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Día del Medio Ambiente

La lucha climática europea, a examen en las urnas: ¿está el Pacto Verde en peligro?

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Las protestas de agricultores como esta en Bruselas han condicionado la política climática de la  UE
Las protestas de agricultores como esta en Bruselas han condicionado la política climática de la UE EFE/Paula García-Ajofrín

Europa se juega este domingo su futuro climático. Tras una legislatura de avances históricos en la lucha contra el calentamiento global, como el Pacto Verde Europeo o el giro hacia las renovables tras el cierre del grifo del gas ruso por la guerra en Ucrania, la Unión Europea se enfrenta al riesgo de un frenazo en las políticas climáticas en las elecciones que se celebran entre el 6 y el 9 de junio.

El crecimiento de la ultraderecha que pronostican todos los sondeos o el cambio de postura de parte del Partido Popular Europeo en materia ambiental puede dejar en agua de borrajas buena parte de la agenda legislativa que queda por aprobar o ralentizar la futura legislación al respecto en unos años clave para afrontar la crisis climática. 

El reciente bloqueo de la ley de restauración de la naturaleza, parte fundamental del Pacto Verde, en plenas protestas de los agricultores, es para algunos expertos un síntoma de un cambio de paradigma en la política climática de la UE. Partidos como los Verdes han señalado que tras las elecciones hay una "alta probabilidad de que se acabe" con este pacto, el paquete legislativo que engloba toda la política ambiental de los Veintisiete.

La retórica ha cambiado. Ahora hay más resistencia a las medidas climáticas

"La retórica ha cambiado. Ahora hay más resistencia a las medidas climáticas", señala  a RTVE.es la analista del think tank de Bruselas Bruegel Heather Grabbe, quien cita el avance progresivo de la extrema derecha, con victorias como la de Geert Wilders en Países Bajos. Eso no quiere decir, apostilla, que la Comisión Europea que salga de los comicios del 9J dé un giro radical a la política verde, pero "puede ocurrir que la agenda continúe con un bajo perfil, con menor visibilidad".

"En 2019 estaban los jóvenes en las calles; ahora los agricultores"

Todo era muy distinto en 2019, cuando se celebraron las anteriores elecciones europeas. El impulso del movimiento ecologista, que alcanzó entonces su cénit, con manifestaciones masivas durante la cumbre del clima de Madrid y la figura de Greta Thunberg simbolizando las reivindicaciones de jóvenes de todo el mundo, fue clave para empujar a Bruselas hacia una política ambiciosa.

En noviembre de aquel año el Parlamento Europeo declaró la emergencia climática y la entonces recién elegida presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, presentaba el Pacto Verde, una hoja de ruta con un conjunto de medidas sin parangón en otras partes del mundo para alcanzar en 2050 la neutralidad climática —es decir, que las emisiones netas de gases de efecto invernadero sean iguales o menores a las que se eliminen mediante la absorción natural del planeta o mecanismos artificiales—. "Para Europa es un momento similar al de colocar un hombre en la Luna", afirmó entonces la política conservadora —ahora favorita para revalidar su puesto—, implicada personalmente en sacar adelante aquel proyecto.

En 2021, la Eurocámara aprobó la ley de cambio climático, el instrumento central dentro del Pacto Verde, que obliga legalmente a los países a reducir un 55% las emisiones en 2030 respecto a 1990, uno de los objetivos más ambiciosos del mundo. 

Una diferencia fundamental entre aquel momento y el actual es que "en 2019 eran los jóvenes los que estaban en las calles y ahora están los agricultores", según Grabbe. "Los políticos siempre prestan atención a quién está en las calles, pero eso no es necesariamente una buena guía de lo que piensa la población en su conjunto", advierte. 

Creo que el problema es que los políticos se centran ahora en los votantes de más edad e ignoran el voto de los jóvenes

"Creo que el problema es que los políticos se centran ahora en los votantes de más edad e ignoran el voto de los jóvenes", continúa Grabbe, pero corren el riego de perder a estos votantes con el tiempo, añade, ya que "se desilusionarán con los políticos que se oponen a la acción climática".

El giro energético tras la guerra, el "más transformador e inesperado"

Otro hito que ha marcado indeleblemente la legislatura europea que ahora termina fue la invasión rusa de Ucrania en 2022. Buena parte de los países de la Europa central y oriental, incluida la locomotora europea, Alemania, dependían para el funcionamiento de economía del gas ruso, barato y accesible. Bruselas reaccionó aplicando el plan REpowerEU, con el que ha buscado diversificar el origen del gas e impulsar con rapidez las renovables.

Para la investigadora del Instituto Carnegie Europe en Bruselas Olivia Lazard, se trata del "paquete legislativo más transformador y el menos esperado", ya que vino obligado por la necesidad de dejar atrás el combustible de Rusia. La UE ha pasado de importar el 45% del gas de Rusia en 2021 a un 15% en 2023. También ha doblado la producción de energía solar y en 2022 la solar y la eólica superaron al gas por primera vez para los Veintisiete. Echando la vista más atrás, desde 2019 se han instalado más de 200.000 placas solares al día, según un estudio del think tank Ember publicado esta misma semana.

El plan REpowerEU "esencialmente vino a solucionar un problema inicial de diseño del Pacto Verde", y es que este se había planteado "sin un foco geopolítico, solo para los europeos", sin tener en cuenta la importancia de terceros actores en materia energética, ambiental y en las cadenas de suministro, según Lazard. Dentro de este plan, y más allá de la cuestión del gas o las renovables, esta analista destaca la importancia de la ley de materias primas críticas, que busca que la UE dependa menos de otros países para conseguir minerales estratégicos para la transición energética, como el litio, el níquel o el silicio. 

Agricultura y naturaleza: las tareas pendientes

Aunque las expertas consultadas coinciden en resaltar los avances, también reconocen que en esta legislatura ha habido medidas que se han quedado en el tintero o no han tenido el impulso que merecían. Para Lazard hay dos grandes ejemplos. El primero es la estrategia “"De la granja al tenedor' (Farm to fork)", que a su parecer ha quedado "abandonada" cuando debería haber sido uno de los puntos iniciales del Pacto Verde.

Esta buscaba reducir el impacto ambiental de la agricultura y la ganadería —sector responsable de un tercio de las emisiones—, pero la oposición de determinados países, partidos y en última medida de las tractoradas que llegaron al corazón de Bruselas a principios de año ha provocado que terminara con una versión descafeinada. Ursula von der Leyen anunció ante estas protestas agrarias la retirada de una de las medidas clave de la estrategia, la que pretendía reducir a la mitad el uso de pesticidas en 2030.

La otra "decepción" para Lazard, ha sido la ley de restauración de la naturaleza, parte fundamental de la estrategia de biodiversidad europea. Esta estaba encaminada a proteger el 20% de los ecosistemas terrestres y marinos en la UE, un territorio muy humanizado y con la mayoría de áreas naturales degradadas. Pero el giro de parte del PPE, partido que en un primer momento había apoyado la ley, pero que en plenas protestas de los agricultores votó mayoritariamente en contra en el Parlamento Europeo, y el rechazo de varios países miembro han terminado por bloquear la ley.

Seguir con la ambición o medidas "descafeinadas": ¿Qué puede pasar tras el 9J?

Para Grabbe, el fracaso de la ley de restauración de la naturaleza debe poner a Europa en alerta. "Hay un peligro de que las medidas climáticas estén tan descafeinadas que no consigan el efecto deseado", señala, y apunta que "eso es un gran problema porque nos estamos quedando sin tiempo".

La situación es especialmente crítica para Europa, que se está calentando al doble de velocidad que la media mundial. Y tras un 2023 de récord —el año más cálido jamás registrado—, esta analista recuerda que nuestro continente es "aún más vulnerable a inundaciones o sequías que otros por la alta densidad de habitantes". Solo esta semana buena parte del sur de Alemania se ha visto anegado, provocando miles de desplazados. La experta de Bruegel recalca que no actuar en la próxima legislatura significará "tener que afrontar el problema más tarde y eso es mucho más caro".

Grabbe cree que si Von der Leyen continúa al frente del Ejecutivo comunitario podría mantener la política climática que contribuyó a impulsar, ya que "está personalmente asociada al Pacto Verde". Hay que mirar más bien, señala, a qué hacen los gobiernos a nivel nacional, donde tienen que aterrizar las leyes que emanan de Europa, y donde también se han visto giros llamativos en cuanto la postura ambiental de algunos partidos, de la CDU alemana a los conservadores italianos.

El hecho de que hayamos plasmado nuestras ambiciones en una ley significa que tenemos que encontrar maneras de seguir con la transición energética

Lazard, por su parte, considera que el grueso del paquete legislativo está atado gracias a la aprobación del Pacto Verde. "El hecho de que hayamos plasmado nuestras ambiciones en una ley significa que tenemos que encontrar maneras de seguir con la transición energética, y con suerte enmarcarla dentro de la transición ecológica". Aunque cree que el ascenso de la extrema derecha supone un "peligro", no cree que la ambición verde de la nueva Comisión vaya a sufrir un cambio radical.

Sí que destaca que el próximo lustro será "la hora de la verdad" para la UE. "Si no consigue cumplir lo prometido en paquetes legislativos industriales, fiscales, ecológicos o agrícolas, a medio y largo plazo, probablemente será presa de un problema de falta de coherencia", dando lugar a un déficit democrático y cuestionando el "contrato social" en los 27 países miembro.