbre, frente a una tecnología disruptiva cuyo enorme potencial puede cambiar radicalmente las reglas del juego en múltiples aspectos de la vida diaria de sus ciudadanos, para bien y para mal. "Creo que hay muchos países que van a hacer lo mismo que Europa, porque son usuarios de una tecnología que no producen, y lo que quieren es dejar claro que ellos son un mercado, y si quieres vender en ese mercado te tienes que adaptar a sus reglas", asegura Ulises Cortés.

Los límites que establece la nueva ley europea a la implantación de la inteligencia artificial son muy claros en cuanto al respeto de los derechos fundamentales. Por ejemplo, no se podrá utilizar esta tecnología para influir en campañas electorales, o las entidades aseguradoras o financieras tampoco podrán hacer uso de ella para evaluar a sus clientes desde un punto de vista mercantil. Igualmente, salvo excepciones relacionadas con la seguridad nacional o la preservación de derechos fundamentales, se prohibirán los sistemas de categorización por creencias políticas o religiosas, además de por orientación sexual y cuestiones raciales o étnicas. Tampoco se podrán utilizar los sistemas que puntúan a las personas en función de su comportamiento o características personales, ni se utilizará esta tecnología para manipular el comportamiento humano.

Ley de Protección de Datos

El Reglamento General de Protección de Datos, que entró en vigor en 2018, puede servir como antecedente inmediato de la posición de Bruselas a la hora de proteger a sus ciudadanos frente a los excesos de las grandes tecnológicas. Una ley que golpeó de lleno a compañías como Meta, Google, Apple, Microsoft o Amazon, que en algunos casos llegaron incluso a insinuar su marcha de Europa, aunque en realidad este extremo nunca estuvo ni siquiera cerca de materializarse.

Sin embargo, debido a ese carácter "transversal" antes mencionado, en el caso de la inteligencia artificial, el impacto es significativamente más profundo que la ley de 2018. "El Reglamento de Protección de Datos está centrado en proteger uno de los derechos fundamentales, pero el Reglamento de Inteligencia Artificial es mucho más ambicioso, ya que además de proteger derechos fundamentales, prácticamente regula la sociedad en su conjunto", mantiene la profesora de Derecho Mercantil Teresa Rodríguez de las Heras.

En esta misma línea, el catedrático Ulises Cortés pone el ejemplo de los problemas de autoría intelectual, y recalca que "ahora lo que tenemos es una tecnología que va mucho más allá de los datos sensibles, porque la manera de capturar datos en general infringe las normativas europeas de protección de la propiedad intelectual, que es donde están haciendo dinero estas compañías", una manera de actuar que califica como "bastante siniestra". "Como ya han robado los datos, por ejemplo de las obras de arte de todos los pintores clásicos europeos, lo que hacen es generar imágenes sintéticas que de alguna manera se parecen a la obra original. Su argumento pseudolegal es que ya no han utilizado el original. Por lo tanto, estamos ante un problema muy complejo que puede afectar de lleno a todos los creadores", advierte este especialista.

Sobre el resultado de las elecciones del próximo domingo, Cortés también cree que la nueva composición del Parlamento apenas va a repercutir en la postura comunitaria ya consensuada sobre inteligencia artificial y plasmada en la nueva ley, a excepción de determinados grupos políticos que a su entender se han beneficiado de la falta de regulación imperante hasta ahora. "La extrema derecha en Europa ha crecido gracias al mal uso de las tecnologías basadas en la inteligencia artificial", expone, y agrega que "si observamos los grupos de población a los que ha impactado y, por lo tanto, han aumentado su adhesión a grupos de extrema derecha, se trata de jóvenes que no conocen muy bien la historia pasada de Europa, o les queda demasiado lejos, y en ellos es donde se ha hecho un trabajo más efectivo de desinformación". "Hay un interés por la desregulación y por un uso de estas tecnologías para favorecer a cierto tipo de grupos", subraya.

La IA, en los programas de los partidos españoles

Así es como aparece la inteligencia artificial en el programa electoral de los partidos políticos españoles que se presentan a las elecciones europeas del 9 de junio:

PSOE: Es el partido que incluye más propuestas, con varias páginas dedicadas a esta tecnología. Pone énfasis en la implantación de la IA en el campo de la educación, y aboga por su control para reforzar los derechos fundamentales y principios democráticos, en consonancia con el hecho de que la Unión Europea "debe liderar la transformación digital de la sociedad". También habla de "garantizar la primacía de los derechos sociales y laborales".

PP: El Partido Popular también destaca la IA en su programa electoral. En el documento sostiene que "la transición energética y la eclosión de la inteligencia artificial presentan tantas oportunidades industriales y económicas como desafíos democráticos y sociales".  Además, dedica a esta tecnología íntegramente el punto número 50 de su programa, bajo el epígrafe 'Impulso a una industria europea de IA y la atracción de talento puntero'.

Ciudadanos: El partido centrista habla de un impulso de la IA acorde con la mejora de la competitividad y eficiencia de las empresas europeas, "promoviendo la investigación y el desarrollo en IA y sus aplicaciones dentro de la UE, con el objetivo de posicionar a Europa como líder global en tecnologías emergentes". Menciona, además, su utilización para "avanzar en la transición ecológica de manera más eficiente".

Podemos: El partido morado dedica dos grandes puntos a esta tecnología dentro de su programa electoral europeo. El primero habla de una "ley de derechos digitales, algoritmos e inteligencia artificial", y se centra principalmente en la preservación de la intimidad, la privacidad y los derechos de las personas. El segundo aborda la "protección de la garantía de ingresos de la ciudadanía, así como de la estabilidad de los sistemas públicos de protección social frente a la robotización y la inteligencia artificial".

Vox: La formación de extrema derecha no menciona la IA en su programa.

Ahora Repúblicas (ERC): ERC solo hace dos menciones a la IA en su programa. La primera exige "seguridad en el ámbito laboral, que se proteja a las personas trabajadoras". La segunda pide que "se reglamenten los derechos de autor y el derecho a la imagen de los artistas" en el uso de esta tecnología.

Junts: Habla de una "digitalización de la industria que permita aumentar la competitividad de las empresas catalanas", en la que incluye a la inteligencia artificial, junto con otras tecnologías. Asimismo, pide "garantizar los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI", evitando la "manipulación de imágenes con IA sin consentimiento". También pide que no se utilice "con intenciones represivas o de violación de derechos y libertades".

CEUS (PNV): El PNV afirma en su programa electoral que propiciar un uso adecuado de la Inteligencia Artificial puede "incentivar la inversión de la Unión desde una perspectiva de valores", y especifica usos concretos como la agricultura de precisión o el turismo sostenible. Para ello, reclama un "marco regulador claro para la IA que incluya la transparencia y el control de los algoritmos".

Sumar: La coalición de izquierdas dedica a la IA un epígrafe entero en su programa, destacando su aplicación en entornos laborales, la perspectiva de género, los derechos de autor, los derechos de las personas migrantes y refugiadas, o la lucha contra la desinformación.